26 de agosto de 2021

LA LIMPIEZA DE CORAZÓN, DEFINE EL ÉXITO DE CADA PERSONA


Evangelio para el domingo 29 de agosto 2021
La limpieza de corazón define el éxito de cada persona.
°°° “Los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús “¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores”? Él contesto: “Bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
  El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.” °°° (Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
 
            Jesucristo plantea un nuevo estilo de vida, una auténtica religión, una novedosa manera de pensar, un remedio para combatir el mal, donde no existe el bien: Afirma el Maestro: “Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle.” (Marcos 7,14).  Ese es un principio categórico, es el medio para entender que no hemos logrado hacer la voluntad de Dios. Esto daría la explicación a que nuestra vida anda muy desajustada, nuestros principios morales están en el cajón del olvido, nuestro corazón se ha endurecido, nuestra mente se ha empobrecido, vivimos en una sociedad donde priman los derechos, están ausentes los deberes.
 
            ¿Será, que muchos honran a Dios solo de boca? ¿Será que el culto que se le da a Dios, es vació? ¿Será que muchas personas se han inventado nuevas leyes al lado de las propuestas por Dios?  Tendremos que retomar la inquietud bíblica: “Antes no era así” (Mateo 19,8). La propuesta de Dios es: “No añadas nada a lo que te mando ni suprimas nada; guarda los preceptos del Señor tu Dios, como hoy te los doy” (Deuteronomio 4, 2).   
 
            La limpieza de corazón de cada persona es el principio o la condición esencial, para vivir auténticamente una religión. Hombres y mujeres debemos convencernos que el mal es una ausencia del bien. Que dentro del corazón de cada ser humano nace el propósito de no hacer las cosas bien. No es que el mal se le imponga al hombre, lo que sucede es que el hombre está muy lejano de la Gracia y la presencia de Dios en su vida. Tenía toda la razón el apóstol Santiago cuando advertía que: Todo bien que recibimos, todo don perfecto, viene de arriba, del Padre que creó los astros, en quien no hay alteración ni sombras. (Santiago 1, 17).
 
            Sin un corazón purificado no se pueden tener unas manos limpias. Así lo entiende y lo propone el Papa Francisco afirmando que: La observancia literal de los preceptos es algo estéril si no cambia el corazón y no se traduce en actitudes concretas. Estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto. Por qué razón se critican los unos con los otros. (Evangelii Gaudium, 99)  Cuida tu salud: Fe en Dios y buen espíritu, definen una religión.