Evangelio para el domingo 12 de septiembre 2021. No logramos pensar según la voluntad de Dios. °°° “Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino, preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Ellos le contestaron: “Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas.” Él les preguntó: “Y vosotros, ¿Quién decís que soy?” Pedro le contestó: “Tú eres el Mesías.” Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.” (Marcos 8, 27-35). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
¿Por qué razón?: pienso como los
hombres, actúo como los hombres, como si fuese un alma que no tiene espíritu. Quien
sabe usar la razón y la combina perfectamente con la fe y la Gracia de Dios, ya
no vive según el pensamiento de los gentiles, según la vaciedad de su mente,
según la dureza de su cabeza, según la incoherencia de los fariseos; no hay por
qué imitar los paganos que se mueven por cosas inútiles y su inteligencia está
en tinieblas, sino que nos debemos revestir del hombre nuevo creado según Dios,
en la justicia en la santidad y en la verdad. (cfr. Efesios 4, 17-24).
Cuando el hombre se busca así mismo
no encuentra la voluntad de Dios. Así lo predica el Papa emérito Benedicto XVI:
“Cuando la realización de la propia vida está orientada únicamente al éxito
social, al bienestar físico y económico ya no se razona según la voluntad de
Dios sino según los hombres. Pensar según el mundo es dejar aparte a Dios, no
aceptar su designio de amor, es casi impedirle cumplir su sabia voluntad.”
(Ángelus, 28 agosto 2011).
La religión no puede estar sometida
al criterio, al capricho subjetivo e individual. De ser así, ya no estamos
pensando como Dios. Una elocuente
enseñanza de la fe advierte y pregunta: ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos,
decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Alguno
dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las
obras, te probaré mi fe.» (cfr. Santiago 2, 14-18). Pensamos como los hombres o
pensamos como Dios. En materia de fe y de vida cristiana, hay que entrar a
tomar una decisión. De lo contrario caeremos en la tentación, como dicen los
biblistas, de predicar o vivir un falso mesianismo. Un mesianismo triunfalista,
una mesianismo sin Cruz, una religión sin compromiso. Aún más, cuando no se
siguen las reglas de juego del Salvador del mundo, “Algunos manipulan la
religión en la cual el criterio es el capricho subjetivo de cada persona.” Cuida
tu salud: Seguimos y entendemos a Dios, desde el camino de la Cruz.