Evangelio para el domingo de Ramos 28 de marzo 2021. Jesucristo conquista el mundo con la gloria de su sufrimiento. °°° “Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero. Él andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: « ¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?» Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle“(Marcos 14, 1-15.47). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
Disponemos
nuestro espíritu y corazón para vivir el acontecimiento cumbre de nuestra fe
católica-cristiana. La Pasión, la muerte, y la resurrección, de Aquel que tuvo
la osadía de conquistar el mundo con la gloria de su propio sufrimiento. Narra
la historia bíblica que Jesús dispuso todo para ese gran evento salvífico.
Subió a Jerusalén para cumplir con la misión que el mismo Padre le había
encomendado; al llegar se encuentra con la gran sorpresa: “Es aclamado como
Mesías, como el salvador del mundo”, dice el libro sagrado: “Los niños hebreos,
los pobres, los sencillos, los humildes, batiendo ramos de olivo, le abren
calle de honor, al gran rey que viene montado en un pollino. (Marcos 11,
10-11).
El Hijo de Dios rompe los esquemas de
una sociedad acostumbrada a descartar las personas, a clasificar las familias,
a definir quién es más importante o quién no lo es °°° Él siendo de condición
divina, toma la condición de esclavo, se hace igual a todos, se humilla, se
hace obediente hasta la muerte y una muerte de Cruz. °°° (Filipenses 2, 6-11). Se abre un nuevo concepto de la historia, un
sistema social cuyos valores y principios deberían ser: la justicia, el perdón,
la caridad, la misericordia. Hombres y mujeres se han encargado de llevar dicha
noticia a lo largo de la historia, de patentarla con sus propias vidas: santos,
santas, mártires, vírgenes, beatos, etc.
En la
Semana Santa, aprendemos la excelente lección que Cristo nos salvó
“sirviéndonos” y no sirvió “dando su vida por nosotros”. Así lo entendió y
anunció el Papa Francisco en un domingo de las Palmas: “Él nos ama, puesto que
pagó por nosotros un gran precio”. “Jesús sufrió la traición del discípulo que
lo vendió y del discípulo que lo negó. Fue traicionado por la gente que lo
aclamaba y que después gritó: «Sea crucificado». “Es terrible cuando se
descubre que la confianza depositada ha sido defraudada”, pues “nace tal
desilusión en lo profundo del corazón que parece que la vida ya no tuviera
sentido”. Cuida tu salud: Pasión, muerte
y resurrección, definen la vida del Hijo de Dios.