Evangelio para el jueves 10 de junio 2021. El sacerdote es grande, con el corazón de buen pastor. “Llegada la hora de cenar, Jesús se sentó a la mesa con los apóstoles y les dijo: « tenía gran deseo de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer. Porque, se lo digo, ya no la volveré a comer hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios.» (Lucas 22, 14-20). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué. Aprovechemos este jueves sacerdotal, para darle gracias a Dios por enviar a su Hijo y provocar la salvación del mundo. Por permitir que su Hijo sea el Sumo y Eterno Sacerdote, el máximo presidente de la Eucaristía. El sacerdote por excelencia. El sacerdote para toda la eternidad. Gracias sean también dadas a Dios, por nuestros sacerdotes. Entendemos a nuestros sacerdotes como: Una gran persona, un cristiano, un hombre maduro en la fe, un consagrado, un ejemplo de vida cristiana para la comunidad, un pastor por excelencia llamado a ser Pescador de hombres. (Lucas 5, 10).
El Papa san Juan Pablo II en su
carta encíclica: “De la Iglesia y de la Eucaristía”. La Eucaristía guarda una
estrecha relación con la Iglesia. Afirma el pontífice que: Él, el sumo y eterno
Sacerdote, entrando en el santuario eterno mediante la sangre de su Cruz,
devuelve al Creador y Padre toda la creación redimida. Lo hace a través del
ministerio sacerdotal de la Iglesia y para gloria de la Santísima Trinidad”.
Jesucristo es sumo sacerdote de la nueva Alianza. El mismo término sacerdote
implica en su definición a los ministros de Dios en el mundo, a Jesucristo y a
los bautizados como sacerdocio real. Sabiamente afirmaba el apóstol columna de
la Iglesia Católica: “Ustedes, en cambio, son una raza elegida, un sacerdocio
real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de
aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz" (1 Pedro 2, 9).
El
sacerdote pasa por ser cristiano, logra una estrecha relación con su Dios, el
mismo sacerdote existe para glorificar a Dios. La forma como el cristiano
aborda su propia vida es la razón para vivir mejor. Así lo enseña la Sagrada
Escritura: Los proverbios de Salomón, hijo de David y rey de Israel: "El
temor de Yahveh es el principio de la ciencia; los necios desprecian la
sabiduría y la instrucción." (Proverbios 1, 7).
El
sacerdote se debe distinguir como un hombre apasionado, alguien que sabe
discernir y también sabe denunciar. El sacerdote debe ser la imagen del buen
pastor, debe tener un corazón de buen pastor. Así lo enseña el Papa Francisco: El
corazón del Buen Pastor nos dice que su amor no tiene límites, no se cansa y
nunca se da por vencido. En él vemos su continua entrega sin algún confín; en
él encontramos la fuente del amor dulce y fiel, que deja libre y nos hace
libres. El sacerdote aprende a amar, hasta el extremo. (cfr. Juan 13, 1). Cuida
tu salud: El sacerdote está consagrado para vivir cerca y orientar las personas que
Dios le ha confiado.