3 de diciembre de 2020

TRADICIÓN Y ACCIÓN.


3 de diciembre 2020.
Señores: Tradición y Acción.
He aquí mi respuesta al comentario que me han enviado, y que leí atentamente. Padre, Mario García Isaza, formador, Seminario Mayor, Arquidiócesis de Ibagué (Colombia). No estoy, en absoluto, de acuerdo con sus planteamientos, y mucho menos con su invitación a “resistir” al magisterio del santo padre, el Papa Francisco. Por más que ese “resistir”, que ustedes llaman, lo revistan con un ropaje especioso, y que, -tal vez en búsqueda de serenar su conciencia - le busquen justificaciones, incluso históricas. Ustedes han caído en la red capciosa y aranera que satanás ha urdido y sibilinamente ha ido logrando que cale en la mente y el corazón de muchos; una red tejida de bulos y cancamusas, en virtud de la cual, fingiendo maliciosamente algunos, o creyendo ingenuamente  muchos, ser fieles a Cristo, se apartan de su única Iglesia. Porque eso es lo que hace todo el que desconoce el legítimo magisterio del Vicario de Jesucristo. No, señores, el santo Padre no ha dicho lo que ustedes le atribuyen; tergiversar sus enseñanzas, como lo hacen; darles a sus palabras un alcance o atribuirles un sentido o intención que no tienen, es una forma de engañarse y de engañar.

El Papa Francisco, para quien sepa leerlo, como debe hacerlo todo católico, con fe y sin dejarse llevar de prevenciones, no se ha apartado un ápice de la doctrina católica, ni del magisterio de sus antecesores, ni de la Tradición; al contrario, nos está ayudando a empapar las realidades del mundo de hoy de puro Evangelio. Pretender, como lo hacen ustedes, que él ha legitimado “cultos” heréticos, o que ha desconocido el derecho a la propiedad privada, o que ha pretendido legitimar la “familia” establecida por uniones homosexuales, es haberlo leído sin entenderlo, o sin querer entenderlo. La Iglesia de Jesús no se identifica con ninguna cultura: tampoco con la cultura occidental. Está por encima de todas ellas. Y a todas tiene que invitarlas a dejarse penetrar por el Evangelio. Es exactamente lo que hace nuestro santo Padre. Le pido a nuestro Señor, por la intercesión de la Santísima Virgen, Madre de la Iglesia, por ustedes; que Él y Ella los guarden en el seno de su único rebaño, al cuidado del único Pastor, el Papa. Cordialmente, Mario García Isaza, c.m. Correo del autor: magarisaz@hotmail.com