Evangelio para el domingo 22 de agosto 2021 Solo Dios, tiene palabras de vida eterna. °°° “Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: « ¿Esto los hace vacilar?, ¿y si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de ustedes no creen.» (Juan 6, 60-69). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
El salvador del mundo se presenta
como el Pan de vida. Este tipo de verdad solo se entiende desde la fe. Muchos
judíos no lograron captar ese misterio. Se hace necesaria una madurez
espiritual, para comprender las implicaciones del pensamiento de Jesús: “El
espíritu es el que da vida; la sola carne no sirve para nada” (Juan 6, 63). En
la medida en que Dios pretende revelar al hombre su ser, en esa misma
proporción, la respuesta de muchos es contraria a su voluntad. Necedad humana.
Si Cristo es el alimento que sacia
el hambre y la sed de todos aquellos que buscan a Dios: ¿Por qué muchos dudaron
que Dios estuviera con ellos? (cfr. Éxodo 17,7). ¿Por qué muchos discípulos lo
abandonaron y no siguieron con él? (cfr. Juan 6, 66). En el círculo más íntimo
de aquellos que seguían a Jesucristo, existía un adversario, un diablo, (cfr.
Juan 6, 70). Jesús sabía que aquel que compartía el pan con él, lo trata con
desprecio. (cfr. Juan 13, 18-19). La fe es la única que define el misterio. San Pedro tomó la decisión más sensata: “A
quién vamos a ir, tú tienes palabras de vida eterna” (Juan 6, 68).
San Juan Pablo II, explica
teológicamente el primer anuncio eucarístico de Jesucristo. Por qué será que el
Maestro de Nazareth insiste en que el Espíritu es el que da la vida. El
Pontífice responde: Solamente en virtud del Espíritu, que da vida, el alimento
y la bebida eucarísticos pueden obrar en nosotros la “comunión”, es decir, la
unión salvífica con el Cristo crucificado y glorificado. (Audiencia, 13 de
septiembre, 1989). Entre más rechazo y oposición encuentra el Salvador, más insiste en el sentido único de sus
palabras: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida”. La
sagrada Eucaristía, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir
Cristo mismo" (Catecismo Iglesia Católica, 1324). Cuida tu salud: Por la fe y el amor,
reconocemos a Jesús Eucaristía.