Evangelio para el domingo 31 de enero 2021. El testimonio de vida, imprime autoridad. “Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.” °°° (Marcos 1, 21-28).
Pueden existir muchas maneras de enseñar. Padre, Jairo Yate Ramírez,
Arquidiócesis de Ibagué. Hay personas que se destacan por su sabiduría, por su
capacidad de asimilación del mensaje, por su creatividad en el exponer, por la
rigurosidad en sus fuentes de memoria, por su tono, por su estilo, por su
convencimiento, etc. Jesucristo realiza
dos actividades a la vez: Enseña y lo hace con autoridad. El secreto del Salvador del mundo está en su
autoridad, la cual está respaldada, por la bondad, por el amor, por la
misericordia. Afirma la Sagrada Escritura que el Nazareno, no enseña como lo
hacían los escribas. Acertadamente enseñaba el hermeneuta bíblico cuando
explicaba: Lo que llama la atención de Jesucristo es la forma como él enseña.
Lo hace de una manera diferente. Crea una conciencia crítica en la gente. Los
escribas enseñan citando siempre una autoridad. Al contrario, el Maestro, no
cita ninguna autoridad, sino que habla a partir de su experiencia de Dios y de
la vida. Su Palabra tiene fundamento en el corazón.
La excelente fortaleza de la
predicación del Señor es su pedagogía. Como todo Reino necesita un gobernante,
alguien que indique las políticas a seguir: la misión y la visión. Alguien que presente un programa de vida,
unas reglas de juego, unos mandamientos, unos sacramentos, una Iglesia, unas
bienaventuranzas, etc. Jesucristo ofrece
vida eterna para todos aquellos que respeten ese Reino y vivan el espíritu de
su programa de vida. El mismo gobernante
debe convencer al pueblo de la validez de sus propuestas, lo logra porque Él
mismo se convierte en el servidor de todos. Él es fuente, Él es luz, Él es
salvación para todos. Él es más fuerte que el mismo satanás, (cf. Marcos
1,12-13). Hasta el viento y el agua le obedecen, (cf. Marcos 4, 41).
Quien desee ayudar y/o dirigir a los
demás, lo tendrá que hacer con autoridad.
El testimonio de vida le da credibilidad a la misión. Sin testimonio, la misión está totalmente
perdida. La Escritura prevé diciendo: "Pero si un profeta tiene la
presunción de decir en mi nombre una palabra que yo no he mandado decir, y
habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá.» (Deuteronomio 18,20). El
Papa Francisco recomienda tres condiciones para poder ser autoridad: El que
manda, como el que le sirve a los demás. El que manda como el que siempre está
muy cerca de los demás. El que manda debe ser coherente con su testimonio de
vida. Cuida tu salud: Quien es coherente con lo que hace, se convierte en
autoridad, delante de Dios.