Desafíos pastorales luego de la beatificación del “médico de
los pobres” Pbro. Raúl Ortiz Toro Párroco, Parroquia del Divino Niño. Arquidiócesis de Ibagué
(Colombia).
Próximo a cumplir 55 años, el médico José Gregorio Hernández
Cisneros perdió la vida en Caracas, embestido por un automóvil, el 29 de junio
de 1919, hace 102 años. Su vida, muchas veces conocida solo superficialmente,
debido a la proliferación de centros de santería que malévolamente han usado su
nombre y figura para alentar una perniciosa devoción que nada tiene que ver con
sus virtudes heroicas, fue una larga manifestación del amor de Dios al prójimo,
una cadena de obras en beneficio de los más vulnerables de la sociedad de su
tiempo. Médico, científico católico, fundador de varias cátedras de medicina en
Venezuela, entre ellas la de bacteriología, líder en la introducción del
microscopio en el vecino país, filósofo y teólogo, el doctor Hernández ha sido
beatificado este viernes 30 de abril de 2021 en una sencilla pero sentida
ceremonia en la capilla del Colegio La Salle – La Colina en Caracas, presidida
por el nuncio apostólico de Su Santidad en Venezuela, Monseñor Aldo Giordano.
Desde 1949, treinta años después de su muerte, se había
introducido la causa de beatificación que setenta y dos años después vino a dar
resultados positivos. No solo Venezuela sino América Latina se encuentra de
plácemes con esta nueva beatificación de un hombre muy querido por todos. Sin
embargo, este acontecimiento plantea algunos desafíos pastorales debido a la
razón ya aludida con respecto al mal uso que se ha dado a su devoción en
algunos sectores.
1. La beatificación permite ahondar en el ejemplo de un
hombre virtuoso: generalmente, quienes se aprovechan en el contexto del
espiritismo y la santería de la vida y obras del beato José Gregorio Hernández,
ponen el acento sobre todo en las curaciones no tanto como intercesor sino como
causa eficiente de ellas. El reto de la Iglesia es aprovechar este
acontecimiento para dar a conocer la vida del beato, difundir sus virtudes e
incentivar una sana devoción. Recordemos que los santos han sido puestos para
que sean, en primer lugar, ejemplo de vida.
Al respecto, resulta muy útil repasar las palabras del Santo
Padre Francisco en el videomensaje del 29 de abril, un día antes de la
beatificación. Sobre el nuevo beato afirma: “Hizo del Evangelio el criterio de
su vida, buscó su vocación, observó los mandamientos, participó cotidianamente en
la Eucaristía, dedicó tiempo a la oración y creyó en la vida eterna, como
dechado de bonhomía personal y de virtudes cívicas y religiosas, de apertura,
de sensibilidad ante el dolor, de modestia y humildad en su vida y ejercicio
profesional, y también como un hombre amante de la sabiduría, de la
investigación, de la ciencia, al servicio de la salud y de la docencia. Es un
modelo de santidad comprometida con la defensa de la vida, con los desafíos de
la historia y, particularmente, como paradigma de servicio al prójimo, como un
buen samaritano, sin excluir a nadie. Es un hombre de servicio universal”.
2. Partiendo de las palabras de Francisco bien podría la
Iglesia aprovechar la ocasión para presentar al nuevo beato como modelo de
solidaridad en este tiempo de crisis a causa de la pandemia; en efecto, el
doctor Hernández fue un gran líder en la atención de los enfermos de la gripa
española de 1918, pandemia que azotó a la humanidad a principios del siglo XX.
El personal de la salud encontrará en el doctor José Gregorio Hernández un
modelo y un impulsor de su gestión; el mundo de la ciencia también cuenta con
su intercesión y el de la justicia social. Precisamente, el Papa Francisco lo
acaba de designar como copatrono del ciclo de estudios en ciencias de la paz de
la Universidad Pontificia Lateranense que él mismo instituyó en el año 2018.
3. Muchas comunidades eclesiales seguramente solicitarán a
sus obispos el patronato del beato José Gregorio Hernández para la erección de
centros pastorales, parroquias, grupos apostólicos y otras iniciativas. Esta
también será una ocasión para que nuestros pastores designen sacerdotes idóneos
que acompañen estas iniciativas y desde el inicio se evite cualquier indicio de
malas prácticas devocionales.
4. Como políglota, docente de histología, fisiología y
bacteriología, pedagogo y escritor de literatura, el nuevo beato es una figura
atractiva para evangelizar estos contextos del mundo actual; José Gregorio
Hernández sintetiza en su vida fe y razón demostrando que un hombre de
convicciones firmemente cristianas puede tener voz y liderazgo en diversos
ámbitos de la sociedad que tienden a marginar la fe.
5. El nuevo beato es un modelo para las vocaciones
sacerdotales adultas pues cuando tenía 44 años decidió ingresar al seminario
para iniciar su formación hacia el sacerdocio; para cumplir con este sueño
ingresó en 1908 a la Orden Cartuja, fundada por San Bruno, y fue recibido en la
cartuja de Farnetta, al sur de Italia, pero complicaciones de salud lo alejaron
de ese propósito antes de concluir su primer año; unos años más tarde, en 1913,
regresó a Roma con el deseo de estudiar algunos cursos de teología y preparar
su vida para una futura ordenación sacerdotal pero las mismas complicaciones
que le traía su enfermedad respiratoria le impidieron continuar. A pesar de no
haber llegado a la ordenación sacerdotal, sin embargo es un ejemplo de cómo los
profesionales pueden descubrir el llamado al sacerdocio.
6. Finalmente, es un modelo de laico comprometido; a pesar
de que deseó al menos en dos ocasiones ser sacerdote, sin embargo, ofreció a
Dios las dificultades de salud que para ello encontró y se decidió mejor por
vivir como franciscano seglar; siguiendo el ejemplo de San Francisco se decidió
por la atención a los pobres y les ofrecía de manera gratuita la atención
médica.
Es nuestro mayor deseo que el nuevo beato de la Iglesia
ayude a América Latina con su ejemplo e intercesión para que nuestras
comunidades traduzcan de una manera concreta la solidaridad y la justicia
social. Con nuestra actividad pastoral decidida haremos que la vida y obra del
“médico de los pobres” sea bien entendida entre los nuestros y no se desfiguren
su heroísmo y virtudes. Correo del autor: rotoro30@gmail.com