Evangelio
para el domingo 7 de junio 2020. °°° «Estando en Jerusalén dijo Jesús a
Nicodemo: Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no
perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque
Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se
salve por él.”°°° (Juan 3, 16-18). Dios es comunión y participación. Es Padre,
Hijo y Espíritu Santo. Dios es uno y es Trino. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de
Ibagué. El mundo católico centra su
pensamiento y su fe en ese Misterio infinito e inescrutable y con tanto
contenido. Cómo se puede entender desde la razón humana; que existe un Dios,
que a su vez son tres personas distintas y un solo Dios verdadero.
Un Dios en
cuyas tres personas existen funcionalidades diversas y al mismo tiempo están
unidos perfectamente por la gracia del Espíritu. Un Dios que es misterio
central de la fe y de la vida cristiana. Un Dios que es la fuente de todos los
otros misterios de la fe. Un misterio que no se puede conocer, sino única y
exclusivamente por revelación de Dios. Así lo enseña el Catecismo de la Iglesia
Católica, cf. # 234 y 237.
Dios es el modelo perfecto de la
vida cristiana. El misterio de Dios, siendo tres personas distintas, logra la
unidad y la complementariedad, gracias al amor. El misterio de Dios se entiende
desde la experiencia del amor, se experimenta en la unidad universal y se
traduce en la hermandad que es el resultado de la fe de todos aquellos que
creemos en Dios. Dios es modelo perfecto de la vida en comunidad: Dios vive en
comunidad, Dios es amor, Dios es Espíritu, Dios es vida y Gracia; Dios no vive
solo, Dios no tomó decisiones Él solo, debería ser el mismo Dios para todos, el
mundo debería vivir, como vive Dios. El amor, la paz y la mansedumbre son
propios de una familia cristiana según el modelo de la Santísima Trinidad.
El
Papa Francisco en su Ángelus Regina Coeli, el 1 de junio del 2015, propuso el
misterio de la santísima trinidad como modelo y reflejo de lo que debería ser
la comunión entre hombres y mujeres. Afirmaba el Papa: “el misterio del único
Dios en tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Nos renueva la
misión de vivir la comunión con Dios y vivir la comunión entre nosotros, sobre el
modelo de esa comunión de Dios. No estamos llamados a vivir ‘los unos sin los
otros, encima o contra los otros’, sino ‘los unos con los otros, por los otros
y en los otros’. Cuida tu salud: El Espíritu Santo nos permite escuchar y
entendernos con los demás.