Evangelio para el domingo 7 de noviembre 2021 La fe, no necesita maquillajes. °°° “Jesús dijo a la gente: « ¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos.” °°° (Marcos 12, 38-44). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
San Agustín
de Hipona, afirmaba: “Es difícil que viva mal quien cree bien. Haz lo que dices
y eso es fe”. Jesucristo, educa, enseña, convence, llama la atención, provoca
la conversión de miles de personas. Su método es la fe, respaldada por su
testimonio de vida. La fe, sostenida en las columnas del amor y de la
misericordia. La fe, alimentada por la oración y la vida en fraternidad Las
palabras se quedan cortas ante un supuesto sistema de vida cristiana de
alguien. Hay personas que les encanta dictar cátedra porque su inteligencia y
experiencia intelectual son muy buenas, desafortunadamente llega un momento en
su historia en que se quedan cortos para ayudar a sus semejantes, porque su
vida espiritual es un desastre. Su fe no combina con el orgullo, la egolatría,
la vanidad. En Cristo encontramos la
combinación perfecta de las dos realidades: Un hombre muy santo y un hombre muy
sabio. Un hombre que inspira respeto, todo lo hace bien, es el personaje que
admira una sociedad.
La manera
como Jesús enseña es con –Autoridad- ese
es el gran secreto de su pedagogía.
Pueden existir muchas maneras de enseñar, hay personas que se destacan
por su sabiduría, por su capacidad de asimilación del mensaje, por su
creatividad en el exponer, por la rigurosidad en sus fuentes de memoria, por su
tono, por su estilo, por su convencimiento etc.
Jesucristo realiza dos actividades a la vez: Enseña y lo hace con
autoridad. Su fe está en una combinación perfecta con su Padre celestial. Él
hace la voluntad de su Padre, Él cumple la misión que el Padre celestial le
encomendó. Él quiere que todos se salven, que ninguno se pierda. Jesucristo es
el modelo perfectísimo de una persona de fe: “Hace lo que dice”.
La fe no
necesita aparentar, sino ser. No necesita ser alimentada por cortesías,
especialmente si son hipócritas, sino por un corazón capaz de amar de forma
genuina. Jesús condena este tipo de seguridad centrada en el cumplimiento de la
ley. Así lo entiende y así lo predica el Papa Francisco. El santo Padre nos recomienda no caer en la
tentación de un modelo de espiritualidad, donde prevalece el impacto que pueda
producir la apariencia ante los demás: “Jesús condena esta espiritualidad
cosmética, aparentar lo bueno, lo bello, ¡pero la verdad por dentro es otra
cosa! °°°”. (Homilía, Papa Francisco, 14
Octubre del 2014). Cuida tu salud: La fe, obra transformaciones
inimaginables.