Evangelio
para el domingo 24 de noviembre 2019. « °°° Estando Jesús en la cruz, empezaron
los jefes a comentar: «Si salvó a otros, que se salve a sí mismo, puesto que es
el Mesías escogido por Dios.» Los soldados también se acercaron y se burlaron
de él. Le ofrecían vino ácido y le decían: « ¡Si tú eres el rey de los judíos,
sálvate!» En efecto, encima de él había un letrero que decía: «Este es el Rey
de los judíos.» °°° Lucas 23, 35-43. Jesucristo es Rey al modo de Dios y no al
de los hombres. Entre los hombres, el rey está de lado de los grandes y
poderosos del mundo. En cambio, según la mente de Dios. El Rey tiene la misión
de hacer justicia al pobre y al desvalido, su misión propia es la misericordia.
Esta misión es imposible que puedan cumplirla muchos reyes. Ellos no han tenido
la experiencia del sufrimiento humano; no han sido víctimas de la injusticia de
los poderosos; no han sido desplazados de su tierra; no han perdido sus
derechos; no han sido lastimados en su dignidad.
Jesucristo
es un rey aclamado por los enfermos; bienvenido para los pecadores; ayuda y
auxilio para los descartados del pueblo. Un rey que no se equivoca en su misión
de servir: Lava los pies a sus discípulos y les enseña la regla del amor y la
caridad. (cf. Juan 13, 4-5). El programa
de gobierno del Nazareno no es de este mundo. (cf. Juan 18,36). Las
bienaventuranzas son la carta de navegación para una sociedad gobernada en el
nombre de Dios. (cf. Mateo 5,1-12). El pedestal de este rey es su propia Cruz.
Con ella enseña: la obediencia, el respeto, la prudencia, la humildad, la tolerancia
a las críticas; siempre buscando el consenso. (cf. Mateo 16, 24-25). Que cada
persona asuma su cruz, para que pueda hacer la voluntad de Dios.
El
que manda como quien le sirve a los demás.
Así lo enseña la Sagrada Escritura.
¿Quién puede ser considerado el más grande? El Hijo de Dios responde:
“Los reyes de las naciones las tiranizan y sus príncipes reciben el nombre de
bienhechores. Entre ustedes no ha de ser así, sino que el mayor entre ustedes
será como el más joven, y el que mande como el que sirve." (Lucas 22,
25-27). Quien manda se llama: Dios. Quien gobierna el cielo y la tierra; quien
lo hace con justicia, con bondad y con misericordia. Toda autoridad a imagen y modelo de Cristo Rey
del Universo; le compete por encima de cualquier otra realidad: ser el buen
ejemplo para los demás. Cumplir las leyes, hacerlas cumplir con la pedagogía de
la razón y el buen entendimiento. El Papa Francisco en su Ángelus Regina Coeli,
aclara: “el reino de Dios está fundado en su amor y radica en los corazones,
confiriendo a quien lo recibe paz, libertad y plenitud de vida.” Cuida tu salud:
Quien se gobierna así mismo, puede gobernar a los demás”. Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué.