Evangelio para el domingo 4 de octubre año 2020 La providencia divina tiene su misterio. °°° «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.” (Mateo 21, 33-43). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
La providencia de Dios confunde los planes maléficos del ser humano. Dios dirige y respeta los acontecimientos, porque esos son sus planes de salvación.
Dios no toma partido con respecto a un grupo o a otro. Su visión del mundo es el amor, la misericordia, el perdón. El Hijo de Dios dirige los destinos de la humanidad. Él solo lo sabe hacer. Él es el único que tiene la sabiduría para indicar ¿quién es el dueño de la Viña?. ¿Cómo funciona la Viña? ¿Cómo opera la autoridad? ¿Cuál es la misión de los que viven en la Viña?.La respuesta no se deja esperar: Él es el hijo, el heredero. Denuncia el abuso de la autoridad de los viñadores, esto es, de lo que no cuidan sino que explotan el pueblo de Dios. Defiende la autoridad de los profetas, enviados por Dios, pero masacrados por las autoridades de la misma sociedad. Desenmascara las autoridades que manipulan la religión y matan al hijo, porque se creen dueños de la Viña.
Dios creó libre al hombre y le dio el poder de gobernar la tierra, de decidir: lo hizo a su imagen y semejanza. (Cf. Génesis 1,27). La creación sigue su curso porque ya tuvo un principio divino, la vida va transcurriendo entre la bondad y la maldad de las personas. El mismo hombre se encarga de crear la división, sembrar la cizaña, provocar el desorden, sostener un espíritu bélico y de venganza. El gran reto es lograr hacer la voluntad de Dios: hombres y mujeres caemos en el gran pecado de la “Obstinación”, sostenemos excesivamente una idea y no consideramos otra posibilidad. Terquedad y tozudez lastiman mucho la paz y la convivencia sana en una sociedad. El Papa Francisco en su homilía en la casa santa Marta, acentúa el peligro de las personas que se sienten autónomos ante Dios. Afirma el santo Padre: “Los que eran pecadores como todos nosotros, pero que han dado un paso hacia adelante, como si se hubieran consolidado en su pecado: ¡no necesitan a Dios! hacen un dios especial: ellos mismos son dios. Son corruptos.” °°° Cuida tu salud: Hace mucho mal, quien se cree como un dios, para los demás.