Sabiamente advierte la Sagrada Escritura: La fe es mucho más extensa en la comprensión de la vida, del tiempo, el fin, la hora, el momento, un templo: “La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve” (Hebreos 11, 1). Hay que aprender a vivir de acuerdo al orden que Dios le ha dado a la creación, cada cosa tiene su lugar, cada experiencia tiene su instante, todo tiene su valor, todo tiene su principio y su fin. Han perdido el tiempo en la historia, y han distorsionado el mensaje divino, aquellos que han buscado en Dios lo que no es de Dios. Aquellos que manipulan o comercializan los asuntos de Dios. Dice el libro sagrado: Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero, para los llamados –judíos o griegos- un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.” (1 Corintios 1, 22).
El
salvador del mundo, combate la dialéctica entre culto religioso y el comercio.
Así lo vivió igualmente el profeta Jeremías, cuando advertía la incoherencia es
y hace una persona y su presencia en el templo de Dios: “Ustedes se fían de
palabras engañosas, matan, juran en falso, ofrecen sacrificios a otros dioses y
luego se presentan en el templo” °°° (Jeremías 7, 9-11). Así lo explicó el Papa
emérito Benedicto XVI: Jeremías se bate apasionadamente por la unidad entre culto
y vida en la justicia delante de Dios; lucha contra una politización de la fe,
según la cual Dios debería defender en cualquier caso su templo para no perder
el culto. (Libro Jesús de Nazareth, Tomo 2, capítulo 1) Cuida tu salud: Un templo que es cueva de
bandidos, no tiene la protección de Dios.