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de agosto 2020. “No existe cristianismo sin Cruz.” Evangelio para el domingo 30
de agosto 2020. °°° « “Pedro se lo llevó aparte a Jesús y se puso a increparlo:
-« ¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.» Jesús se volvió y dijo a
Pedro: -«Quítate de mi vista Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como
los hombres, no como Dios.» Entonces dijo Jesús a sus discípulos: -«El que
quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me
siga.” °°° Mateo 16, 21-27). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de
Ibagué.
No existe cristianismo sin Cruz.
Aprendemos a pensar, según la mente de Dios. Para un discípulo es esencial
captar a quién está siguiendo.
De eso depende el éxito y la razón de ser de su
seguimiento. Cuanto más un discípulo toma conciencia de quién es su Maestro, y
de su originalidad; tanto más fuerte se hace la exigencia de permanecer junto a
él y estar con Él. El Hijo de Dios, deja bien claro, cuál debe ser la esencia de un
discípulo: renunciar a sí mismo: corrigiendo la manera de ser y de pensar.
Cargar la cruz: En ningún momento se trata de complicarle la vida a una
persona, sino de liberarla; tal como lo entendió el apóstol san Pablo y se lo
comunicó a los Corintios: “los judíos piden milagros y los griegos buscan
sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado, que es escándalo para
los judíos y locura para los paganos.” (1 Corintios 1, 22-23).
Un excelente discípulo, sigue a su
Maestro, representa a su Maestro, se preocupa de ser como su Maestro, piensa
como su Maestro, no se ufana de ser
discípulo, no es más que su Maestro, no contradice a su Maestro: los
pensamientos humanos no siempre coinciden con los pensamientos de Dios. Dice el
libro sagrado: “Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni
vuestros caminos son mis caminos. Como se alza el cielo por encima de la tierra
se elevan mis caminos sobre vuestros caminos y mis pensamientos sobre vuestros
pensamientos." (Isaías 55, 8-9).
Dios tiene su plan y nosotros
debemos ajustarnos a su pensamiento: La
Cruz se convierte en la fuente de la esperanza, la lucha contra el mal, el
camino hacia la eternidad. El
Nazareno pide a los bautizados en su Iglesia Católica: “El que quiera venir
conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.” (Mateo
16,24). Humildad, mansedumbre, generosidad, es el modelo perfecto para un
cristiano. Así lo predicó el santo Padre Francisco en su famosa homilía en la
casa Santa Marta (6 de marzo 2014). El estilo cristiano se entiende desde la
Cruz. Cuida tu salud: Sin la Cruz, nunca lograremos ser dignos representantes
de Jesús.