7 de enero de 2021

EL QUE NO NACE DE NUEVO, NO SE ENTIENDE CON DIOS.


Evangelio para el domingo 10 de enero 2021
. El que no nace de nuevo, no se entiende con Dios.
 “Juan proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias.  Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.» °°° (Marcos 1, 7-11). San Juan el Bautista se preocupó por preparar y disponer el espíritu de la comunidad creyente para recibir a Cristo, el Mesías, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.  Utilizó el agua como elemento natural y purificador, para con este signo enseñarle a la humanidad que es necesario estar limpio para entender el misterio de Dios.  El bautismo es un sacramento del agua y del Espíritu Santo. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
            Nuestra Iglesia Católica ha sido muy cuidadosa: ha preparado, ha administrado, ha tratado con delicadeza los sacramentos que el Maestro de Nazareth propuso para llevar una auténtica vida cristiana, para alcanzar la vida eterna, para vivir de acuerdo con la ley de Dios. El primer sacramento se denomina el bautismo. Es un sacramento porque viene de Dios y es de Dios. Es el fundamento de toda la vida cristiana; es el pórtico de la vida en el Espíritu. Es la puerta que abre al acceso a los demás sacramentos. (Cf. Catecismo Iglesia Católica, 1213). El mayor ejemplo del bautismo lo tenemos en Jesús de Nazareth. El Hijo de Dios se sometió voluntariamente al bautismo de Juan el bautista, en el río Jordán, el cual estaba destinado a los pecadores, para “cumplir toda justicia.” Así quedó escrito en el libro Sagrado, (Mateo 3,15) y así lo enseña la Iglesia en su catecismo (cf. Numeral 1224).   

            Todos los que hemos recibido ese primer sacramento, aprendemos a vivir como bautizados en la Iglesia.  Con un inmenso amor a Dios, con un respeto sagrado por lo que somos y hemos recibido, con una prudencia diligente en la relación con el mundo, con un testimonio de vida. El Papa emérito Benedicto XVI, nos enseña que el bautismo de Jesucristo muestra el camino de abajamiento y de humildad, que el Hijo de Dios eligió para adherirse al proyecto de su Padre, ser obediente a su voluntad. Así que, Aquel que no tiene pecado, se ubica entre los pecadores para hacerse bautizar. (Homilía, 13 de enero 2013).   Cuida tu salud: Quien es bautizado en la Iglesia, se convierte en luz en medio de las tinieblas.