Evangelio para el sábado 12 de junio 2021. Llegamos a Jesucristo por medio de la Virgen María. “Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la pascua. Cuando en niño cumplió doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.” °°° (Lucas 2, 41-51). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
San Juan Eudes, maestro de la devoción a los Corazones de Jesús y María, explica que el corazón designa la totalidad de la persona: su voluntad, su intelecto, su alma, sus pasiones, e incluso incorpora su cuerpo en la medida en que incluye una referencia al órgano físico. En las Escrituras, “corazón” significa persona, mucho más que la “cabeza” significa persona. El corazón de María Santísima, es el corazón de la Iglesia. Hablar del Inmaculado corazón de María, como nos lo permite conocer la sana tradición, es un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor y la alegría. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad. La Iglesia Católica nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre. Venerar el Inmaculado corazón nos permite pensar en María la Virgen, como modelo y ejemplo de las virtudes.
San Juan
Pablo II recomendaba: “El camino seguro, fácil y corto para acercarnos a Cristo
y parecernos más a Él es la consagración a la Virgen.” Es más, el mismo Papa
Santo, tomó como lema Papal una expresión que aparece en el texto breve de la
consagración Mariana de San Luis María Grignon de Montfort: Totus tuus ego sum
et omnia mea tua sunt. Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Nuestra querida
madre celestial es modelo perfectísimo de una persona de fe, una persona
virtuosa, una persona que sabe dónde debe guardar sus cosas, una persona que
hace la voluntad de Dios según su Palabra. María es la Virgen oyente, escucha y
acoge la Palabra divina. Es la Virgen orante, su oración por excelencia es el Magnificat.
Es la Virgen Madre: Es una prodigiosa maternidad por obra del Espíritu. Bienaventuradas serán todas aquellas
personas, que a ejemplo de la Virgen María, escuchen la Palabra y la cumplan.
(cfr. Lucas 11, 27). Cuida tu salud: María Santísima vivió como nadie las
bienaventuranzas de su Hijo Jesús.