5 de noviembre 2019. El Papa Francisco afirmó que la
salvación consiste en una elección personal entre “acudir al encuentro con el
Señor o cerrarme en mis cosas” y recordó que Dios “no nos hace pagar la entrada”
para para acudir a Él. El Santo Padre, en la Misa celebrada este martes en la
Casa Santa Marta, comentó a lectura del Evangelio de San Lucas en la que se
narra la historia de un hombre que organiza una gran fiesta a la que los
invitados rechazan acudir con diferentes excusas.
Ante la negativa de sus invitados, el hombre decide entonces
invitar a los pobres y a los lisiados de los caminos y sentarlos a su casa a
cenar, ofreciéndoles a ellos la fiesta que tenía reservada para sus amigos.
El Papa explicó que “la cena, la fiesta, representa el
cielo, la eternidad con el Señor”. La acción del hombre que organizó la fiesta
describe la actitud de Dios hacia la humanidad: “Nuestro Dios siempre nos invita de ese modo, no nos hace pagar entrada”.
“En las verdaderas fiestas no se paga la entrada: paga el
padrón, paga el que invita”, resaltó. Sin embargo, los amigos del hombre que
preparó la fiesta no reaccionaron del mismo modo, sino que respondieron
cerrándose sobre sí mismo, sobre sus intereses.
El Pontífice lo explicó señalando que “delante de aquella
gratuidad, de aquella universalidad de la fiesta, respondieron con una actitud
que cierra el corazón: ‘Yo no voy. Prefiero estar solo, con la gente que me
gusta a mí. Me cierro’”.
“Eso es un pecado”, advirtió el Papa Francisco. “Es el
pecado del pueblo de Israel, el pecado de todos nosotros. El cerrarse. ‘No,
para mí es más importante esto que eso. No, lo mío’. Siempre lo mío”.
El rechazo a acudir a la fiesta es también un rechazo al
Señor, advirtió el Papa. Es decirle: ‘No me molestes con tu fiesta”. Supone
cerrarse a “aquello que el Señor nos ofrece: la alegría del encuentro con Él”.
“Y en el camino de la vida muchas veces nos encontraremos
ante esta elección, ante esta opción: o la gratuidad del Señor, o el acudir a
encontrar al Señor, encontrarme con el Señor, o cerrarme en mis cosas, en mis
intereses”.
Por ese motivo, “el Señor, hablando de una de las formas de
cerrarse, decía que es muy difícil que un rico entre en el reino de los cielos.
Sin embargo, hay muchos ricos buenos,
santos, que no están atados a las riquezas. Pero la mayoría se ata a las
riquezas, se cierra. Y por ello no pueden comprender qué es la fiesta”. El Papa
finalizó la homilía invitando a pensar en esa parábola y preguntarse: “¿Cómo va
nuestra vida? ¿Qué es lo que prefiero? ¿Aceptar la invitación del Señor o
cerrarme en mis cosas, en mis pequeñeces?”. Lectura comentada por el Papa
Francisco: Juan 6, 37-40. Fuente: Aciprensa. Com Redacción.