Evangelio para el jueves 30 de septiembre 2021 Siempre que seamos corderos venceremos. °°° «Designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos.” (Lucas 10, 1-12). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
Jesucristo es el prototipo y Maestro
de la misión. Si se trata de pensar en la misión, es obligatorio definir la
evangelización. No se pude entrar a plantear una misión si no existe la
conciencia de lo que implica el máximo mandato del Hijo de Dios: “Vayan por
todo el mundo y anuncien mi Palabra”. Evangelizar no se puede reducir a
predicar. Jesús anunció el Reino de su Padre, de muchas formas; se compadeció
de la gente, los visitó, los acompañó, se dio cuenta de sus necesidades, los
curó, estuvo pendiente de todos. Quien evangelice y quien pretenda ser un excelente
misionero, tendrá que escuchar las recomendaciones del Hijo de Dios: “No lleven
talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el
camino”. El Evangelio llega a todos los rincones de la tierra, mientras exista
una persona convencida de su misión. El discípulo muestra y propone la obra de
su Maestro.
El Papa emérito, Benedicto XVI advierte
que: San Juan Crisóstomo, en una de sus homilías, comenta: “Siempre que seamos
corderos, venceremos y aunque estemos rodeados de muchos lobos, conseguiremos
superarlos. Pero si nos convertimos en lobos, seremos derrotados, porque nos
faltará la ayuda del Pastor.” El santo Padre tiene toda la razón. No tiene
lógica creer que se es un buen evangelizador, cuando se juzga, se limita, se
descarta, se trata violentamente a los demás. Jesucristo no vence el mundo con
la fuerza de las armas, sino con la fuerza de la Cruz. Sabemos que el Señor es
muy radical en su forma de llamar para que cumplamos una misión al interior de
su Reino (Mateo 8, 21-22). La mayor exigencia del Salvador del mundo es el
camino de la Cruz (Mateo 10, 38). Y un amor que sea superior a cualquier acto
generoso y amoroso con nuestros semejantes (Mateo 10, 37).
San Jerónimo, presbítero y doctor de
la Iglesia, le dejó un sabio y práctico regalo a la Iglesia Católica, que
permaneció durante 15 siglos. Es el autor de la “Vulgata” tradujo a la lengua
del latín toda la Sagrada Escritura. El santo logró cumplir perfectamente la
misión que Dios le había encomendado, porque asumió con fe y devoción la
Palabra de Dios. La Iglesia Católica lo reconoce como un hombre elegido por
Dios para explicar la Sagrada Biblia. El Papa Clemente VIII decía que el
Espíritu Santo le dio a este gran sabio unas luces muy especiales para poder
comprender mejor el Libro Santo. Y el vivir durante 35 años en el país donde
Jesús y los grandes personajes de la Santa Biblia vivieron, enseñaron y
murieron, le dio mayores luces para poder explicar mejor las palabras del Libro
Santo. Cuida tu salud: Jesucristo vence
el mundo con la fuerza de la Cruz.