HORA SANTA "CORPUS CHRISTI" Para el día jueves 11 de junio año
2020. Autor: Padre, Héctor Giovanni Sandoval Moreno, delegado Pastoral
Litúrgica, Arquidiócesis de Ibagué.
Monición: Señor Jesús, en este día como comunidad
arquidiocesana, te pedimos: guíanos por los caminos de nuestra historia. Sigue
mostrando a nuestra Iglesia de Ibagué y a nuestro nuevo arzobispo el camino
recto. Mira a la humanidad que sufre ante esta pandemia, que vaga insegura
entre tantos interrogantes. Mira el hambre física y psíquica que la atormenta.
Da a los hombres el pan para el cuerpo y para el alma. Dales trabajo. Dales
luz. Dales a ti mismo. Purifícanos y santifícanos a todos. Haznos comprender que
nuestra vida sólo puede madurar y alcanzar su auténtica realización mediante la
participación en tu pasión, mediante el «sí» a la cruz, a la renuncia, a las
purificaciones que tú nos impones. Une a tu Iglesia: une a la humanidad herida.
En este año sacerdotal en nuestra Arquidiócesis bendice a nuestros sacerdotes,
dales constancia y fidelidad en su respuesta vocacional y aumenta el número de
quienes respondan con total decisión a tu llamada en nuestra Iglesia de Ibagué.
Canto eucarístico
Exposición del Santísimo
Celebrante:
TE ADORAMOS, OH SEÑOR.
Verdadero Dios y verdadero hombre, realmente presente en
este Santo Sacramento Te adoramos, Señor
Nuestro Salvador, Dios-con-nosotros, fiel y rico en
misericordia Te adoramos, Señor
Rey y Señor de lo creado y de la historia Te
adoramos, Señor
Vencedor del pecado y de la muerte Te adoramos,
Señor
Amigo del hombre, resucitado y vivo a la derecha del Padre Te adoramos, Señor
CREEMOS EN TI, OH SEÑOR
Hijo Unigénito del Padre, descendido del Cielo para nuestra
salvación Creemos en ti, oh Señor
Médico celeste, que te inclinas sobre nuestra miseria Creemos en ti, oh Señor
Cordero inmolado, que te ofreces para rescatarnos del mal Creemos en ti, oh Señor
Buen Pastor, que das la vida por la grey que amas Creemos en ti, oh
Señor
Pan vivo y medicina de inmortalidad, que nos das la Vida
eterna Creemos en ti, oh Señor
LÍBRANOS, OH SEÑOR.
Del poder de Satanás y de las seducciones del mundo Líbranos, oh Señor
Del orgullo y de la presunción de poder prescindir de ti Líbranos, oh Señor
De los engaños del miedo y de la angustia Líbranos,
oh Señor
De la incredulidad y de la desesperación Líbranos,
oh Señor
De la dureza de corazón y de la incapacidad de amar Líbranos, oh Señor
SÁLVANOS, OH SEÑOR
De todos los males que afligen a la humanidad Sálvanos, oh
Señor
Del hambre, de la carestía y del egoísmo Sálvanos,
oh Señor
De las enfermedades, de las epidemias y del miedo del
hermano Sálvanos, oh Señor
De la locura devastadora, de los intereses despiadados y de
la violencia Sálvanos, oh Señor
De los engaños, de la mala información y de la manipulación
de las conciencias Sálvanos, oh
Señor
Del desprecio a la celebración comunitaria de la Eucaristía Sálvanos, oh Señor
CONSUÉLANOS, OH SEÑOR
Mira a tu Iglesia, que atraviesa el desierto Consuélanos,
oh Señor
Mira a la humanidad, aterrada por el miedo y la angustia Consuélanos, oh Señor
Mira a los enfermos y moribundos, oprimidos por la
soledad Consuélanos, oh Señor
Mira a los médicos y operadores sanitarios, agotados por la
fatiga Consuélanos, oh Señor
Mira a nuestros políticos y gobernantes, que llevan el peso
de las decisiones Consuélanos, oh Señor
Monición: «En el Cenáculo
se cumplen las palabras que había pronunciado Jesús cerca de Cafarnaúm: “Yo soy
el pan vivo que ha bajado del cielo”. “El que come de este pan vivirá para
siempre”. “El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”. Escuchemos.
Lectura Juan 5,48-58
Lectura del santo
Evangelio según san Juan
"Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el
maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que
quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de
este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la
vida del mundo.». Discutían entre sí los judíos y decían: « ¿Cómo puede éste
darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no
coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en
vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le
resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre
verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo
en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre,
también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como
el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para
siempre.» “Palabra del Señor
Momento de silencio
Lector 1: La Eucaristía es la cita del amor permanente de
Cristo, nuestro hermano y Señor:
La Eucaristía, Pan partido y Sangre derramada, transfigura
la materia, nuestro cuerpo y toda la creación, abriéndolo a la plenitud
humano-divina en Cristo. En ella, cada día se glorifica toda vida ofrecida. En
ella, cada día se diviniza el más leve signo de amor. En ella, cada día se hace
semilla de eternidad toda muerte a uno mismo y al pecado.
Lector 2: Creo en la Eucaristía, sacramento del amor
libremente ofrecido, fuente de toda vida que es siempre un regalo del Padre,
alimento de un pueblo que aprende a amar, amando, fuerza de los testigos del
amor que se dan, como el Maestro, sin esperar recompensa.
Lector 1: Creo en la Eucaristía sacramento de la verdad, fuente
de la que brota la justicia fundamento de la paz y alimento de un pueblo que
trata de vivir sin ripear fuerza de los testigos que rechazan toda complicidad
con la mentira, a ser fieles al ejemplo del Maestro.
Lector 2: Creo en la Eucaristía sacramento de la unidad,
fuente de la fraternidad universal, alimento de un pueblo unido en la
diversidad, fuerza de los testigos de una Iglesia fraterna, que proclama su
mensaje viviéndolo.
Canto eucarístico
LA EUCARISTÍA Y EL
SACERDOCIO
Lectura 1 Corintios
11,23-26
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los
corintios
"Porque yo recibí del Señor
lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado,
tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se
da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.». Asimismo también la copa después
de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces
la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío.». Pues cada vez que coméis este pan y
bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga." Palabra
de Dios
Reflexión:
Lector 1: El Sacramento más relacionado con la Eucaristía es
el Sacerdocio. No puede pensarse uno sin el otro La Eucaristía, exige
necesariamente el Sacramento del Orden. Nunca podrá haber Eucaristía sin
sacerdote. Y el sacerdocio encuentra su plenitud, realizando la Eucaristía. La
raíz teológica del sacerdocio católico, está en el sacerdocio de Cristo, único
mediador entre Dios y los hombres y de Él, como una prolongación nace el
sacerdocio ministerial, para perpetuar su misión santificadora.
Lector 2: La nueva Pascua debe ser permanente. Su sacrificio
redentor debe perpetuarse a través de los siglos, gracias al sacerdocio
ministerial que siempre estará al servicio de su Iglesia, en orden al
desarrollo de la gracia bautismal de todos sus miembros. El sacerdocio
instituido por Jesús, es el medio por el cual, no cesa de construir y conducir
a sus discípulos.
Lector 1: Jesús, por propia voluntad, como en otro tiempo
Dios escogiera una de las doce tribus, para el servicio litúrgico, escoge a
“Doce” para que estuvieran con El. Los educó y formó de manera especial
haciéndolos partícipes de su propia
misión y los envía como el Padre lo envió a Él y deben actuar como El, en favor
de sus hermanos.
Lector 2: Lo específico del Ministerio Sacerdotal, no se
puede reducir a funciones puramente cultuales o sacramentales; querer
circunscribir la labor sacerdotal en torno a estas actividades, es minimizar la
misión a la que fue llamado. El Sacerdote además de ser dispensador de las
cosas sagradas, es pregonero de la palabra de Dios; pastor que guía y custodia
la comunidad y se solidariza con el hombre en forma preferencial por el que
sufre, por el más débil.
Lector 1: Acercarse al hombre en su situación concreta,
comporta asumir responsablemente la suerte de los que menos tienen, de los
desplazados por circunstancias migratorias, de los enfermos, de los ancianos y
de los marginados. Debe como Cristo pasar haciendo el bien.
Lector 2: Y el mayor bien que se puede hacer a un hombre es
cerciorarle de que es amado por Dios. El Sacerdote debe ser signo transparente
del Buen Pastor, para poder así prolongar la misión de Cristo. Hoy Corpus
Christi agradezcamos a Dios esas dos fuentes de vida sobrenatural; esos dos
Sacramentos con los que quiso enriquecer a su Iglesia. Acerquémonos con
frecuencia a recibir el cuerpo de Cristo y oremos por nuestros sacerdotes, para
que realmente sean luz del mundo y sal de la tierra.
Canto vocacional
PRECES
Celebrante: Llegada la hora de pasar de este mundo al Padre,
el Señor Jesús nos dejó el testamento de su amor en el don supremo de la
Eucaristía. Conscientes de que el Padre lo ha puesto todo en sus manos,
dirijamos a El nuestra oración diciendo: Escucha, Señor, nuestra oración.
1. Por nuestro
arzobispo electo Orlando, nuestro administrador apostólico Miguel Fernando y
los presbíteros de nuestra Iglesia de Ibagué, para que vivan su sacerdocio como
servicio incansable y donación sin límites a Cristo, presente en sus hermanos.
Oremos.
2. Por los
cristianos divididos, para que este memorial de la santa Cena haga resonar en
su espíritu la ardiente llamada a la unidad que hiciste en tu oración
sacerdotal al Padre. Oremos.
3. Por la santa
Iglesia, para que, fortalecida con el pan de la vida, camine por el mundo
anunciando con las palabras y las obras el Evangelio de Jesús. Oremos.
4. Por los
sacerdotes, ministros de la Palabra y de la Eucaristía, para que repartan
abundantemente este pan a quienes tienen hambre de Cristo. Oremos,
5. Por los
gobernantes, los hombres de empresa y los dirigentes sindicales, para que aúnen
sus esfuerzos en la consecución de trabajo y pan para todos. Oremos.
6. Por los
enfermos y moribundos, para que sean alimentados y conformados con el Pan
eucarístico que alimenta y fortalece. Oremos.
Celebrante: Padre, en esta hora suprema en que Cristo nos
llama como amigos a comer la pascua con Él, haznos dignos de ser herederos y
comensales de su gloria en el banquete eterno. Te lo pedimos por el mismo
Jesucristo nuestro Señor.
Letanías del Santísimo
Sacramento
Celebrante:
Señor, Ten Piedad.
Señor,
Ten Piedad.
Cristo, Ten piedad, Cristo,
Ten piedad,
Señor ten piedad. Señor
ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos Cristo,
escúchanos
Dios, Padre Celestial,
Ten
piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santa Trinidad, que eres un solo Dios,
Dios Padre Misericordioso ten
piedad de nosotros.
Dios Hijo, Camino, Verdad y Vida para el hombre, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Sagrada Hostia, Amor oculto de Dios, ten piedad de nosotros.
Sagrada Hostia, Vida Divina para los Hijos de Dios, ten piedad de nosotros.
Sagrada Hostia, Semilla de Eternidad, ten piedad
de nosotros.
Sagrada Hostia, Multiplicada en el Altar para dar Vida al
mundo, ten piedad de nosotros.
Sagrada Hostia, Que has acampado entre los tuyos y no Te
reciben, ten piedad de nosotros.
Sagrada Hostia, Levadura de Unidad entre los que conocen tu
Evangelio, ten piedad de nosotros.
Sagrada Hostia, Aniquilada sobre el Altar para dar fortaleza
a los humildes, ten piedad de nosotros.
Sagrada Hostia, Ultrajada por las blasfemias de los hombres,
ten piedad de nosotros.
Sagrada Hostia, Desconsiderada por los soberbios, ten piedad de
nosotros.
Sagrada Hostia, Profanada por los impíos, ten
piedad de nosotros.
Sagrada Hostia, Abandonada por los impíos, ten piedad
de nosotros.
Sagrada Hostia, Víctima de Reparación por los pecados del
mundo, ten piedad de nosotros.
Por todas las blasfemias contra el Santo Nombre de Dios, perdón, Señor, perdón.
Por la profanación de los Domingos, perdón, Señor,
perdón.
Por las faltas de respeto y devoción en tu Santo Templo, perdón, Señor, perdón.
Por la degradación de la Liturgia en tu Santo Servicio, perdón, Señor, perdón.
Por la pérdida del espíritu de Adoración, perdón,
Señor, perdón.
Por la frialdad con que te tratan muchos sacerdotes, perdón, Señor, perdón.
Por la falta de “apetito” hacia el Pan de la Vida, perdón, Señor,
perdón.
Por la indiferencia de los que a diario pasan por delante de
tu Santo Templo, perdón, Señor, perdón.
Por los sacrilegios con que se profana el Sacramento del
Amor, perdón, Señor, perdón.
Por tantas Comuniones indignas, perdón,
Señor, perdón.
Por el abandono de tantos Sagrarios en los que Tú nos
esperas, perdón, Señor, perdón.
Por las infidelidades de aquellos que se alimentan de Ti, perdón, Señor, perdón.
Por los que viven alejados de la Única Iglesia que Tú
fundaste, perdón, Señor, perdón.
Porque no te amamos con todo nuestro corazón, con toda
nuestra alma, con todas nuestras fuerzas, perdón,
Señor, perdón.
Porque no amamos a nuestros hermanos como Tú nos amas, perdón, Señor, perdón.
Porque no tenemos deseos de Perfección, perdón,
Señor, perdón.
Por tu amarga tristeza al ver la pérdida de tantas almas, perdón, Señor, perdón.
Por tu Pasión Eucarística, perdón,
Señor, perdón.
Nosotros, pecadores, te
rogamos óyenos.
Que nos perdones, te
rogamos óyenos.
Que nos hagas conocer tu Amor por nosotros en el Santísimo
Sacramento, te rogamos óyenos.
Que nos concedas vivir en Ti, por Ti, de Ti, y para Ti, a
los que nos alimentamos de tu Cuerpo y de tu sangre, te
rogamos óyenos.
Que nos permitas ser testigos de tu Amor Sacramentado, te rogamos óyenos.
Que te dignes aceptar nuestra humilde reparación por el
Inmaculado Corazón de María, la Primera Reparadora. te
rogamos óyenos.
Pan de los Ángeles, Quédate con nosotros, Señor.
Pan de fraternidad Quédate
con nosotros, Señor.
Cuerpo y Sangre entregados por nosotros, Quédate con
nosotros, Señor.
Cuerpo y Sangre que dan la vida. Quédate con nosotros,
Señor.
Cuerpo y Sangre que alimentan la esperanza., Quédate con nosotros, Señor.
Cuerpo y Sangre que fortalecen la fe Quédate con nosotros, Señor.
Cuerpo y Sangre, signos vivos de caridad. Quédate con
nosotros, Señor.
Cuerpo y Sangre para acompañar el camino de los creyentes.
Quédate con nosotros, Señor.
Cuerpo Y Sangre, presencia real del Salvador, Quédate con nosotros, Señor.
Cuerpo Y Sangre, alimento espiritual de la Iglesia, Quédate con nosotros, Señor.
Cuerpo y Sangre, consuelo y vida de los cristianos. Quédate con nosotros, Señor.
Cuerpo y Sangre, viático para a la vida eterna. Quédate con nosotros,
Señor.
Para que reine la paz, Quédate
con nosotros, Señor.
Para que encontremos caminos de reconciliación, Quédate con nosotros, Señor.
Para que sintamos tu llamada a la conversión, Quédate con nosotros,
Señor.
Para que vivamos unidos en la fe y en la verdad, Quédate con nosotros, Señor.
Para que reine la justicia que procede de tu amor, Quédate con nosotros, Señor.
Para que cesen los odios y las venganzas, Quédate con nosotros,
Señor.
Para que triunfe el amor y la esperanza. Quédate con nosotros, Señor.
Para que perdonemos como Tú. Quédate
con nosotros, Señor.
Para que santifiques y conserves tu santa Iglesia. Quédate con nosotros, Señor.
Para que santifiques, protejas y bendigas a tus sacerdotes, Quédate con nosotros, Señor.
Para que acompañes y lleves a su plenitud las vocaciones. Quédate con nosotros, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Óyenos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten piedad de nosotros.
BENDICIÓN CON EL SANTISMO
Se toma ahora el
incensario y de rodillas se inciensa el
Santísimo Sacramento, mientras que se canta el Himno Tantum Ergo.
Tantum ergo sacramentum veneremur cernui
et antiquum documentum novo
cedat ritui prestet fides suplementum sensuum defectui Genitori Genitoquelaus et iubilatiosalus,
honor, virtus quoque sit et benedictio Procedenti ab Utroque compar sit
laudatio. Amen
El celebrante:
Bendito sea
Dios.
Bendito su
santo nombre,
Bendito Jesucristo, verdadero
Dios y verdadero hombre.
Bendito
Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar
Bendita su
Preciosísima sangre
Bendito el
Espíritu Santo Consolador.
Bendita la
gran Madre de Dios, María Santísima,
Bendita su
Santa e Inmaculada Concepción
Bendita su
gloriosa Asunción.
Bendito el
nombre de María Virgen y Madre.
Bendito San
José su castísimo esposo.
Bendito sea
Dios en sus ángeles y en sus santos.
Danos
sacerdotes Santos.-
Danos muchos sacerdotes Santos.
Celebrante: Les
diste, Señor, el pan del cielo.
Asamblea: Que
contiene en sí todo deleite
Celebrante
Oremos: Señor Jesucristo,
que en el admirable sacramento de la Eucaristía nos dejaste el memorial de tu
Pascua, haz que adoremos con viva fe el santo misterio de tu Cuerpo y de tu
Sangre, para sentir siempre en nosotros el fruto de la redención. Tú que vives
y reinas por los siglos de los siglos. R/. Amén.
E imparte
con toda solemnidad la bendición Eucarística y se hace la reserva
Canto de acción de gracias