CONSTRUIR
JUNTOS UN PAÍS QUE SEA PATRIA Y CASA PARA TODOS
Mensaje
de los Obispos de Colombia
Para
los comicios año 2018
24 de enero 2018. Obispos católicos de Colombia, como
ciudadanos y como pastores, consideramos que los comicios que tendrán lugar en
el primer semestre de 2018 son una oportunidad para dar juntos “un nuevo paso”
hacia la construcción de un país que sea patria y casa para todos, recordando
que Colombia necesita la participación de todos para abrirse al futuro con
esperanza
1. Proponemos a los fieles católicos y a todas las personas
de buena voluntad algunos criterios y fundamentos para un voto responsable,
libre y consciente. 1. Involucrémonos en el proceso electoral, derrotemos la
indiferencia y comprometámonos. El voto es un derecho inalienable y un deber
fundamental. Hay que acabar con el alto abstencionismo que históricamente ha
caracterizado nuestras elecciones; ninguno debería privarse de votar.
La
Iglesia católica no tiene ni avala un partido político o un determinado
candidato, pero sí invita a sus fieles y, en general, a todos los ciudadanos, a
involucrarse en la política con la participación en el debate democrático con
seriedad y responsabilidad.
2. Reforcemos con el voto el comportamiento ético de nuestra
sociedad y acabemos con la corrupción. Es inmoral e ilegal comprar y vender
votos por dinero, regalos o puestos, pues esta práctica no sólo vicia el mismo
proceso democrático, sino que atenta contra la dignidad de la persona y el
desarrollo integral de todos. No sigamos permitiendo delitos como el fraude en
la inscripción de cédulas, la suplantación, la financiación corrupta de
campañas y la alteración de los resultados en las urnas. (Discurso del Papa
Francisco a las autoridades colombianas. Bogotá, 7 de septiembre de 2017. N°
011)
3. Exijamos campañas transparentes y que favorezcan la
unidad. Tenemos que lograr que las próximas elecciones y el debate que las
precede no generen mayor polarización, y en cambio promuevan el respeto, el
diálogo y la creatividad política que necesita el país en este momento.
Pensemos en el bien común; superemos peleas, insultos, fanatismos, mentiras e
irrespetos que provocan más división y violencia. Las campañas políticas que se
sustentan en intereses particulares, que se financian ilícitamente o que
derrochan injustamente el dinero atentan contra la democracia y generan
confusión en el electorado.
4. Analicemos
cuidadosamente la trayectoria y las propuestas de los candidatos. Para dar
nuestro voto responsablemente, tenemos que llegar a la convicción moral de que
la persona, el proyecto político y el equipo de trabajo que se eligen aportarán
realmente al bienestar de todos los colombianos.
5. Pensemos en las necesidades más urgentes de nuestra
nación. Consideremos bien las problemáticas y las posibilidades que tiene el
país, para poder examinar y elegir adecuadamente a los candidatos que logren
poner en marcha soluciones de fondo. No nos dejemos llevar simplemente por
propuestas populistas, por simpatías y antipatías o por intereses particulares.
6. Elijamos a quienes les duela la realidad de los
colombianos. Colombia necesita ser gobernada por personas íntegras, honestas,
dignas, competentes, capaces de vencer la corrupción y la violencia, que se
preocupen por la salvaguarda de la casa común. Debemos elegir a quienes quieran
afrontar las situaciones de injusticia, enfermedad, drogadicción, desempleo y
falta de oportunidades que está padeciendo el país en las ciudades y en los
campos; a quienes estén decididos a comprometerse con los más pobres y puedan
poner su mirada en todos aquellos que son excluidos y marginados.
7. Aseguremos el país
sobre valores fundamentales y protejamos su institucionalidad. Debemos
afrontar, con claridad y determinación, la colonización ideológica de opciones
políticas y legislativas que contradicen valores fundamentales y principios
antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano. Apoyemos
con nuestro voto, siguiendo la enseñanza de la Iglesia, a quienes defiendan la
dignidad de la persona, la vida (Cfr. Benedicto XVI. Discurso a los
participantes en la IV Asamblea Eclesial Nacional Italiana. Verona (Italia), 19
de octubre de 2006.) en todas sus etapas, la familia fundada en el matrimonio
entre hombre y mujer, el derecho primario de los padres en la educación de sus
hijos, la libertad religiosa y las instituciones democráticas. Valoramos el
servicio de quienes están dispuestos a asumir los cargos públicos animados por
el anhelo de hacer el bien a todos.
Invitamos a los políticos católicos a participar en el
proceso democrático con la conciencia de que la política es una alta forma de
caridad que implica afrontar retos de gran magnitud y de que deben hacerla
iluminados con la luz del Evangelio y desde los principios de la Doctrina
Social de la Iglesia. Pedimos a todos los candidatos que lideren la marcha de
la ciudadanía hacia una democracia madura y participativa, así como a la
consolidación de la justicia, de la unidad y de la paz anheladas por nuestro
pueblo.
Los corazones jóvenes se estimulan ante desafíos grandes. En
este momento crucial de nuestra historia llamamos especialmente a los jóvenes a
participar activamente en los procesos electorales, pues ellos tienen el
potencial necesario para construir la nación que soñamos. Conscientes de que la
dimensión espiritual es necesaria para la construcción integral de una nación,
oremos todos a Dios para que nos dé la lucidez y la responsabilidad para elegir
a nuestros próximos gobernantes. Monseñor: Oscar Urbina Ortega. Arzobispo de
Villavicencio, presidente de la conferencia episcopal de Colombia.