El silencio de Jesús no muestra debilidad, por el contrario, es sinónimo de gallardía, construir ideas en base al silencio y a la intervención oportuna brinda calidad a la postura defendida, en cambio el improperio y la verborrea sólo logran ahondar diferencias y miserias.
Imitar el silencio de Jesús resulta fundamental a la hora de defender una idea o postura, el enfrentamiento no es efectivo, sólo genera más discusiones, en cambio el silencio oportuno termina generando admiración y adhesión, es necesario recordar que aquél que se encuentra acostumbrado a hablar y hablar por lo general no dice nada, en cambio el dueño de la palabra precisa y certera termina diciendo mucho.
El silencio termina siendo uno de los instrumentos favoritos de DIOS, la Pascua de Cristo es ejemplo de ello, parecería que DIOS al quedarse en silencio ante el dolor de su hijo lo deja sólo, el clamor desde la Cruz “Padre porqué me has abandonado” refleja soledad y desesperación, el silencio de DIOS se convierte en una sinfonía en la resurrección, no permanece callado, habla en los momentos necesarios.
Se medita en el silencio, se crece en el desierto, cuán importante es aprender a callar, sólo callando se aprende a escuchar, guardemos silencio ante lo humano y lo divino, convirtamos nuestro silencio en instrumento de meditación, sólo así la voz profética alcanzará su sentido, anunciando la verdad y denunciando la injusticia.