14 de diciembre de 2019

LA CORRECCIÓN FRATERNA: Prudencia y Delicadeza.


14 de diciembre 2019. El principio de Dios es el amor y el perdón. “Corrección fraterna”. La actitud debe ser de delicadeza, prudencia y humildad.  He organizado unos apuntes sobre este tema de aprender a ayudar a los demás de una forma fraterna y misericordiosa. Padre, Jairo Yate Ramírez.  Arquidiócesis de Ibagué. Dice el Papa Francisco: “el esfuerzo que el Señor pide a su comunidad para acompañar a quien se equivoca, para que no se pierda. Es necesario ante todo evitar el clamor de la crónica y los chismes en la comunidad. Esto es lo primero que hay que evitar. 'Ve, amonéstalo, tú y él solos'. La actitud es de delicadeza, prudencia, humildad, atención hacia quien cometió una culpa, evitando las palabras que puedan herir y asesinar al hermano.
Porque ustedes saben que las palabras matan. Cuando hablo mal y hago una crítica injusta, cuando descarno a un hermano con mi lengua, esto es asesinar la reputación del otro.
También las palabras asesinan. ¡Vamos, con esto, seriamente!  Al mismo tiempo esta discreción, de hablarle estando solo, tiene la finalidad de no mortificar inútilmente al pecador. Se habla entre los dos, ningún otro escucha y todo acaba aquí.
Y a la luz de esta exigencia se entiende también la serie de sucesivas intervenciones, que prevé involucrar a algunos testimonios y después a la misma comunidad. La finalidad es de ayudar a la persona a darse cuenta de lo que ha hecho, y que con su culpa ha ofendido no solamente a uno, pero a todos. (Papa, Francisco, Ángelus 7 de septiembre de 2014).

¿QUÉ PIENSO, CUANDO OTRA PERSONA DESEA CORREGIRME?
¿CUÁLES REGLAS DEBO TENER EN CUENTA.

Ø  Las correcciones a nadie le caen bien, pero hacen mucho bien
"Ninguna corrección nos alegra en el momento, más bien nos duele, pero con el tiempo, si nos dejamos instruir, nos traerá frutos de paz y santidad” (Hebreos 12, 11).
Es incómodo ser corregidos, pero todos lo necesitamos.

Ø  Escucha el bien
La mayoría de las veces que me dicen “tengo que decirte algo por tu propio bien” pareciera que no tienen nada bueno que decirme. Sin embargo, lo que más necesitamos escuchar es lo último que queremos oír. Si vas a corregir, que sea buscando el bien del otro, no solo reprender; si has sido corregido, busca el bien que quieren hacerte y no lo tomes solo como una crítica. Uno siempre espera que las críticas sean constructivas, pero es difícil sentir que una crítica es constructiva cuando eres tú quien la está recibiendo. Abre tu corazón para escuchar el bien que te quieren decir.

Ø  Si corriges, hazlo con amor, solo de esa forma será fraterno
“El que sirve al Señor no debe tomar parte en querellas. Por el contrario, tiene que ser amable con todos, apto para enseñar y paciente en las pruebas. Debe reprender con dulzura a los adversarios, teniendo en cuenta que Dios puede concederles la conversión y llevarlos al conocimiento de la verdad” (2 Timoteo 2, 24-25).
Si amas a quien corriges, nunca dirás palabras duras o hirientes, en cambio si no le amas o siquiera le tienes un mínimo cariño, probablemente vas a ser más pesado que tren a pedales. El amor es prerrequisito para corregir.

Ø  Desprecia la conducta errada, no a tu hermano
Si quieres hacerle ver a tu hermano que ha sido irresponsable al llegar tarde frecuentemente, es justamente eso lo que hay que hacer: decirle que ha llegado tarde algunas veces. Pero si generalizas y criticas toda su persona diciendo: "eres un irresponsable y siempre llegas tarde", entonces no criticas solo la acción incorrecta, sino que desapruebas a toda la persona. Recuerda que los cristianos despreciamos el pecado, pero amamos al pecador. Ten cuidado y no mezcles las cosas.

Ø  En el Evangelio según san Mateo, Jesús nos enseña como corregir con amor a nuestros hermanos
Primero llámalo a solas
“Por eso, si tu hermano te ofende, ve  y llámale la atención a solas. Si te hace caso habrás ganado un hermano” (Mateo 18, 15).
Cuidar la dignidad del otro es primordial, pues ante todo la corrección es un acto de amor, por lo tanto, evitaremos hacer una corrección en público dañando la imagen de nuestro hermano ante los demás.

Ø  Si no te hace caso, hazlo acompañado
“Si no te hace caso, toma contigo uno o dos, para que cualquier asunto se resuelva en presencia de dos o tres testigos” (Mateo 18, 16).
Muchas veces es necesario que te acompañen, no para encerrarlo y confrontarlo violentamente, sino para demostrar preocupación, compromiso y afecto. Esos “testigos” de los que habla la palabra de Dios son los padres, otro amigo, la pareja o un profesional especialista en la situación que están viviendo.

Ø  Busca consejo en la comunidad
“Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano" (Mateo 18,17).  Fuente: Experiencia de Sebastián Campos. Fuente: https://catholic-link.com/galeria-que-es-correccion-fraterna-como-vivirla/    

PERDONAR ES SALUD. RENCOR ES ENFERMEDAD.
     
       « Los fariseos y los escribas empezaron a criticar Jesús. Decían: «Este hombre acepta a los pecadores y hasta come con ellos.» Lucas 15, 1-3. 11-32.
            El corazón de Dios se alegra perdonando. Ese es el campo afectivo y sentimental del Hijo de Dios, frente a la misión que el Padre celestial le encomendó: Ser el salvador del mundo. Salvar la humanidad, es la excelente pedagogía donde cada creyente entra en una dinámica diversa a la que la persona se está imaginando.

PENSEMOS UN POCO °°°  
Jesús logra convencer de una forma ejemplarizante, donde no siempre la inteligencia humana logra encontrarle la razón: por ejemplo: acoger a los pecadores y comer con ellos no es mala idea. Perdonar al que se equivoca, es mejor que condenarlos a todos. Buscar a quien se encuentra alejado es preferible a que todos se pierdan en el pecado. Preferir el Reino de Dios al reinado de los hombres, es  beneficioso para la paz social. Es más fácil perdonar y acoger, que vivir toda una historia en el rencor y la venganza. Es más oportuno tolerar y olvidar que estar recordando permanentemente los malos momentos. Es salud del alma y del cuerpo vivir según el espíritu de Dios y no según la cizaña de quienes están lejos del campo de Señor.

“Miseris – Cor – dare” (dar el corazón a los míseros). Es lo que Dios acostumbra hacer. El Papa Francisco nos motiva diciéndonos: “La misericordia de Dios va más allá de la ley, no humilla ni maltrata, es una caricia sobre las heridas de nuestros pecados.” La misericordia es el criterio para saber quiénes son verdaderos hijos de Dios. 


San Mateo 18, 15-20 
            Dijo Jesús a sus discípulos: Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.

Juan 8, 1-11
°°° Los escribas y los fariseos le llevaron una mujer que habían sorprendido cometiendo adulterio, la colocaron en medio y le dijeron a Jesús: «Maestro, a esta mujer la sorprendimos en el momento mismo de cometer adulterio. Y en la Ley nos mandó Moisés que a esas personas hay que darles muerte apedreándolas. ¿Tú qué dices? °°°

            ¿QUÉ NOS PONE A PENSAR EL EVANGELIO?
El juicio imprecativo y ofensivo nunca ha servido como método de cambio y orden social. La corrección fraterna que nace del amor al hermano y la necesidad de desear lo mejor para los demás, es el camino que indica Dios en su Reino: El Hijo de Dios actúa conforme al pensamiento de su Padre celestial y no conforme a la forma común de pensar en hombres y mujeres. El Nazareno no acepta la pena de muerte como remedio de conversión. Él se opone a la mentalidad humana. (cf. Deuteronomio 22, 23-24). Su principio es el amor y el perdón: El Maestro propone: “Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no peques más“. (Juan 8, 11). 

El reto lo impone Jesús con sus preguntas, quiere que logremos el cambio de mentalidad, hacia un espíritu sano, noble y comprensivo de la situación que vive cada persona. No es del orden de la caridad sacarle en cara a los demás sus debilidades, gozarse del dolor ajeno, compararse con los demás, tomar como punto de reflexión los errores de quienes nos rodean; eso, no construye ni edifica a nadie.
El Papa Francisco nos propone pensar más en la situación de los demás y en nuestros propios pecados: Dice el Papa “¡Cuánto bien nos hace ser conscientes de que también nosotros somos pecadores!. Cuando hablamos de los otros, porque todos hacemos esto, cuanto bien nos hará tener la valentía de hacer caer por tierra las piedras que tenemos para arrojar contra los otros, y pensar un poco en nuestros pecados"

EN LA CORRECCIÓN FRATERNA
LE APRENDEMOS A DIOS, QUE ES
COMPASIVO, LENTO A LA IRA, RICO EN CLEMENCIA

Tendremos que rendirle cuentas a Dios, sobre nuestros actos.
            ¿QUÉ NOS DICE EL EVANGELIO?
« Hablaba Jesús del juicio divino, cuando se presentaron unos y le contaron el caso de los galileos que Pilato había mandado matar mientras ofrecían sacrificios, de manera que se mezcló su sangre con la de los animales que sacrificaban. Jesús dijo entonces: « ¿Pensáis que porque ellos sufrieron esa muerte porque eran más pecadores que los demás galileos? Os aseguro que no. Y si vosotros no os arrepentís, todos por igual vais a perecer.” °°° Lucas 13, 1-9.

            Es necesario aprender a reconocer nuestro pecado: así llegó la salvación a la casa de Zaqueo (cf. Lucas 19,9). La conversión es un llamado durante el tiempo: Dices “Sí” y lo haces; al contrario, el tiempo te pasará la cuenta. (cf. Mateo 21, 28-31).

Quien se convierte encuentra un Dios paciente y apremiante; él mismo le dará una segunda oportunidad. (cf. Lucas 13, 8-9). En el tiempo: amor con amor se paga: san Pedro aprendió la lección de su Maestro: Ama más quien perdona. (cf. Lucas 7, 42-43). Perdón con perdón se paga: Dice el texto sagrado: “¿No deberías tú, haber hecho lo mismo?” (cf. Mateo 18, 23-35). El Papa Francisco piensa que no es fácil acostumbrarse a tener misericordia con los demás, porque estamos acostumbrados a juzgar a los demás.

DE LA ABUNDANCIA DEL CORAZÓN
HABLA LA BOCA.

El que vigila su boca conserva su vida, el que abre mucho sus labios se pierde.” (Proverbios 13,3).
            MEDITEMOS SOBRE EL TEXTO BÍBLICO °°°
« ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? °°° Lucas 6, 39-45.

La manera de actuar de cada persona, indica la nobleza y la bondad de su ser. Aprendemos del aforismo bíblico latino: “Ex abundantia cordis os loquitur”. De la abundancia del corazón habla la boca. Corren mucho peligro los discípulos que hablan demasiado de los demás. El hablador contumaz siempre camina en terreno peligroso. Quien aspira a ser un excelente discípulo de su Maestro, hace realidad el proverbio en su vida: “El que vigila su boca conserva su vida, el que abre mucho sus labios se pierde.” (Proverbios 13,3).

Seguir al Hijo de Dios interpretado desde la mente humana ha sido polémico y complicado. El hombre en lugar de imitar a Dios, está pensando más en sí mismo; en compararse con los demás. “¿Puede un ciego guiar a otro ciego? (Lucas 6,39).  Creerse superior a los demás. “Examine cada cual su conducta y tendrá en sí y no en otros, motivo para glorificarse” (Gálatas 6,3). Pensar que es el juez de los demás. “Por qué, miras la paja que hay en el ojo de tu hermano”. (Lucas 6,41). 

            Tendrá la Escritura la razón cuando dice: « ¿Por qué me llamáis: `Señor, Señor' y no hacéis lo que digo? (Lucas 6,46).   El Papa Francisco propone los discípulos de Jesús, sin el síndrome del fariseo: “Ver, juzgar y actuar” saben ver, sin miopías heredadas; examinan la realidad desde los ojos y el corazón de Jesús, y desde ahí la juzgan”. (Discurso en Colombia 9 de septiembre 2017). Quien habla demasiado, corre el peligro de equivocarse.

EL NUEVO CÓDIGO DE COMPORTAMIENTO SOCIAL
LO ENSEÑA JESUCRISTO
« A ustedes que me escuchan, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian; bendigan a los que los maldicen, oren por los que los injurian. Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra, y si alguien te quita la capa, déjale también la túnica”. °°° Lucas 6, 27-38.
Amar a los enemigos, hacer el bien, prestar sin exigir; son los distintivos de un auténtico cristiano. Es el nuevo código de comportamiento social que Jesús, el Maestro nos enseña.
            Hay que perdonar, para ser perdonados; hay que entender, para ser entendidos; hay que orar para que Dios con su infinita misericordia no permita que nos salgamos de nuestros cabales. Hay que colocar al enemigo no contra la pared sino en la patena de la consagración. Jesucristo es el mejor ejemplo de comportamiento social: La regla de oro es imitar a Dios. Una persona se construye y se dignifica con una nueva experiencia de Dios. Por ejemplo: El Hijo de Dios expone la verdad y lo hace con respeto ante Anás y Caifás: La respuesta humana, sin espíritu de Dios, es el guardia que abofetea a Jesús y Anás lo envía, atado ante el sumo sacerdote Caifás. (cf. Juan 18, 19-24). Bien lo anuncia la misma Escritura: “El corazón humano piensa muy mal desde la niñez” (Génesis 8,21).
            Cuando la manera de tratar a los demás es mezquina, no podemos esperar nada a cambio.