3 de enero de 2021

SAN JOSÉ, HOMBRE JUSTO POR ANTONOMASIA.


S
an José hombre justo por antonomasia. Esposo virginal, custodio de la sagrada familia: año de san José. 2021 
Es un deseo del santo Padre Francisco que todos los católicos vivamos la celebración de un año dedicado a san José. para conmemorar los 150 años del decreto Quemadmodum Deus, “Al modo de Dios.” con el cual el Beato Pío IX declaró a San José Patrono de la Iglesia universal. El 8 de diciembre de 1870, la Sagrada Congregación de Ritos promulgó el siguiente decreto, que comunicaba la decisión del Papa Pío IX de declarar a San José Patrón de la Iglesia Universal, y que también elevaba la fiesta de San José del 19 de marzo al rango de doble de la primera clase. El Papa Francisco desea que nosotros los católicos, siguiendo el ejemplo de san José, podamos fortalecer cotidianamente nuestra vida en el cumplimiento pleno de la voluntad de Dios.  Con este momento especial para nuestra Iglesia, el Papa, publicó justamente, el 8 de diciembre del año 2020 una carta apostólica “Patris Corde”, para celebrar los 150 años de la declaración de san José, como patrono de la Iglesia Católica.  Con Corazón de Padre, así inicia dicha carta presentando a José que amó a Jesús, llamado en los cuatro evangelios, “El Hijo de José”. (cf. Lucas 4,22; Juan 6,42; Mateo 13,55; Marcos 6,3).  He organizado unos apuntes que pueden ser útiles para celebrar el año san José. Los propongo: Padre, Jairo Yate Ramírez.  Arquidiócesis de Ibagué. 

¿Por qué la Iglesia católica, dedica años a temas específicos?


        De acuerdo con las buenas costumbres, la pastoral, los deseos de la evangelización. La Iglesia tiene establecido, por ejemplo, la celebración del año litúrgico, en el cual se celebra el misterio de Cristo, desde su nacimiento, hasta su última y definitiva venida. San Juan Pablo II, decía: Con motivo del cuadragésimo aniversario de la constitución conciliar sobre la Sagrada Liturgia, del 4 de diciembre de 2003, nos dice que el año litúrgico es “camino a través del cual la Iglesia hace memoria del misterio pascual de Cristo y lo revive”.  Los Papas por su autoridad pueden proponer el hecho de dedicar un tiempo o un año a reflexionar sobre algún aspecto o enseñanza de la vida cristiana. Por ejemplo. Se han celebrado el año de la fe; el año de la Eucaristía; año del jubileo de la misericordia.  Recientemente para el año 2021 estaremos celebrando el año de San José. 

¿Por qué el Papa Francisco declaró el año de san José?

            Por tres motivos:  El primero, el 150 aniversario de la proclamación de san José,


como patrono de la Iglesia universal.  El segundo, de acuerdo a los medios de comunicación, la pandemia de coronavirus, nos puso a pensar que muchas personas han realizado muchos esfuerzos para proteger a otras. De esa misma manera, tenemos el ejemplo de san José, que protegió y cuidó en silencio, la vida de María Santísima y de Jesús de Nazareth.  El tercero, el Papa propone a san José, como padre, que sirvió a su familia con caridad y humildad.  El año de san José. Comenzó el 8 de diciembre del año 2020 y termina el 8 de diciembre del año 2021.

¿Se pueden obtener gracias especiales con el año de San José?

            La respuesta es “Si”. la Iglesia concede indulgencias según una serie de condiciones establecidas por la Penitenciaría Apostólica. Si una persona desea ganar indulgencias debe cumplir con los siguientes requisitos:  confesión vigente, comunión sacramental y oración por las intenciones del Santo Padre, más el requisito de este año que es orar una plegaria a San José, aprobada por la Iglesia.  

¿Con cuál plegaria puedo orar a san José?

            Precisamente el Papa Francisco termina su carta apostólica a san José, “Patris Corde” Con una oración al santo, que es la siguiente:  Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate, padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.

UN SAN JOSÉ

CON EL CORAZÓN DE PADRE

Tema 1.


Así titula el santo Padre Francisco su carta apostólica, para la celebración del año de san José. 

Nos imaginamos un san José con un corazón de Padre.  Precisamente el modelo de padre y de esposo, como lo ha predicado a lo largo de los siglos nuestra Iglesia Católica. 

            También san José, goza de unas cualidades definidas, las cuales presenta el Papa Francisco en su carta. Por ejemplo, dice el Papa: Sabemos que fue un humilde carpintero (cf. Mateo 13,55), desposado con María (cf. Mateo 1,18; Lucas 1,27); un «hombre justo» (Mateo 1,19), siempre dispuesto a hacer la voluntad de Dios manifestada en su ley (cf. Lucas 2,22.27.39) y a través de los cuatro sueños que tuvo (cf. Mateo 1,20; 2,13.19.22). Después de un largo y duro viaje de Nazaret a Belén, vio nacer al Mesías en un pesebre, porque en otro sitio «no había lugar para ellos» (Lucas 2,7). Fue testigo de la adoración de los pastores (cf. Lucas 2,8-20) y de los Magos (cf. Mateo 2,1-12), que representaban respectivamente el pueblo de Israel y los pueblos paganos. Tuvo la valentía de asumir la paternidad legal de Jesús, a quien dio el nombre que le reveló el ángel: «Tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1,21).

¿DE QUÉ HABLA EL PAPA FRANCISO EN SU CARTA APOSTÓLICA?

El Papa dedica su carta, a todos aquellos que están en segunda línea. Lo afirma diciendo:  Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea” tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. A todos ellos va dirigida una palabra de reconocimiento y de gratitud.

            El Papa Francisco nos propone 7 temas en la vida de san José. 

 El primero, contempla a san José como elPadre amado”. La grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús. En cuanto tal, «entró en el servicio de toda la economía de la encarnación», como dice san Juan Crisóstomo. 


San Pablo VI observa que su paternidad se manifestó concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo.

El segundo, “El padre de la ternura”.  José vio a Jesús progresar día tras día «en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres» (Lucas 2,52). Como hizo el Señor con Israel, así él “le enseñó a caminar, y lo tomaba en sus brazos: era para él como el padre que alza a un niño hasta sus mejillas, y se inclina hacia él para darle de comer” (cf. Oseas 11,3-4).

Jesús vio la ternura de Dios en José: «Como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por quienes lo temen» (Salmo 103,13). En la sinagoga, durante la oración de los Salmos, José ciertamente habrá oído el eco de que el Dios de Israel es un Dios de ternura. (cf. Deuteronomio 4, 31 Jeremías 31,20), que es bueno para todos y «su ternura alcanza a todas las criaturas» (Salmo 145,9).

El tercero, “Padre en la obediencia” Así como Dios hizo con María cuando le manifestó su plan de salvación, también a José le reveló sus designios y lo hizo a través de sueños que, en la Biblia, como en todos los pueblos antiguos, eran considerados uno de los medios por los que Dios manifestaba su voluntad. (cf. Genesis 20,3 Números 12,6; Job 33,15).

José estaba muy angustiado por el embarazo incomprensible de María; no quería «denunciarla públicamente» (cf. Deuteronomio 22, 20-21), pero decidió «romper su compromiso en secreto» (Mateo 1,19). En el primer sueño el ángel lo ayudó a resolver su grave dilema: «No temas aceptar a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1,20-21). Su respuesta fue inmediata: «Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado» (Mateo 1,24). Con la obediencia superó su drama y salvó a María.

El cuarto, “Padre en la acogida”.  José acogió a María sin poner condiciones previas. Confió en las palabras del ángel. «La nobleza de su corazón le hace supeditar a la caridad lo aprendido por ley; y hoy, en este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente, José se presenta como figura de varón respetuoso, delicado que, aun no teniendo toda la información, se decide por la fama, dignidad y vida de María. Y, en su duda de cómo hacer lo mejor, Dios lo ayudó a optar iluminando su juicio» La vida espiritual de José no nos muestra una vía que explica, sino una vía que acoge. Sólo a partir de esta acogida, de esta reconciliación, podemos también intuir una historia más grande, un significado más profundo.

El quinto, “Padre de la valentía creativa” Dios actúa a través de eventos y personas. José era el hombre por medio del cual Dios se ocupó de los comienzos de la historia de la redención. Él era el verdadero “milagro” con el que Dios salvó al Niño y a su madre. El cielo intervino confiando en la valentía creadora de este hombre, que cuando llegó a Belén y no encontró un lugar donde María pudiera dar a luz, se instaló en un establo y lo arregló hasta convertirlo en un lugar lo más acogedor posible para el Hijo de Dios que venía al mundo (cf. Lucas 2,6-7). Ante el peligro inminente de Herodes, que quería matar al Niño, José fue alertado una vez más en un sueño para protegerlo, y en medio de la noche organizó la huida a Egipto (cf. Mateo 2,13-14). 

El sexto, “Padre trabajador”.  San José era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo. El trabajo se convierte en participación en la obra misma de la salvación, en oportunidad para acelerar el advenimiento del Reino, para desarrollar las propias potencialidades y cualidades, poniéndolas al servicio de la sociedad y de la comunión.  San Juan Pablo II afirmaba que: Con su trabajo el hombre ha de procurarse el pan cotidiano, contribuir al continuo progreso de las ciencias y la técnica, y sobre todo a la incesante elevación cultural y moral de la sociedad en la que vive en comunidad con sus hermanos. Y «trabajo» significa todo tipo de acción realizada por el hombre independientemente de sus características o circunstancias; significa toda actividad humana que se puede o se debe reconocer como trabajo entre las múltiples actividades de las que el hombre es capaz y a las que está predispuesto por la naturaleza misma en virtud de su humanidad. Hecho a imagen y semejanza de Dios en el mundo visible y puesto en él para que dominase la tierra, el hombre está por ello, desde el principio, llamado al trabajo. El trabajo es una de las características que distinguen al hombre del resto de las criaturas. (Carta Encíclica, Laborem Exercens, 1).  

El Séptimo, “Padre en la sombra.” Con la imagen evocadora de la sombra define la figura de José, que para Jesús es la sombra del Padre celestial en la tierra: lo auxilia, lo protege, no se aparta jamás de su lado para seguir sus pasos. Pensemos en aquello que Moisés recuerda a Israel: «En el desierto, donde viste cómo el Señor, tu Dios, te cuidaba como un padre cuida a su hijo durante todo el camino» (Deuteronomio 1,31). Así José ejercitó la paternidad durante toda su vida 

            La felicidad de José no está en la lógica del autosacrificio, sino en el don de sí mismo. Nunca se percibe en este hombre la frustración, sino sólo la confianza. Su silencio persistente no contempla quejas, sino gestos concretos de confianza.


SOCIALIZACIÓN °°°°

1.  ¿Cuál de las 7 virtudes de san José, te ha llamado la atención?

2. ¿Por qué será que el Papa Francisco, afirma que la figura de san José es un buen ejemplo, para una persona de segunda línea?

3. ¿Con cual de las virtudes de san José te identificas?

4. ¿Cuál virtud te hace falta, contemplando la santidad de san José?

SAN JOSÉ ES EL HOMBRE JUSTO

Tema 2.  

QUÉ NOS CUENTA LA SAGRADA ESCRITURA °°°

Dice el santo Evangelio: El origen de Jesucristo fue de esta manera: Su madre,


María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, que era justo, pero no quería infamarla, resolvió repudiarla en privado. Así lo tenía planeado, cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros». Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. (Mateo 1, 18-24).

Según Papa Francisco:  San José fue el primer invitado a custodiar la alegría de la Salvación. Frente a los crímenes atroces que estaban sucediendo, san José –testimonio del hombre obediente y fiel– fue capaz de escuchar la voz de Dios y la misión que el Padre le encomendaba. Y porque supo escuchar la voz de Dios y se dejó guiar por su voluntad, se volvió más sensible a lo que le rodeaba y supo leer los acontecimientos con realismo.   

EL HERMENEUTA BÍBLICO AFIRMA:  Si José hubiese sido justo según la justicia de los escribas y de los fariseos, hubiera tenido que denunciar a María, y la pena para ella hubiera sido la muerte por apedreamiento.

• José era justo, ¡sí!, pero su justicia era diferente. Ya antes él practicaba aquello que Jesús enseñaría más tarde: “Si su justicia no supera la justicia de los escribas y de los fariseos, no entraren en el Reino de los Cielos” (Mateo 5,20). Por ello José, sin comprender los hechos, decide despedirla en secreto.

• En la Biblia, el descubrimiento del llamado de Dios en los hechos acontece de distintas formas. Por ejemplo, rumiando los hechos (Lucas 2,19.51), a través de la meditación de la Biblia (Hechos 15,15-19; 17,2-3), a través de los ángeles (la palabra ángel significa mensajero), que ayudan a descubrir el significado de los hechos (Mateo 28,5-7). José llegó a percibir el significado de lo que estaba ocurriendo a María a través de un sueño. En el sueño un ángel se sirvió de la Biblia para aclarar el origen del embarazo de María. Venía de la acción del Espíritu de Dios.

• Cuando para María todo fue claro, ella exclamó: “He aquí la esclava del Señor, ¡hágase en mí según tu Palabra!” Cuando para José todo fue claro, tomó a María como su esposa, y fueron a vivir juntos. Gracias a la justicia de José, María no fue apedreada y Jesús siguió viviendo en su seno. (Fuente: Orden de los predicadores).

Como hombre "justo", san José, trata de interpretar y aplicar la Ley de manera justa. Él lo hace con amor, no quiere exponer públicamente a María a la ignominia. La ama incluso en el momento de la gran desilusión. Vive la Ley como "evangelio", busca el camino de la unidad entre la ley y el amor. —San José está preparado interiormente para el mensaje nuevo, inesperado y humanamente increíble, que recibirá de Dios. La finura de José para percibir lo divino (un ángel se le apareció en sueños)

SEGÚN EL PAPA EMÉRITO BENEDICTO XVI

            San José es el hombre justo por excelencia. La función de san José no puede


reducirse a este aspecto legal. Es modelo del hombre "justo", que, en perfecta sintonía con su esposa, acoge al Hijo de Dios hecho hombre y vela por su crecimiento humano. Entre otros aspectos, destaca su silencio, impregnado de contemplación del misterio de Dios, con una plenitud de fe y con una actitud de total disponibilidad a la voluntad divina.

—Jesús, Tú aprendiste de tu padre José —en el plano humano— la fuerte interioridad que es presupuesto de la auténtica justicia, la "justicia superior" que enseñaste a tus discípulos.

San José, hombre justo, vive la Ley como "evangelio"

SOCIALIZACIÓN °°°

1.  Piensa en la siguiente frase:  La justicia de san José, era diferente a como la practicaban los demás. ¿Qué significa ser justo?

2. ¿Cuál es la verdadera justicia que desea Dios, que practiquemos?

3. José es el hombre justo, acoge a su Hijo Jesús y se preocupa por su crecimiento personal. 

4. Cómo se puede explicar que la ley se debe vivir como el Evangelio.

SAN JOSE PERCIBE LO QUE ES DIVINO

Y TIENE LA CAPACIDAD DEL DISCERNIMIENTO

Tema 3.


¿QUÉ NOS CUENTA LA SAGRADA ESCRITURA?

                        Dice el santo Evangelio: Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo le había revelado que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo Israel.»

Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción - ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.» (Lucas 2, 22-35).

Afirma el Papa Emérito:  Sólo a una persona íntimamente atenta a lo divino, dotada de una peculiar sensibilidad por Dios, le puede llegar un mensaje de esta manera.

El mensaje es impresionante y requiere una fe excepcionalmente valiente. ¿Es posible que Dios haya actuado así en un ser humano? José estaba considerando en su interior cuál debería ser la reacción justa ante el embarazo de María. Y ahora se le interpela explícitamente en cuanto "hijo de David", indicando con eso el cometido que se le confía en este acontecimiento: como destinatario de la promesa hecha a David, él debe hacerse garante de la fidelidad de Dios.

—"No temas": con la misma exhortación del ángel a María, José se encuentra ahora implicado en el misterio de la Encarnación de Dios.   Fuente: Evangeli Net.

            El Papa emérito Benedicto XVI propone tres pensamientos ante el acontecimiento de la presentación de Jesús en el templo:

            El primero: el icono evangélico de la Presentación de Jesús en el templo contiene el símbolo fundamental de la luz; la luz que, partiendo de Cristo, se irradia sobre María y José, sobre Simeón y Ana y, a través de ellos, sobre todos.

            En segundo lugar, el icono evangélico manifiesta la profecía, don del Espíritu Santo. Simeón y Ana, contemplan al Niño Jesús, vislumbran su destino de muerte y de resurrección para la salvación de todas las naciones y anuncian este misterio como salvación universal.

            En tercer lugar, el icono evangélico de la Presentación de Jesús en el templo manifiesta la sabiduría de Simeón y Ana, la sabiduría de una vida dedicada totalmente a la búsqueda del rostro de Dios, de sus signos, de su voluntad; una vida dedicada a la escucha y al anuncio de su Palabra. «”Faciem tuam, Domine, requiram”: tu rostro buscaré, Señor (Sal 26, 8) (Homilía 2 de febrero 2011).  

SOCIALIZACIÓN


1. ¿En qué momentos de la vida de san José, crees que él percibe lo que es de Dios?

2. Recuerdas algún pasaje del Evangelio según san Lucas, donde san José demuestra su capacidad de discernimiento? ¿Él sabe lo que debe hacer? ¿Gracias a qué?

3. En tu vida personal, ¿sabes definir lo que es de Dios?

4. ¿Cuáles serán las condiciones esenciales, para poder saber, lo que es o no de Dios?

5. San José discierne lo que debe hacer en momentos de peligro. Reflexiona el siguiente texto bíblico y saca tus conclusiones °°°°  Mateo 2, 13-18.

SAN JOSÉ ES MODELO DEL ESPOSO

Y DE PADRE

Tema 4.

¿QUÉ NOS DICE EL SANTO EVANGELIO? °°°


«Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones*, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.” (Lucas 2, 22-40) 

PENSEMOS UN POCO    °°°° La Sagrada familia de Nazaret es la mejor escuela para entender cómo se fusiona una familia, cómo se organiza, cómo sus miembros viven su propia realidad en la armonía del amor, del entendimiento, de la comprensión, de la tarea que se le ha encomendado a cada persona.  El niño Jesús actúa de manera autónoma pero no por desobediencia e irresponsabilidad de adolescente, sino por fidelidad a su conciencia de Hijo de Dios. San José asume su paternidad adoptiva, con cariño y sacrificio porque sabe su responsabilidad delante de Dios. San José se convierte en el papá, el hombre justo, el hombre fiel, el hombre que le obedece a Dios.  La Virgen María, estaría pensando como cualquier mujer en ser mamá, en ser esposa, en organizar su casa, pero se adelantó el amor a Dios, la fidelidad a la Palabra, la conciencia de lo que iría a suceder, y declina por un amor universal, acepta ser la esclava del Señor y se convierte en el modelo perfecto de la fe, del amor, de la voluntad, de las virtudes. Es la mujer santa por excelencia.

El Papa emérito Benedicto XVI, recomienda:  La preocupación de María y de José por Jesús es la misma de todo padre que educa a un hijo, que le introduce a la vida y a la comprensión de la realidad. Hoy, por lo tanto, es necesaria una oración especial por todas las familias del mundo. Imitando a la Sagrada Familia de Nazaret, los padres se han de preocupar seriamente por el crecimiento y la educación de los propios hijos, para que maduren como hombres responsables y ciudadanos honestos, sin olvidar nunca que la fe es un don precioso que se debe alimentar en los hijos también con el ejemplo personal. Al mismo tiempo, oremos para que cada niño sea acogido como don de Dios y sostenido por el amor del padre y de la madre, para poder crecer como el Señor Jesús «en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres» (Lucas 2, 52). Que el amor, la fidelidad y la dedicación de María y José sean ejemplo para todos los esposos cristianos, que no son los amigos o los dueños de la vida de sus hijos, sino los custodios de este don incomparable de Dios.

Que el silencio de José, hombre justo (cf. Mateo 1, 19), y el ejemplo de María, que conservaba todo en su corazón (cf. Lucas 2, 51), nos hagan entrar en el misterio pleno de fe y de humanidad de la Sagrada Familia. Deseo que todas las familias cristianas vivan en la presencia de Dios con el mismo amor y con la misma alegría de la familia de Jesús, María y José. (Ángelus, 30 de diciembre 2012). 


EL PAPA FRANCISCO NOS PONE A PENSAR EN LA FIGURA DE SAN JOSÉ COMO ESPOSO Y MODELO DE PADRE EN UN HOGAR
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San José como custodio de la familia, esposo de la Virgen María, patrón de la Iglesia universal, fuera de cualquier modelo patriarcal o machista, sino al contrario, ejemplo de amor fiel y estable de un hombre por una mujer ante la presencia del amor de Dios. “Prometer un amor para siempre es posible cuando se descubre un plan que sobrepasa los propios proyectos, que nos sostiene y nos permite entregar totalmente nuestro futuro a la persona amada” (Carta Encíclica, Lumen Fidei, 52).

            “¡No tengamos miedo a los compromisos definitivos, a los compromisos que implican y exigen toda la vida! ¡Así la vida será fecunda! Y esto es libertad: tener el valor de tomar estas decisiones con magnanimidad” (04.05.2013), así como lo hizo San José con la Virgen María,

            «José era el hombre de los sueños, pero no era un soñador ¿eh? No era fantasioso. Un soñador es otra cosa: es aquel que cree…va… está en el aire, y no tiene los pies plantados en la tierra» (18.12.2018).

            San José, es el modelo de esposo cariñoso, que se preocupa por la Virgen María y, como padre adoptivo de Jesús es su protector, el custodio del amor fiel ante cualquier desventura. José padre legal de Jesús es quien le enseña también su trabajo. El hijo de Dios necesitó de una familia. Por eso, María y José, son un matrimonio que sigue inspirando porque enfrentaron juntos los problemas de cada día.

José es un esposo, hombre dócil y sabio que nos invita a levantar la mirada hacia el amor constante, devoto y firme. “Se trata de recuperar la lógica sorprendente de Dios que, alejada de pequeños o grandes cálculos, está hecha de apertura hacia nuevos horizontes, hacia Cristo y su Palabra” (Ángelus 22.12.2019).

«El preocuparse, el custodiar, requiere bondad, pide ser vivido con ternura. En los Evangelios, san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor» (19.03.2013).  (Fuente: Aleteia. Org.)

San José:   Custodio de María y de Jesús. Discreción, humildad, silencio y fidelidad en san José. Custodio de los dones de Dios. Siempre en Gracia de Dios.


SOCIALIZACIÓN °°°

1. La sagrada familia de Nazareth es el modelo perfecto de un hogar. ¿Cuáles crees que deben ser las virtudes de un padre, de una madre, de un hijo?

2. Un buen esposo, ¿Cómo debería ser?

3. ¿Por qué la Santa Biblia, afirma que el esposo es la cabeza de un hogar?

4. ¿Qué cualidades destacas de san José, como modelo de esposo y de padre?

SAN JOSÉ ES MODELO DE CREYENTE.

Tema 5.   

OREMOS Y MEDITEMOS SEGÚN EL TEXTO DEL EVANGELIO.   °°°°°

Su marido José, que era justo, pero no quería difamarla, resolvió repudiarla en


privado. Así lo tenía planeado, cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. (Mateo 1, 18 y 24).   San José, escucha y obedece a la voz de Dios

La Quinta conferencia episcopal latinoamericana y del caribe, reunida en Aparecida (Brasil) en el año 2007 presentaba a san José como el Maestro que fascina: “«Nuestros pueblos nutren un cariño y especial devoción a San José, esposo de María, hombre justo, fiel y generoso que sabe perderse para hallarse en el misterio del Hijo. San José, el silencioso maestro, fascina, atrae y enseña, no con palabras sino con el resplandeciente testimonio de sus virtudes y de su firme sencillez» (Numeral 274). 

Monseñor, Flavio Calle Zapata, arzobispo emérito, en la Arquidiócesis de Ibagué, en el año 2013 abriendo el primer congreso sobre san José, iniciaba su exposición dando respuesta a inquietudes, a virtudes, a la misma genealogía, a la vida ejemplar de san José.   Monseñor nos dejó las siguientes enseñanzas sabias sobre el custodio del Redentor del mundo. 

¿QUÉ SABEMOS SOBRE EL CAMINO DE LA VIDA DE SAN JOSÉ?


Descendiente de David. Hombre justo. Esposo de María por una prodigiosa escogencia divina. Llamado por todos Carpintero de Nazareth y padre de Jesús. Ante el misterio de la Encarnación se comporta temeroso y maravillado, pero el Ángel lo tranquiliza. Va a Belén para el censo. Acoge al Niño Dios en la pobreza y el frío de una cueva de animales. Presenta con María al Niño Dios en el Templo. Huye a Egipto como refugiado para salvar la vida del Niño. Retorna a Nazareth hasta su glorioso tránsito a las manos del Padre. 

¿QUÉ SE PUEDE DECIR DE LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ?

San José es el santo que todo cristiano debe venerar con devoción particular porque es el protector de la Iglesia, defensor de la vida consagrada y de la familia, patrono de los obreros, defensor de los niños, de las vírgenes, de las madres, de los prófugos y los moribundos.

Es protector de los Seminaristas y Sacerdotes, pues asistió en la tierra al Sumo y Eterno Sacerdote. Es gran protector de los que a él se encomiendan y le piden ayuda para las obras que agradan a Dios. Obtiene muchísimas gracias, ya que Dios no le dice no en el cielo, a quien le sirvió con todo a Él, aquí en la tierra.   

SAN JOSÉ SE CONVIERTE EN UN MODELO DE FE.

LO PRIMERO: San José, llamado hombre justo es poseedor de todas las virtudes. La primera y principal, la base sobre la cual se levanta el edificio de un verdadero hombre de Dios, es la fe. La fe descansa en Dios, en su Palabra, en sus anuncios y promesas. San José vivó de fe. Actuó por la fe, por la confianza y por el abandono total en la Divina Providencia.   

LO SEGUNDO:  Por su fe San José aceptó siempre las palabras del Ángel como venidas de Dios. Muchos de los anuncios de Dios a José fueron durante el sueño, que es un estado borroso y confuso. Sin la menor vacilación aceptó la maternidad de María, creyó en la divinidad del  Niño a pesar de su similitud con todos los niños, huyó a Egipto para salvarlo, regresó a su patria cuando le fue indicado.  

LOS PADRES DE SAN JOSÉ Y SU INFANCIA

Su nombre, José. Es hijo de la oración de sus padres. Es semejante a María en los orígenes, en la patria (Nazareth) y en las virtudes. Sus padres le brindan la educación de un perfecto judío en religión y en las virtudes humanas.

Circuncidado y presentado al Templo en las fechas indicadas. Su infancia fue un acelerado crecimiento en las virtudes. Sus maestros fueron sus mismos padres. Le apasionaba la historia de los patriarcas y profetas cuyas virtudes imitaba. Aprendió de memoria los salmos y oraba como los antiguos; 7 veces al día.  


SAN JOSÉ, ES UN PRODIGIO DE SANTIDAD
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LO PRIMERO: Es santo ya desde el vientre de su madre. Llegó pronto a los hábitos más perfectos en todas las virtudes. Más sabio y santo que todos los patriarcas. Más alto en santidad que los mismos serafines. Crecía maravillosamente en el amor a Dios y el prójimo, en la práctica de todas las virtudes, de modo que se volvía cada día más admirable no sólo ante los ojos de los hombres sino de los mismos ángeles.

LO SEGUNDO: San José era modelo de judío orante. Los elementos que Nuestro Señor, Maestro de la oración perfecta, tuvo presentes al componer y entregar el Padre Nuestro a los Apóstoles; los escuchó en la oración de San José. José enseñaba a Jesús a orar, pero en ese ejercicio el maestro se convertía en discípulo. José pedía perdón a Dios y perdonaba las      ofensas recibidas, oraba por los perseguidores, pedía la venida del Reino de Dios, la liberación del mal y de caer en la tentación de la apostasía. San José dirigía su vida por la Voluntad de Dios que está en los cielos y quería que ese divino querer se cumpliera igualmente en la tierra. Como pobre y humilde pedía el don del pan cada día.

LO TERCERO: La razón de su santidad consiste principalmente en haber sido destinado para ejercer, en nombre del Padre Celestial, la patria potestad sobre Jesús y María.

Dios lo hizo digno esposo de la Divina Madre y padre del Hijo de Dios en la tierra.  San José recibe el poder más grande dado a un mortal después de la maternidad virginal                                                     de María.

SAN JOSÉ ES MODELO DE VIRTUDES.

      Vivía de la fe; imitaba siempre a Abraham, modelo consumado de creyente, quien siempre caminó en la presencia del Señor. Vivía de las promesas y oraba por la realización de los anuncios que Dios le hacía por medio del Ángel

      Tenía gran caridad con los pobres, daba limosnas sin quedarse con nada, daba con alegría, no era apegado a cosas ni a dinero, pedía a sus padres para entregar a los necesitados, destinaba dinero de su trabajo para los pobres 

      Observaba perfecta castidad y pureza. Evitaba los peligros, mortificaba los sentidos, ofrecía a Dios ayunos y penitencias. Se conservó siempre digno de ser el esposo virgen de la Reina de las Vírgenes

      La acción del Espíritu Santo lo elevó a la perfección desde niño. Fue dotado de gran criterio, más que un hombre adulto. Recibió el don de consejo. Dejaba todo en oración pidiendo a Dios luces para armonizar las decisiones con su divina Voluntad. Se hizo sabio para aconsejar mediante el contacto con la Torá, su fuente de sabiduría. Conocía perfectamente las Escrituras, la historia, la tradición de su pueblo y la legislación. Todo el que necesite buen consejo debe acudir a San José.   

      El Carpintero de Nazareth es el mayor entre todos los patriarcas y profetas en la historia de Israel que precedieron a Jesús.

      Sentía un afecto particular por el Templo de Jerusalén en donde pasaba largas horas de contemplación. Presentaba ofrendas generosas al Templo. Pedía a Dios una compañía o amigo fiel con quien pudiera compartir sobre las grandezas de Dios. Pedía a Dios anticipara el envío del Mesías prometido.  

      Dios puso en su alma una caridad y compasión altísima por los moribundos. En la agonía se decide la eterna suerte de las personas y los demonios hacen todo esfuerzo por ganar almas para las penas eternas.

Acompañó con admirable dedicación a sus padres en su enfermedad, agonía y muerte. Él tuvo la dicha de entregar su alma en manos de Jesús y de María. San José, «terror de los demonios», patrono de la santa muerte, debe ser invocado como compañía y defensa de los moribundos.

SAN JOSÉ, DECIDE DEJAR A SU ESPOSA

San José no encontraba explicación a lo que sus ojos veían. Sin embargo el respeto, el amor y la delicadeza del trato eran crecientes.                    

San José nunca hizo juicios de infidelidad. Para proteger a María decidió dejarla en casa y partir con su alma traspasada de dolor. Dios devolvió la paz al corazón de José por medio del Ángel.

EL DESPOSORIO DE MARÍA Y JOSÉ ES UN ACTO DE FE.

María Inmaculada y Virgen por inescrutable designio de Dios, acepta a José como esposo. María asume el proyecto de Dios antes que el suyo propio; es heroica en la obediencia y se abandona en manos de Dios: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra».  Dos vírgenes se desposan y se dan el trato a la vez esponsal y virginal. 

            El esposo escogido es descendiente de David, como María; de 33 años, hombre                                      guapo y de aspecto agradable, pero de incomparable modestia y gravedad; hombre puro en                       pensamiento, en conducta y en sus inclinaciones. El más casto y santo de los hombres; el más grato a los ojos de Dios.

EL SILENCIO DE SAN JOSÉ

      Toda la misión de José, el Carpintero de Nazareth, su participación en la vida y obra de Jesús fue un misterio oculto a los hombres. Es ahora el momento de revelarlo al mundo porque es necesario que los hombres lo conozcan, lo veneren y lo amen. Él es el poderoso escondido.

      Dios Padre lo eligió para ser modelo y formador de su Hijo en la tierra, modelo también de todos los hombres. Amó a Dios como ningún judío justo de su tiempo. Dios lo eligió entre los hombres de su tiempo por ser justo, piadoso y fiel.

SAN JOSÉ, SOMBRA DEL PADRE

José fue imagen perfecta, sombra y resplandor de Dios. Iluminó a Jesús por el sendero justo.

Lo educó con sabias y santas lecciones de amor, justicia, paz y reconciliación.

José fue el modelo que Jesús imitó en todo por su obediencia total a Dios en la ley mosaica. 

EL DICHOSO TRÁNSITO DE SAN JOSÉ

Jesús y María asisten a José en su enfermedad y reciben su alma al expirar. Tienen intercambio de bendiciones, perdones y despedidas.

        Dios le concede la más dichosa de las muerte

SOCIALIZACIÓN °°°


1. ¿Cuáles serían las tres virtudes que destacarías en la vida de San José?

2. ¿Por qué San José es un prodigio de santidad?

3. San José se distingue por su oración, su caridad, su misericordia, por su obediencia a la Palabra de Dios. Te parece que son virtudes dignas de imitar en la vida, ¿Cómo lo harías?

SAN JOSÉ

ES CUSTODIO DEL REDENTOR

Tema 6.

San José, Llamado a ser el Custodio del Redentor, «José... hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer» (Mateo 1, 24).

Desde los primeros siglos, los Padres de la Iglesia, inspirándose en el Evangelio, han subrayado que san José, al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo. 

            Así inicia el Papa San Juan Pablo II su exhortación apostólica: “Redemptoris


Custos” sobre la figura y la misión de san José, en la vida de Cristo y de la Iglesia. Un 15 de agosto de 1989.   Dicha exhortación contiene el siguiente orden temático:

LO PRIMERO.   Un marco evangélico.

«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1, 20-21).

En estas palabras se halla el núcleo central de la verdad bíblica sobre san José, el momento de su existencia al que se refieren particularmente los Padres de la Iglesia.

LO SEGUNDO El depositario del misterio de Dios

Cuando María, poco después de la anunciación, se dirigió a la casa de Zacarías para visitar a su pariente Isabel, mientras la saludaba oyó las palabras pronunciadas por Isabel «llena de Espíritu Santo» (Lucas 1, 41). Además de las palabras relacionadas con el saludo del ángel en la anunciación, Isabel dijo: «¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» (Lucas 1, 45). Estas palabras han sido el pensamiento-guía de la encíclica Redemptoris Mater, con la cual he pretendido profundizar en las enseñanzas del Concilio Vaticano II que afirma: «La Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la cruz» y «precedió» a todos los que, mediante la fe, siguen a Cristo.

Ahora, al comienzo de esta peregrinación, la fe de María se encuentra con la fe de José. Si Isabel dijo de la Madre del Redentor: «Feliz la que ha creído», en cierto sentido se puede aplicar esta bienaventuranza a José, porque él respondió afirmativamente a la Palabra de Dios, cuando le fue transmitida en aquel momento decisivo. En honor a la verdad, José no respondió al «anuncio» del ángel como María; pero hizo como le había ordenado el ángel del Señor y tomó consigo a su esposa. Lo que él hizo es genuina "obediencia de la fe" (cf. Romanos 1, 5; 16, 26; 2 Corintios 10, 5-6). 

LO TERCERO:  El varón justo, el esposo.

Durante su vida, que fue una peregrinación en la fe, José, al igual que María, permaneció fiel a la llamada de Dios hasta el final. La vida de ella fue el cumplimiento hasta sus últimas consecuencias de aquel primer «fiat» pronunciado en el momento de la anunciación mientras que José —como ya se ha dicho— en el momento de su «anunciación» no pronunció palabra alguna. Simplemente él «hizo como el ángel del Señor le había mandado» (Mateo 1, 24). Y este primer «hizo» es el comienzo del «camino de José». A lo largo de este camino, los Evangelios no citan ninguna palabra dicha por él. Pero el silencio de José posee una especial elocuencia: gracias a este silencio se puede leer plenamente la verdad contenida en el juicio que de él da el Evangelio: el «justo» (Mateo 1, 19).

            El varón «justo» de Nazaret posee ante todo las características propias del esposo. El Evangelista habla de María como de «una virgen desposada con un hombre llamado José» (Lucas 1, 27). Antes de que comience a cumplirse «el misterio escondido desde siglos» (Efesios 3, 9) los Evangelios ponen ante nuestros ojos la imagen del esposo y de la esposa. Según la costumbre del pueblo hebreo, el matrimonio se realizaba en dos etapas: primero se celebraba el matrimonio legal (verdadero matrimonio) y, sólo después de un cierto período, el esposo introducía en su casa a la esposa. Antes de vivir con María, José era, por tanto, su «esposo»; pero María conservaba en su intimidad el deseo de entregarse a Dios de modo exclusivo.

LO CUARTO:  El trabajo expresión del amor.

            Expresión cotidiana de este amor en la vida de la Familia de Nazaret es el trabajo. El


texto evangélico precisa el tipo de trabajo con el que José trataba de asegurar el mantenimiento de la Familia: el de carpintero. Esta simple palabra abarca toda la vida de José. Para Jesús éstos son los años de la vida escondida, de la que habla el evangelista tras el episodio ocurrido en el templo: «Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos» (Lucas 2, 51).

Esta «sumisión», es decir, la obediencia de Jesús en la casa de Nazaret es entendida también como participación en el trabajo de José. El que era llamado el «hijo del carpintero» había aprendido el trabajo de su «padre» putativo. Si la Familia de Nazaret en el orden de la salvación y de la santidad es ejemplo y modelo para las familias humanas, lo es también análogamente el trabajo de Jesús al lado de José, el carpintero.

            En el crecimiento humano de Jesús «en sabiduría, edad y gracia» representó una parte notable la virtud de la laboriosidad, al ser «el trabajo un bien del hombre» que «transforma la naturaleza» y que hace al hombre «en cierto sentido más hombre».

La importancia del trabajo en la vida del hombre requiere que se conozcan y asimilen aquellos contenidos «que ayuden a todos los hombres a acercarse a través de él a Dios, Creador y Redentor.  

LO QUINTO:  El primado de la vida interior.

            También el trabajo de carpintero en la casa de Nazaret está envuelto por el mismo clima de silencio que acompaña todo lo relacionado con la figura de José. Pero es un silencio que descubre de modo especial el perfil interior de esta figura. Los Evangelios hablan exclusivamente de lo que José «hizo»; sin embargo, permiten descubrir en sus «acciones» —ocultas por el silencio— un clima de profunda contemplación. José estaba en contacto cotidiano con el misterio «escondido desde siglos», que «puso su morada» bajo el techo de su casa. Esto explica, por ejemplo, por qué Santa Teresa de Jesús, la gran reformadora del Carmelo contemplativo, se hizo promotora de la renovación del culto a san José en la cristiandad occidental.

LO SEXTO:  San José es Patrono de la Iglesia.

            ¿Cuáles son los motivos para tal confianza? León XIII los expone así: «Las razones por las que el bienaventurado José debe ser considerado especial Patrono de la Iglesia, y por las que, a su vez, la Iglesia espera muchísimo de su tutela y patrocinio, nacen principalmente del hecho de que él es el esposo de María y padre putativo de Jesús (...). José, en su momento, fue el custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia (...). Es, por tanto, conveniente y sumamente digno del bienaventurado José que, lo mismo que entonces solía tutelar santamente en todo momento a la familia de Nazaret, así proteja ahora y defienda con su celeste patrocinio a la Iglesia de Cristo».

SOCIALIZACIÓN °°°


1. San José es modelo y patrono de hombres y mujeres en el trabajo. El Papa San Juan Pablo II, afirma que el trabajo dignifica a cada persona, la convierte en otra realidad.  ¿Cómo se puede distinguir una persona en su trabajo?

2. San José es el Varón Justo, el esposo.  Enumera algunas cualidades que debería tener una persona para ser un varón justo. 

3. San José se distinguió por su silencio, por manejar un perfil bajo en su misión. ¿Crees que ese es un buen ejemplo para aquellos que deseen ser discípulos de Cristo, hombres y mujeres, que no se ubiquen por encima de la comunidad, sino al servicio de la comunidad?