4 de marzo 2021. ¡SE ES…O NO SE ES ¡ Autor: Mario García Isaza c.m. Formador, Seminario Mayor, Arquidiócesis de Ibagué (Colombia). “No todo el que me dice: Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad del Padre” (Mth., 7,21) “Verbum laudatur si factum sequatur” ( Es aceptable lo que se dice, si los hechos lo respaldan)
Para dar sólo unos datos : la IPPF (Federación Internacional de Planificación Familiar), poderosísima impulsora de los planes abortistas en el mundo, había dejado de recibir, gracias a la norma en cuestión, la suma de cien millones de dólares; y a la agencia abortista que en Colombia se disfraza bajo el nombre de Profamilia, según su directora ejecutiva, señora Marta Royo, habían dejado de llegarle un millón doscientos mil dólares…Ahora, gracias a la medida adoptada por el señor Biden, contarán de nuevo con semejantes capitales para poder matar más inocentes.
Es ineludible hacerse la pregunta: ¿puede declararse católico quien da semejante apoyo al crimen del aborto? Y más insoslayable aún resulta la respuesta: ¡no! . Quien es católico tiene que adherir a los principios básicos de la moral cristiana y respetar la ley de Dios; y ésta, en lo relacionado con la vida de todo ser humano no admite duda alguna, está consignada lapidariamente en el “no matarás” del Decálogo. No es uno católico por lo que dice; lo es por lo que hace. Y la incontestable incoherencia entre la profesión verbal de catolicismo y el favorecimiento del infanticidio masivo, resulta de verdad abominable. Tienen razón los Prelados: deje el señor Biden de presumir de católico. Se es, y entonces se respeta la ley divina, o no se es.
Está, en el fondo de todo esto, el trascendental asunto ético y doctrinal que nuestra fe nos pide encarar; y a la luz del cual el comportamiento de muchos de nosotros resulta totalmente inadmisible. El subjetivismo ético nos va llevando a que pensemos que no hay normas y principios objetivos que son universales e inmutables, y a que en asuntos de moral relacionados con la vida humana, con las relaciones entre los dos sexos, con la naturaleza misma del hombre, con la familia, y con otras realidades básicas, adoptemos opiniones y asumamos comportamientos totalmente pecaminosos, y creamos que podemos seguir diciendo que somos católicos. Y no es así. En lo que es esencial, en lo que tiene su fundamento en la Revelación, en lo que atañe a la ley natural, que es ley de Dios, y a los preceptos divinos que la sancionan, uno no puede escoger lo que acata y observa, y lo que no respeta. No son los mandamientos de Dios algo que podemos compartimentar así.
Apostilla: está en marcha entre nosotros la campaña política
para las elecciones que se van aproximando. Ya hay un sonajero de candidatos
que buscarán ser ungidos por nuestro sufragio. Bueno es recordar que un
católico no puede, en conciencia, favorecer con su voto a quien sea partidario
del aborto, de la eutanasia, de las políticas que van contra la ley de
Dios.