7 de agosto
2020. “Las bienaventuranzas en tiempo de Pandemia. Autor: Monseñor, Carlos
Enrique Samaniego. Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México. El
Papa Francisco nos ha regalado una Exhortación Apostólica sobre el llamado a la
santidad en el mundo actual. En el Bautismo recibimos la vida de la gracia que
significa la amistad íntima y vital con Cristo, esa vida está llamada a
desarrollarse y llegar a su plenitud es la santidad. Preguntémonos ¿qué
significa ser cristiano hoy? ¿Ser cristiano es importante en tiempos de
pandemia? “La respuesta es sencilla –dice el Papa- es necesario hacer lo que
dice Jesús en el sermón de la bienaventuranzas. En ellas se dibuja el rostro
del Maestro, que estamos llamados a trasparentar en lo cotidiano” (Gaudete et Exultate
63). Dejemos que las Bienaventuranzas transparenten en nuestras vidas la vida
de Jesús.
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
cielos
Las cosas
materiales tienen como destino ser correctamente distribuidas entre todos.
¿Cómo usamos los bienes materiales en este tiempo de pandemia? ¿Somos
conscientes de que no somos dueños, sino administradores de los bienes que Dios
ha destinado para todos?
Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados
Hay que
pedir a Dios la gracia de conmovernos frente al dolor ajeno. Ofrezcamos
consuelo a las personas que lloran por sus familiares y amigos enfermos o que
han muerto a causa de la pandemia.
Bienaventurados los mansos porque heredaran la tierra
En este
tiempo, las personas mansas, es decir dóciles, no violentas y dispuestas a ser
instrumentos de reconciliación, serán un elemento clave e indispensable para
edificar la paz amenazada por la violencia intrafamiliar y generalizada.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia, porque
serán saciados
Se trata de
un gran deseo de equidad, verdad y justicia que haga frente al mal que hace
sufrir a muchas personas. En estos tiempos Dios escucha el grito de opresión de
sus hijos, los que siempre sufren la injusticia y el abuso de los demás y
quiere, a través de la justicia de cada uno, ofrecer la paz para todos.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos encontrarán
misericordia
Todos somos
deudores ante Dios, pues no hemos sido buenos hijos, también somos deudores con
los demás, porque no siempre nos hemos portado de la mejor manera, y, con todo,
hemos experimentado el perdón, el amor que nos tienen Dios y los demás. En
estos tiempos de pandemia seamos misericordiosos como el Padre ha sido
misericordioso con nosotros.
Bienaventurados los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios
La limpieza
de corazón significa llevar una vida honesta consigo mismo, con los demás y con
Dios. El limpio de corazón tendrá luz para discernir la verdad de la mentira,
la bondad de la maldad y podrá dirigir sus pasos por senderos correctos. En
estos tiempos de pandemia se necesitan personas que sepan discernir la voluntad
de Dios en medio de la confusión.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos
de Dios
La paz que
da Jesús no es como la del mundo, no es simple tranquilidad o ausencia de guerra,
la paz es un don de Dios que trae una vida conducida bajo la verdad y la
justicia. Los que trabajan por la paz son llamados hijos de Dios porque actúan
como el Padre.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la
justicia porque de
ellos es el Reino de los cielos
El camino
muchas veces es adverso para quien quiere vivir con fidelidad los compromisos
con Dios y con los demás, pues los criterios del mundo son diversos a los del
evangelio. En estos tiempos de pandemia hace falta que cada cristiano viva sus
deberes de estado con los valores del evangelio, éste será el mejor aporte que
pueda brindar a la sociedad, aunque esto le ocasione persecución.
Las
bienaventuranzas son un camino que conduce, de una vida según este mundo a una
vida guiada según Dios. Quien las vive transparentará la presencia de Cristo en
estos tiempos de pandemia. Fuente: Desde la fe.
Es. Catholic. Net