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Cada cristiano es “como un pequeño brote
donde se posará el Espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conciencia y de temor del
Señor. Esos son los dones del Espíritu Santo. De la pequeñez se crece a la
plenitud del Espíritu. Esta es la promesa, este es el Reino de Dios. Esta es la
vida del cristiano”. Francisco exhortó a “ser conscientes de que cada uno de
nosotros es un brote de aquella raíz que debe crecer, crecer con la fuerza del
Espíritu Santo, hasta la plenitud del Espíritu Santo en nosotros. ¿Y cuál sería
la misión del cristiano? Simplemente custodiar ese brote que crece en nosotros,
custodiar su crecimiento, custodiar el Espíritu”. El Pontífice se preguntó
sobre cuál es el estilo de vida del cristiano: “Es un estilo como el de Jesús,
sustentado en la humildad”. “Hace falta fe y humildad para que crezca ese
brote, ese don pequeño que llegará a la plenitud de los dones del Espíritu
Santo. Necesitamos humildad para creer que el Padre, Señor del Cielo y de la
Tierra ha ocultado estas cosas a los sabios, a los doctores y se las ha
revelado a los humildes, como recuerda el Evangelio de hoy. Humildad es ser
pequeño como un brote, un brote que crece cada día, un brote que necesita al
Espíritu Santo para poder ir adelante hacia la plenitud de la propia vida”.
El Pontífice finalizó su homilía pidiendo
“que el Señor nos de esta grandeza de custodiar lo pequeño hacia la plenitud
del Espíritu. No olvidéis las raíces y aceptad las humillaciones”. Fuente:
Aciprensa.