9 de agosto 2021. Deseamos presentar al sacerdote Raúl Ortiz Toro, nuevo director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y el Diálogo (PUD), designado por los obispos en la pasada Asamblea Plenaria a ocupar este cargo en el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC).
En una entrevista concedida al Departamento de
Comunicaciones del SPEC, el sacerdote nos comparte algunos aspectos de su vida
pastoral y las expectativas frente al trabajo que ha de asumir en servicio a la
Iglesia Católica.
En los últimos días la Conferencia Episcopal de Colombia
renovó sus directivas para el trienio 2021-2024, donde usted fue designado para
el cargo de Director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y el
Diálogo (PUD), ¿por qué cree que fue la persona elegida y cómo recibe este voto
de confianza por parte del episcopado?
R/ Debo reconocer que no tengo ni más méritos ni mejores
competencias que muchos otros sacerdotes de Colombia; en esto recalco aquella
frase que nos recuerda que Jesús no eligió a los más capaces sino que capacitó
a quienes eligió. Eso sí, desde el Seminario, siempre he estado inquieto por un
ejercicio del sacerdocio en el que se conjugue el contacto con el Pueblo fiel y
la formación permanente. Siendo seminarista tuve la gracia de que mi obispo se
fijara en mí para enviarme a Roma a estudiar la licenciatura en Teología y la
especialización en Patrística e Historia de la Teología; después de mi regreso
a la Arquidiócesis de Ibagué he estado en diferentes frentes pastorales, desde
vicario parroquial y párroco rural hasta formador del Seminario y director del
Instituto de Teología y Pastoral, además de otros encargos.
Ahora bien, con respecto a mi elección en este servicio para
la Iglesia colombiana, debo agradecer a mi obispo, monseñor Orlando Roa
Barbosa, quien tuvo conmigo la deferencia de presentarme en el grupo de
candidatos y concederme la licencia para poder aceptar este encargo luego de la
elección que hicieron los señores arzobispos y obispos, a quienes también hago
llegar mi más sentida gratitud por confiarme esta labor pastoral que he
recibido con sorpresa pero también con la confianza de que el Señor Jesús
asistirá esta labor.
¿Cuál es su experiencia en materia de doctrina y ecumenismo?
R/ La experiencia de un sacerdote que ha sido párroco en el
campo y en la ciudad, lugares en los que se encuentran muchos desafíos en
cuanto al fomento y defensa de la doctrina cristiana y también en lo que
concierne la promoción de la unidad de los cristianos y el diálogo
interreligioso; la experiencia de un sacerdote que ha predicado la Palabra de
Dios, ha sido fiel al Magisterio de la Iglesia y que se ha desempeñado como
profesor universitario de Teología y como formador de futuros sacerdotes en
algunos Seminarios.
¿Qué desafíos pueden ayudar al caminar de esta nueva etapa
de gestión al interior del episcopado?
R/ Este Departamento del Secretariado Permanente del
Episcopado (SPEC) pertenece al Centro Pastoral para la Evangelización y la Fe y
está a cargo de dos Comisiones Episcopales: la primera es la de Doctrina que se
encarga de promover el conocimiento de la doctrina cristiana a través de
algunas actividades como la formación permanente en los ámbitos episcopal,
sacerdotal y laical, y la defensa de la misma para lo cual convoca y lidera un
comité teológico con expertos de diversas especializaciones (por ejemplo
bioética, dogmática, bíblica, moral, etc.) que asesoran al SPEC en diversas
circunstancias. Por otra parte, la segunda Comisión Episcopal es la de Promoción
de la Unidad de los Cristianos, antes denominada “Ecumenismo”, y el Diálogo
Interreligioso.
Ambas Comisiones Episcopales tienen grandes desafíos porque,
por ejemplo, en lo que respecta a Doctrina, este departamento debe procurar la
ortodoxia de la fe y, por ello, la difusión y defensa del Magisterio, sobre
todo en un contexto como el actual en el que existen dos tendencias: por una
parte, a veces se presentan ocasiones en las que algunos fieles laicos
desarrollan un ánimo contestatario a las enseñanzas pontificias en particular;
por otra parte, existe una tendencia fuera de la Iglesia que quiere confinarla
al ámbito de lo privado y desea quitarle
su voz profética en el ámbito de la cosa pública. Así, por ejemplo, es cada vez
más frecuente escuchar que algunos se preguntan por qué la Iglesia denuncia la
inmoralidad de la eutanasia, el aborto, las uniones homoparentales, etc., si
solo, según ellos, debiera enseñar a rezar. Pero la Iglesia jamás podrá callar
ante estas situaciones porque debe defender la dignidad de la persona humana y,
aunque estos temas parezcan de solo resonancia civil, en cuanto son
considerados “derechos”, sin embargo tienen un fuerte componente ético que le
permite a la Iglesia pronunciarse en razón de que sus fieles son personas humanas
también afectadas por estas decisiones.
Por otra parte, si nos vamos a los desafíos que proponen los
ámbitos del ecumenismo y el diálogo interreligioso, no solo se han de tener en
cuenta las actividades de acercamiento a cristianos y no cristianos sino,
además, la posición de la Iglesia ante el Estado y los retos que supone la
“Política pública integral de Libertad Religiosa y de Cultos” en una época en
la que han crecido exponencialmente las entidades religiosas registradas en el
Ministerio del Interior y ha decrecido el número de cristianos católicos.
Ante estos desafíos, ¿Cuál podría ser su ruta de trabajo?
R/ En primer lugar, la ruta de trabajo está marcada por los
Señores Obispos, especialmente, los prelados de cada Comisión Episcopal; para
Doctrina tenemos la presidencia de monseñor Óscar José Vélez Isaza, obispo de
Valledupar, quien conforma la Comisión con otros tres señores obispos y para
Promoción de la Unidad y del Diálogo la presidencia de monseñor Édgar
Aristizábal Quintero, obispo de Yopal, más tres señores obispos y el exarca
maronita, monseñor Fadi Bou Chebl.
Hablando de una hoja de ruta quiero en este punto destacar
la encomiable labor de las anteriores comisiones episcopales, sus obispos
presidentes, y del director saliente, el padre Jorge Enrique Bustamante Mora,
quien durante los dos anteriores trienios configuró en la práctica lo que hoy
es el Departamento que recibo. Su disponibilidad y visión permitió llevar a
cabo las directrices señaladas por los prelados responsables de las comisiones
episcopales. El Departamento continuará los proyectos que se encuentran en
ejecución como el que concierne la formación teológico – pastoral sobre
Exorcismo y Oración de Liberación y la importancia de conocer los límites y
alcances del decreto 437 de 2018 sobre Política Pública de Libertad Religiosa y
de Cultos, además de proponer para el trienio otros ejes temáticos de acuerdo a
las necesidades actuales.
Quién es el padre Raúl Ortiz Toro
R/ Nací en Pereira, Risaralda, 30 de junio de 1980. Fui ordenado
para la arquidiócesis de Ibagué, 21 de noviembre de 2009.
Aunque nacido en Pereira, sin embargo crecí en la
Arquidiócesis de Ibagué, en la parroquia de San José de Anaime. Cursé los
estudios filosóficos en el Seminario Mayor María Inmaculada de Ibagué; los
teológicos en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum de Roma. Soy
licenciado en teología y especialista en Teología Patrística e Historia de la
Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. He sido vicario
parroquial, párroco, rector eclesiástico de un santuario, profesor del
Seminario, Director de un Instituto de Teología y Pastoral, y de una emisora
católica. He escrito siete libros de historia regional de la Iglesia para las
arquidiócesis de Popayán e Ibagué y la diócesis de Pereira. Fuente: Conferencia
Episcoapl de Colombia. Imagen de la Conferencia Episcopal.