14 de noviembre de 2019

POBRE ES AQUEL, Que confía en el Señor.


14 de noviembre 2019. Pobre: Él es aquel  que  «confía  en  el  Señor»  (Salmo  10,11);  porque  tiene  la  certeza  de  que  nunca será abandonado. El pobre, en la Escritura,  es  el  hombre  de  la  confianza.  El   autor   sagrado   brinda   también   el   motivo  de  esta  confianza:  él  “conoce  a  su  Señor”,  y  en  el  lenguaje  bíblico  este  “conocer”  indica  una  relación  personal  de afecto y amor.
III JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES. Propuesta por el Papa Francisco a celebrarse el 17 de noviembre 2019
La esperanza de los pobres, nunca se frustrará (Salmo 9,19)
Papa Francisco
          La esperanza de los pobres nunca se frustrará
          El pobre es aquel que confía en el Señor
          A los voluntarios que se preocupan por los pobres, les pido que crezcan en su edificación
          A veces se requiere poco para devolver la esperanza, basta con detenerse, sonreír, y escuchar.

         
El sumo  pontífice Benedicto  XVI, en su    carta    encíclica    Cáritas    in    Veritate, que traduce La caridad en la  verdad  hace  un  llamado  a  la  Iglesia Católica, sobre el desarrollo humano   integral;   con   el   fin   de   reflexionar  y  evaluar  aquello  que  planteaba      Pablo   VI.   Acerca   del   “desarrollo    humano  en    nuestro    tiempo” en el cual hacía referencia a un desarrollo así: Quiso    indicar    ante    todo    el    objetivo   de   que   los   pueblos   salieran  del  hambre,  la  miseria,  las enfermedades endémicas y el     analfabetismo.     Desde     el     punto  de  vista  económico,  eso  significaba     su     participación     activa   y   en   condiciones   de   igualdad       en       el       proceso       económico             internacional; desde  el  punto  de  vista  social,  su  evolución  hacia  sociedades  solidarias  y  con  buen  nivel  de  formación;  desde  el  punto  de  vista  político,  la  consolidación  de    regímenes    democráticos    capaces de asegurar libertad y paz   (Benedicto   XVI,   Cáritas   y   veritate, (2019), p. 11) Es   bueno   recordar   aquel   llamado   que  hace  San  Pablo  VI,  acerca  de  trabajar   en   pro   de   un   desarrollo   mutuo     y     no     simplemente     en     beneficio    propio    e    individualista,    donde   los   beneficiados   son   unos   pocos y los excluidos son la mayoría.

Es  tiempo  de  romper  el  egoísmo  o  anhelo de poder y ver al otro con los ojos  de  Dios.  Es  decir,  de  poner  en  práctica    la    parábola    del    “Buen    Samaritano”        con        los        más        necesitados.    De    igual    forma,    es    preciso    retomar    el    mensaje    del    «Jubileo         de         las         personas         socialmente    excluidas»    del    Papa    Francisco    para  dar  apertura  a  la  III  Jornada por los pobres. Ya que aquí se  plantea  el  principal  objetivo  de  esta  Jornada  y  recordar  el  ejemplo  de  “Jesucristo,  Rey  del  Universo,  el  cual   se   ha   identificado   con   los   pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia (Mateo    25,31-46)”    y    en    este    mismo    sentido  afirma  que  se  “Termina  el  Jubileo  y  se  cierra  la  Puerta  Santa,  pero  la  puerta  de  la  misericordia  de  nuestro        corazón        permanece        siempre   abierta,   de   par   en   par”   (Papa    Francisco,    Misericordia    et    Misera (2016), P. 10).En  este  tercer  año  consecutivo,  el  Papa Francisco motiva a continuar el camino que se emprendió hace dos años,   con   la   celebración   de   la   jornada    por    los    pobres,    a    no    desfallecer  y  por  lo  tanto  plantea  para este año el lema “La esperanza de  los  pobres  nunca  se  frustrará”  iluminado  por  el  Salmo  9,19.  Afirma  que  este  salmo  se  compuso  en  un  momento      de      gran      desarrollo      económico      que,      como      suele      suceder,   también   produjo   fuertes   desequilibrios sociales. La inequidad

genera  un  numeroso  grupo  de  indigentes,  cuya  condición  parece  aún  más  dramática  cuando  se  compara  con  la  riqueza  alcanzada  por  unos  pocos  privilegiados.  El  autor  sagrado,  observando  esta  situación,  dibuja  un  cuadro  lleno  de  realismo  y  verdad;  convocando  a  devolver  la  esperanza  perdida  a  causa de la injusticia, el sufrimiento y la precariedad de la vida al corazón de los más pobres.

TALLER 1. LA ESPERANZA DE LOS POBRES NUNCA SE FRUSTRARÁ          

VER LA REALIDAD
Leer en voz alta el siguiente cuento y reflexionar sobre el valor de las cosas que se tienen y como en ocasiones el ser humano es juzgado por las cosas materiales que posee.

POBRES Y RICOS
Un día, una madre de familia rica y muy acomodada,  con  el  firme  propósito  de  que  su  hija  valorara  lo  afortunada  que  era de poder gozar de tal posición, y se sintiera  orgullosa  de  ella,  la  llevó  para  que pasara un par de días en el monte, con    una    familia    campesina    muy    humilde. Pasaron  tres  días  y  dos  noches  en  su  vivienda     de     campo.     En     el     auto,     retornando    a    la    ciudad,    la    madre    preguntó a su hija. – ¿Qué te pareció la experiencia?– Buena -contestó la hija con la mirada puesta en la distancia.

  «  ¿Te  diste  cuenta  de  lo  pobre  que  puede llegar a ser la gente?»– “Sí, mamá”– Y... ¿qué aprendiste? -insistió la madre.– Muchas cosas, mamá...que nosotras tenemos un perro... y ellos tienen cuatro. Nosotras   tenemos   una   piscina   con   agua  estancada,  que  llega  a  la  mitad  del jardín... y ellos tienen un río sin fin, de agua  cristalina,  donde  hay  pececitos  y  otras bellezas. Que  nosotras  importamos  linternas  de  Oriente  para  alumbrar  nuestro  jardín...  mientras que ellos se alumbran con las estrellas y la luna. Nuestro patio llega hasta la cerca... y el de ellos llega al horizonte. Que    nosotras    compramos    nuestra    comida...  ellos,  siembran  y  cosechan  la  de ellos. Nosotras  oímos  CDs...  ellos  escuchan  una   perpetua   sinfonía   de   jilgueros,   cardenales, pericos, ranas, sapos, grillos y  otros  animalitos...  todo  esto  a  veces  dominado  por  el  sonoro  relinchar  del  caballo  de  un  vecino  que  trabaja  su  monte.     

Nosotras      cocinamos      en      microondas...  ellos,  todo  lo  que  comen  tiene  ese  glorioso  sabor  del  fogón  de  leña o del horno de barro. Para    protegernos,    nosotras    vivimos    rodeados  por  un  muro,  con  alarmas...  ellos  viven  con  sus  puertas  abiertas,  protegidos por la amistad de sus vecinos. Nosotras  vivimos  ‘conectadas’  al  móvil,  al  computador,  al  televisor...  ellos,  en  cambio, están ‘conectados’ a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a  los  animales,  a  sus  siembras,  a  su  familia...Tú y papá tenéis que trabajar tanto que casi  nunca  os  veo...  ellos  tienen  tiempo  para   hablar   y   convivir   cada   día   en   familia...La   madre   quedó   impactada   por   la   profundidad   del   pensamiento   de   su   hija... y entonces la niña terminó:–     ¡Gracias,     mamá,     por     haberme     enseñado lo pobres que somos! Esta   historia   invita   a   reflexionar.   La   felicidad es un estado interior poderoso que  no  depende  de  factores  externos,  sino  que  está  en  el  interior  de  cada  persona,  y  depende  de  la  actitud  en  la  vida. Si  atamos  la  felicidad  al  dinero,  a  las  posesiones   o   a   ciertas   condiciones   especiales,   entonces   se   arriesga   a   perder     la     felicidad     en     cualquier     momento.– Colorín colorado...–...este cuento se ha acabado. (Fuente: Audios, cuentos infantiles)

JUZGAR
Después de haber reflexionado con el cuento de “Ricos y pobres” es bueno retomar el mensaje que plantea el Papa Francisco (2019) para la III Jornada de los pobres.

El salmista describe la condición del pobre y la arrogancia del que lo oprime (Salmo 10,1-10);  invoca  el  juicio  de  Dios  para  que  se  restablezca  la  justicia  y  se  supere  la  iniquidad (Salmo 10,14-15). Es como si en sus palabras volviese de nuevo la pregunta que se ha repetido a lo largo de los siglos hasta nuestros días: ¿cómo puede Dios tolerar  esta  disparidad?  ¿Cómo  puede  permitir  que  el  pobre  sea  humillado,  sin  intervenir para ayudarlo? ¿Por qué permite que quien oprime tenga una vida feliz mientras   su   comportamiento   debería   ser   condenado   precisamente   ante   el   sufrimiento del pobre? 

Era una época en la que la gente arrogante y sin ningún sentido de Dios perseguía a  los  pobres  para  apoderarse  incluso  de  lo  poco  que  tenían  y  reducirlos  a  la  esclavitud. Hoy no es muy diferente. La crisis económica no ha impedido a muchos grupos  de  personas  un  enriquecimiento  que  con  frecuencia  aparece  aún  más  anómalo si vemos en las calles de nuestras ciudades el ingente número de pobres que  carecen  de  lo  necesario  y  que  en  ocasiones  son  además  maltratados  y  explotados. Vuelven a la mente las palabras del Apocalipsis: «Tú dices: “soy rico, me he   enriquecido;   y   no   tengo   necesidad   de   nada”;   y   no   sabes   que      eres   desgraciado, digno de lástima, ciego y desnudo» (Apocalipsis 3,17). Pasan los siglos, pero la condición  de  ricos  y  pobres  se  mantiene  inalterada,  como  si  la  experiencia  de  la  historia no nos hubiera enseñado nada. Las palabras del salmo, por lo tanto, no se refieren al pasado, sino a nuestro presente, expuesto al juicio de Dios.

ACTUAR
Responder las siguientes preguntas teniendo en cuenta el cuento: “ricos y pobres” y el mensaje del Papa Francisco:

• ¿Qué se entiende por pobreza?
• Según la historia ¿Quién es pobre? Justificar la respuesta
• ¿Cuál fue el propósito de la mamá para realizar este viaje?
• ¿Cuál fue la reacción de la niña después de haber realizado el viaje?• ¿Cómo se relaciona este cuento con el mensaje del Papa Francisco?
• ¿Qué le hace reflexionar y actuar en la vida particular, familiar y comunitaria?
Una vez resueltas las preguntas se pueden socializar con la comunidad de fe.

CELEBRAR O CONMEMORAR
Después  de  haber  leído  y  reflexionado  con  las  lecturas  propuestas  en  el  primer  taller, es bueno que el facilitador (a) convoque a la comunidad de fe, a realizar una visita  a  un  albergue,  refugio,  orfanato  y  allí,  realizar  una  jornada  caritativa  de  atención  integral  (salud,  recreación,  belleza  y  bienestar,  entre  otros  servicios  que  estén presentes en la comunidad). 

 TALLER 2. ES POBRE AQUEL QUE CONFÍA EN EL SEÑOR

VER LA REALIDAD
En  grupo,  con  su  comité  parroquial  o  su  equipo  pastoral,  lea,  relea  y  analice  la  siguiente historia propuesta. Posteriormente, conversar sobre el tema.

LOS TRES ÁRBOLES
            Colina  de  un  bosque.  Hablaban  acerca  de sus sueños y planes de futuro. – “Algún día seré cofre de tesoros. Estaré lleno  de  oro,  plata  y  piedras  preciosas.  Todos verán mi belleza”. – dijo el primer árbol. El segundo árbol dijo: “Algún día seré un gran    barco    donde    viajen    los    más    grandes  reyes  y  reinas  a  través  de  los  océanos. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza y mi poderoso casco”. Finalmente el tercer árbol dijo: “Yo  quiero  crecer  para  ser  el  más  alto  de todos los árboles en el bosque. Así

Estaré cerca de Dios. Seré el árbol más grande de todos los tiempos y la gente siempre me recordará”. Durante años, los tres árboles oraban a Dios     para     que     sus     sueños     se     convirtieran en realidad. Un  día,  un  leñador  los  taló  y  se  los  vendió   a   unos   carpinteros.   Con   el   primer   árbol   hicieron   un   cajón   de   comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy  mal  pues  eso  no  era  lo  que  él  había pedido tanto.

El    segundo    árbol    fue    cortado    y    convertido  en  una  pequeña  barquita  de  pesca,  y  fue  puesto  en  un  lago.  Sus  sueños  de  ser  una  gran  embarcación  habían llegado a su fin. El  tercer  árbol  fue  cortado  en  largas  y  pesadas tablas y lo abandonaron en la oscuridad de un almacén.
Al  verse  así,  los  tres  árboles  sintieron  que sus planes habían fracasado. Sin  embargo,  una  noche,  José  y  María  llegaron  al  establo  y  pusieron  al  Niño  Jesús en el pesebre. Entonces el primer árbol descubrió que había contenido el mayor tesoro de la humanidad. Años    más    tarde,    Jesús    y    algunos    discípulos subieron a la pequeña barca para cruzar el lago de Galilea. Durante la   travesía,   una   gran   tormenta   se   desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente  fuerte  para  salvarlos.  Pero   Jesús   se   levantó   y   calmó   la   tempestad.     Y     el     segundo     árbol     descubrió  que  llevaba  al  Rey  de  todos  los reyes y Señor de señores. Finalmente,  alguien  cogió  dos  de  las  tablas  que  estaban  en  el  almacén  y  sobre     ellas     crucificaron     a     Jesús.     Cuando     llegó     el     domingo,     Jesús     resucitó   y   el   tercer   árbol   sintió   que   había  estado  más  cerca  de  Dios  de  lo  que nunca pudo imaginar.

La moraleja de esta Historia es: Cuando  parece  que  las  cosas  no  van  de  acuerdo  a  tus  planes,  debes  saber  que  siempre  Dios  tiene  el  mejor  plan  para ti. Cada   árbol   consiguió   lo   que   había   soñado,  aunque  no  de  la  forma  que  habían planeado. No    siempre    sabemos    lo    que    Dios    planea   para   cada   persona.  (Cuento adaptado de www.sanmiguel.org.  www.aciprensa.com recuperada. 9-10-2019 de: gobiernodecarnariasorg/medusa/ecoblog/mhergore 

JUZGAR
El  juzgar  corresponde  a  la  iluminación  que  nos  brinda  la  Iglesia  para  analizar  la  Palabra de Dios y el magisterio del papa Francisco.

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO
III JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES
El salmista describe con crudo realismo la actitud de los ricos que despojan a los pobres: «Están al acecho del pobre para robarle, arrastrándolo a sus redes» (Salmo 10,9). Es como si para ellos se tratara de una jornada de caza, en la que los pobres son  acorralados,  capturados  y  hechos  esclavos.  En  una  condición  como  esta,  el  corazón de muchos se cierra y se afianza el deseo de volverse invisibles. Así, vemos a menudo a una multitud de pobres tratados con retórica y soportados con fastidio.      Ellos      se      vuelven      como      transparentes y sus voces ya no tienen fuerza  ni  consistencia  en  la  sociedad.  Hombres   y   mujeres   cada   vez   más   extraños     entre     nuestras     casas     y     marginados en nuestros barrios.

El  contexto  que  el  salmo  describe  se  tiñe   de   tristeza   por   la   injusticia,   el   sufrimiento y la amargura que afecta a los  pobres.  A  pesar  de  ello,  se  ofrece  una hermosa definición del pobre. Él es aquel  que  «confía  en  el  Señor»  (Salmo  10,11),  porque  tiene  la  certeza  de  que  nunca será abandonado. El pobre, en la Escritura,  es  el  hombre  de  la  confianza.  El   autor   sagrado   brinda   también   el   motivo  de  esta  confianza:  él  “conoce  a  su  Señor”,  y  en  el  lenguaje  bíblico  este  “conocer”  indica  una  relación  personal  de afecto y amor.
Se está ante una descripción realmente impresionante   que   nunca   se   habría   imaginado.  Sin  embargo,  esto  no  hace  sino  manifestar  la  grandeza  de  Dios  cuando se encuentra con un pobre. Su fuerza        creadora        supera        toda        expectativa humana y se hace realidad en  el  “recuerdo”  que  él  tiene  de  esa  persona    concreta    (Salmo    10,13).    Es    precisamente   esta   confianza   en   el   Señor,     esta     certeza     de     no     ser     abandonado,    la    que    invita    a    la    esperanza.  El  pobre  sabe  que  Dios  no  puede    abandonarlo;    por    eso    vive    siempre  en  la  presencia  de  ese  Dios  que  lo  recuerda.  Su  ayuda  va  más  allá  de la condición actual de sufrimiento para  trazar  un  camino  de  liberación  que  transforma  el  corazón,  porque  lo  sostiene en lo más profundo. La  descripción  de  la  acción  de  Dios  en  favor   de   los   pobres   es   un   estribillo   permanente en la Sagrada   Escritura.   Él   es   aquel   que   “escucha”,        “interviene”,        “protege”,        “defiende”,       “redime”,       “salva”...       En       definitiva, el pobre nunca encontrará a Dios   indiferente   o   silencioso   ante   su   oración. Dios  es  aquel  que  hace  justicia  y  no  olvida  (Salmo  40,18;  70,6);  de  hecho,  es  para  él  un  refugio  y  no  deja  de  acudir  en  su  ayuda  (Salmo  10,14).  Se  pueden  alzar   muchos   muros   y   bloquear   las   puertas  de  entrada  con  la  ilusión  de  sentirse     seguros     con     las     propias     riquezas  en  detrimento  de  los  que  se  quedan    afuera.   

No    será    así    para    siempre.  El  “día  del  Señor”,  tal  como  es  descrito   por   los   profetas   (Amós   5,18;   Isaías    2-5;    Joel    1-3),    destruirá    las    barreras  construidas  entre  los  países  y  sustituirá  la  arrogancia  de  unos  pocos  por    la    solidaridad    de    muchos.    La    condición de marginación en la que se ven  inmersas  millones  de  personas  no  podrá  durar  mucho  tiempo.  Su  grito  aumenta  y  alcanza  a  toda  la  tierra.  Como  escribió  D.  Primo  Mazzolari: «El  pobre es una protesta continua contra nuestras   injusticias;   el   pobre   es   un   polvorín.   Si   le   das   fuego,   el   mundo   estallará»

ACTUAR
Es tiempo de realizar una autorreflexión acerca de los favores otorgados por Dios. De  analizar  las  situaciones  vividas  y  los  sueños  que  se  han  alcanzado  en  los  siguientes aspectos.

PERSONAL:   °°°°°°°°°°°°
FAMILIAR  °°°°°°°°°°°
SOCIAL  °°°°°°°°°°°°°°°°
LABORARL °°°°°°°°°°°°

CELEBRAR O CONMEMORAR
            “Dad más bien lo que está dentro como obra de caridad, y entonces todo os será limpio.” (Lucas 11,41)Teniendo  en  cuenta  el  mensaje  del  Papa  Francisco,  para  devolver  la  esperanza  perdida a causa de la injusticia, el sufrimiento y la precariedad de la vida al corazón de  los  más  pobres  y  el  versículo  de  san  Lucas.  Se  sugiere  que  el  facilitador(a)  organice,  con  la  comunidad  de  fe,  una  campaña  de  donaciones  (de  alimentos,  ropa en buen estado, elementos de aseo, juguetes, entre otros) para ser entregada a personas que carezcan de estos recursos.

 TALLER 3. A LOS VOLUNTARIOS QUE SE PREOCUPAN POR LOS POBRES, LES PIDO QUE CREZCAN EN SU DEDICACIÓN

VER LA REALIDAD
            Leer y dialogar acerca de lo sucedido en la siguiente historia.
LA SOPA DE PIEDRA
Cierto día, llegó a un pueblo un hombre y  pidió  por  las  casas  para  comer,  pero  la  gente  le  decía  que  no  tenían  nada  para  darle.  Al  ver  que  no  conseguía  su  objetivo, cambió de estrategia. Llamó a la casa de una mujer para que le diese algo de comer.-  "Buenas  tardes,  Señora.  ¿Me  da  algo  para comer, por favor?"-  "Lo  siento,  pero  en  este  momento  no  tengo nada en casa", dijo ella.-  "No  se  preocupe  -  dijo  amablemente  el  extraño  -,  tengo  una  piedra  en  mi  mochila  con  la  que  podría  hacer  una  sopa. Si Usted. Me permitiera ponerla en una  olla  de  agua  hirviendo,  yo  haría  la  mejor sopa del mundo.

- ¿Con una piedra va a hacer Usted una sopa? ¡Me está tomando el pelo!- En absoluto, Señora, se lo prometo. Deme un puchero muy grande, por favor, y se lo demostraré” La  mujer  buscó  la  olla  más  grande  y  la  colocó  en  mitad  de  la  plaza.  El  extraño  preparó el fuego y colocaron la olla con agua. Cuando el agua empezó a hervir ya estaba todo el vecindario en torno a aquel extraño que, tras dejar caer la piedra en el agua, probó una cucharada exclamando:- ¡Deliciosa! Lo único que necesita son unas patatas". Una  mujer  se  ofreció  de  inmediato  para  traerlas  de  su  casa.  El  hombre  probó  de  nuevo la sopa, que ya sabía mucho mejor, pero echó en falta un poco de carne. Otra  mujer  voluntaria  corrió  a  su  casa  a  buscarla.  Y  con  el  mismo  entusiasmo  y  curiosidad se repitió la escena al pedir unas verduras y sal. Por fin pidió: "¡Platos para todo el mundo!". La  gente  fue  a  sus  casas  a  buscarlos  y  hasta  trajeron  pan  y  frutas. 

Luego  se  sentaron  todos  a  disfrutar  de  la  espléndida  comida,  sintiéndose  extrañamente  felices de compartir, por primera vez, su comida. Y aquel hombre extraño desapareció dejándoles la milagrosa piedra, que podrían usar siempre que quisieran hacer la más deliciosa sopa del mundo. Moraleja:  Con  la  cooperación  se  alcanzan  resultados  notables,  aun  cuando  se  parta  de  contribuciones  pequeñas,  o  incluso  insignificantes.  Esta  es  la  fuerza  milagrosa que tiene el COMPARTIR. Cada uno podemos poner alguna de nuestras virtudes al servicio de los demás y el resultado puede ser espectacular. Fuente: Web católico de Javier.  

JUZGAR
            Leer  y  analizar  la  Palabra  de  Dios  y  el  mensaje  con  el  que  nos  convoca  el  papa  Francisco para ayudar a los pobres y no desfallecer.

A    los    numerosos    voluntarios,    que    muchas  veces  tienen  el  mérito  de  ser  los    primeros    en    haber    intuido    la    importancia de esta preocupación por los  pobres,  les  pido  que  crezcan  en  su  dedicación.     Queridos     hermanos     y     hermanas:  Os  exhorto  a  descubrir  en  cada  pobre  que  encontráis  lo  que  él  realmente   necesita;   a   no   deteneros   ante   la   primera   necesidad   material,   sino  a  ir  más  allá  para  descubrir  la  bondad  escondida  en  sus  corazones,  prestando atención a su cultura y a sus maneras  de  expresarse,  y  así  poder  entablar un verdadero diálogo fraterno.

Dejemos   de   lado   las   divisiones   que   provienen   de   visiones   ideológicas   o   políticas,    fijemos    la    mirada    en    lo    esencial,    que    no    requiere    muchas    palabras  sino  una  mirada  de  amor  y  una  mano  tendida.  No  olvidéis  nunca  que  «la  peor  discriminación  que  sufren  los   pobres   es   la   falta   de   atención   espiritual». Antes   que   nada,   los   pobres   tienen   necesidad  de  Dios,  de  su  amor  hecho  visible  gracias  a  personas  santas  que  viven junto a ellos, las que en la sencillez de    su    vida    expresan    y    ponen    de    manifiesto la fuerza del amor cristiano.

Dios se vale de muchos caminos y de instrumentos infinitos para llegar al corazón de las personas. Por supuesto, los pobres se acercan a nosotros también porque les distribuimos  comida,  pero  lo  que  realmente  necesitan  va  más  allá  del  plato  caliente o del bocadillo que les ofrecemos. Los pobres necesitan nuestras manos para  reincorporarse,  nuestros  corazones  para  sentir  de  nuevo  el  calor  del  afecto,  nuestra presencia para superar la soledad. Sencillamente, ellos necesitan amor.

ACTUAR
            Retomar  la  historia  de  “la  sopa  de  piedra”  y  en  grupos  reflexionar  teniendo  en  cuenta las siguientes preguntas.
• ¿Por qué la gente no le dio de comer, aquel hombre, cuando este lo pidió?
• ¿Cuál fue la estrategia que usó el hombre de la historia para elaborar la sopa?
• ¿Por qué la gente se ofreció en traer los ingredientes para la sopa?
• ¿Crees que el hombre de la historia actuó de forma correcta o incorrecta?    Justificar la respuesta.
• ¿Cuál fue el resultado final?
• Si estuvieras en la posición de aquel hombre ¿Qué harías?
• ¿Qué otras enseñanzas dejan esta historia?

CELEBRAR O CONMEMORAR
El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado. Proverbios 11,25

Al reflexionar con la historia de la Sopa de piedra, el mensaje del Papa Francisco y el  versículo  bíblico  Proverbios  11,25;  se  llega  a  la  conclusión  de  seguir  el  ejemplo  y  atender al llamado al que nos convocan, de compartir con los más necesitados lo que  tenemos.  Por  lo  tanto  se  sugiere  que  como  comunidad  de  fe,  organicen  un  refrigerio,   almuerzo   o   cena   (cómo   compartir)   en   acción   de   gracias,   con   la   población que carece de recursos de la comunidad. Tener  un  espacio  para  compartir,  no  solo  alimentos  sino,  también:  una  palabra,  mensaje o voz de aliento con aquellas personas para darles esperanza y ofrecer un santo  Rosario  por  la  misericordia  con  los  pobres,  para  que  sean  redignificados  y  acogidos por la comunidad.  

TALLER 4. A VECES SE REQUIERE POCO PARA DEVOLVER LA ESPERANZA: BASTA CON DETENERSE, SONREÍR, ESCUCHAR.

VER LA REALIDAD
            El  Papa  Francisco  dice  que  a  veces  se  requiere  poco  para  devolver  la  esperanza:  basta con detenerse, sonreír, escuchar. Sin embargo, en este momento se invita a leer,  y  tener  ilusión  y  esperanza  de  un  futuro  mejor,  teniendo  la  certeza,  que  no  siempre con el dinero y poder se alcanza la felicidad.

EL VENDEDOR DE FLAUTAS MÁGICAS
            Había una vez un vendedor de flautas que se recorría el mundo ofreciendo  sus  maravillosos  instrumentos.  Pero  este  vendedor  no  ofrecía  flautas  normales,  no.  Lo  que  vendía  eran  flautas  mágicas.-Miren qué maravillosa música nace de estas flautas mágicas, que hacen que todo el que la escuche se ponga a bailar -decía el vendedor, de plaza en plaza. Y se ponía tocar. Y, como por arte de magia, todo el mundo empezaba a bailar.-Compren  hoy,  no  esperen,  pues  esta  noche  emprenderé  mi  viaje y no volveré más -decía el vendedor. La  gente  hacía  cola  para  comprar  las  flautas  mágicas  que  llevaba  aquel  vendedor,  y  que  tanta  alegría  les  había  llevado  con su música.

Un día llegó a un pueblo muy pobre y muy triste. La gente disfrutó mucho  con  la  música  del  vendedor  de  flautas.  Pero  solo  una  niña  se  acercó  a  comprar.-Deseo  tanto  que  mi  padre  baile  que  con  la  única  moneda  que  me  queda  compraré una de tus flautas mágicas. El vendedor le dio la flauta a la niña y se fue enseguida. La niña volvió con la flauta a casa muy contenta  y  empezó  a  tocar  para  su  padre. Pero su padre no se movía.-Te han engañado, hija -dijo el hombre-. Ninguna  flauta  hará  que  un  paralítico  como  yo  pueda  levantarse  de  la  silla  y  andar, mucho menos bailar.

La   niña   salió   corriendo   a   buscar   al   vendedor   de   flautas.   Como   llovía   y   hacía mucho viento el hombre se había refugiado a la salida del pueblo.-Su flauta no funciona -dijo la niña.-Para  que  funcione  tienes  que  tocar  con  dulzura  e  ilusión,  pequeña  -dijo  el  vendedor de flautas.-¿No  podría  venir  usted  a  mi  casa  y  tocar  para  mi  padre?  -dijo  la  niña-.  Así  podría usted pasar la noche a cubierto y dormir un poco. El hombre aceptó la oferta de la niña y se  fue  con  ella,  confiando  en  que  su  talento   sería   suficiente   para   que   el   hombre bailara. Cuál  fue  su  sorpresa  al  ver  que  aquel  hombre  era  paralítico. 

La  explicación  que  le  dio  a  la  niña  era  la  misma  que  daba siempre que alguien decía que su flauta  no  funcionaba,  pero  aquella  vez  era diferente. Pero era demasiado tarde para salir y tuvo que improvisar.-¿Habéis  cenado  ya?  -dijo  el  vendedor  de flautas.-Estoy haciendo un caldo en el puchero con unas hierbas silvestres y un poco de pan duro -dijo la niña-. Somos pobres y no       tenemos       para       más,       pero       compartiremos   la   cena   contigo   con   mucho gusto.-Yo  tengo  por  aquí  algo  de  queso,  un  poco  de  embutido  y  unas  frutas  que  también  compartiré  con  vosotros  -dijo  el vendedor.

La  niña  y  su  padre  su  pusieron  muy  contentos     y     empezaron     a     cenar.     Charlaron   y   cantaron   hasta   que   se   quedaron   dormidos.   El   vendedor   de   flautas     se     despertó     enseguida     y,     cuando   se   preparaba   para   salir,   el   hombre le llamó.-Tus flautas no son mágicas -le dijo.-El vendedor de flautas mágicas No, no lo  son  -dijo  el  vendedor-.  La  magia  la  pone la gente con su ilusión y sus ganas de divertirse. Yo solo les doy un aliciente. No  me  consideres  un  estafador,  más  bien   un   ilusionista,   un   mago.   No   me   había parado nunca a pensar que algo como esto pudiera ocurrir.-No  te  culpo  -le  dijo  el  hombre-.  Todos  tenemos  que  sobrevivir. 

Si  lo  deseas,  puedes  vivir  aquí,  con  nosotros.  Yo  no  puedo  trabajar  y  mi  hija  es  aún  muy  joven. Te ofrezco un techo y una familia. Es poca cosa, lo sé, pero es lo único que te puedo ofrecer. El  joven  vendedor  de  flautas  aceptó,  pues estaba cansado de ir de acá para allá,  sin  tener  un  lugar  al  que  volver  ni  nadie con quien compartir la vida.-¿Le  contaremos  la  verdad  a  la  niña?  -preguntó el vendedor de flautas.-Seguro   que   eres   capaz   de   inventar   algún cuento para explicarle por qué no funciona la flauta -dijo el hombre-. No te preocupes, con el tiempo lo entenderá. Ahora  ilusión  y  esperanza  es  lo  único  que necesita. Y    vivieron    felices    durante    muchos,  muchos años. Fuente: Fuente. (Web Católico de Javier).

JUZGAR
            A veces se requiere poco para devolver la esperanza: basta con detenerse, sonreír, escuchar. Por un día dejemos de lado las estadísticas; los pobres no son números a los  que  se  pueda  recurrir  para  alardear  con  obras  y  proyectos.  Los  pobres  son  personas a las que hay que ir a encontrar: son jóvenes y ancianos solos a los que se puede  invitar  a  entrar  en  casa  para  compartir  una  comida;  hombres,  mujeres  y  niños  que  esperan  una  palabra  amistosa.  Los  pobres  nos  salvan  porque  nos  permiten encontrar el rostro de Jesucristo.

A  los  ojos  del  mundo,  no  parece  razonable  pensar  que  la  pobreza  y  la  indigencia  puedan tener una fuerza salvífica; sin embargo, es lo que enseña el Apóstol cuando dice: «No hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; sino que, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso. Aún más, ha  escogido  la  gente  baja  del  mundo,  lo  despreciable,  lo  que  no  cuenta,  para  anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor» (1 Corintios 1,26-29).

Con los ojos humanos no se logra ver esta fuerza salvífica; con los ojos de la fe, en cambio, se la puede ver en acción y experimentarla en primera persona. En  el  corazón  del  Pueblo  de  Dios  que  camina  late  esta  fuerza  salvífica,  que  no  excluye a nadie y a todos congrega en una verdadera peregrinación de conversión para reconocer y amar a los pobres.
ACTUAR
            Reflexionar  con  el  siguiente  versículo  bíblico,  leerlo  y  dialogarlo  con  el  decálogo  para  actuar  con  esperanza;  tomando  este  ejemplo  para  plantear  su  propio  decálogo sobre la esperanza. 
“Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto.” Jeremías 17,7-8

DECÁLOGO PARA ACTUAR CON ESPERANZA
1. Amarás al que llame a tu teléfono, a tu puerta, a tu corazón.
2. Escucharás con respeto sin pasar jamás factura.
3. Acogerás a quien te precise, siendo misericordioso con él y contigo.

4. Serás hermano universal y no pondrás condiciones a quien te necesite.
5. Actuarás con urgencia porque la indefensión no espera.
6. Confiarás en la capacidad y en las posibilidades de quien llama y se acerca a ti.
7.  Potenciarás  la  libertad,  respetarás  la  autonomía,  porque  toda  acogida  abre  horizontes, no los cierra.
8. Defenderás a quien no puede defenderse, buscarás la paz en la justicia, optarás por la vida.
9.  Serás  solidario,  respetuoso,  compasivo,  porque  hay  una  hermosa  pastoral  que  nos urge: la "pastoral samaritana".
10.  Recordarás  siempre  que  no  estás  solo.  Otros  muchos  trabajan  contigo  por  un  mundo más humano y más cristiano.

CELEBRAR O CONMEMORAR
            El  facilitador  o  facilitadora  junto  con  la  comunidad  de  fe,  convocaran  a  las  personas pobres de la comunidad, a participar en una peregrinación, procesión o caminata  hacia  un  santuario,  o  lugar  público  (montaña,  monasterio,  capilla,  parque,   plaza,   colegio,   salón   comunal,   u   otros)   y   estando   allí   realizar   una   celebración Eucarística convocando al arrepentimiento y perdón, a la unidad, a la caridad, al trato digno y ver a la otra persona con los ojos de Dios. 

CONCLUSIÓN
            Concluye  el  Papa  Francisco  este  tercer  Mensaje  en  la  Jornada  mundial  de  los  pobres, en la memoria litúrgica de San Antonio de Padua el 13 de junio. El Señor no abandona al que lo busca y a cuantos lo invocan; «no olvida el grito de los pobres» (Sal 9,13), porque sus oídos están atentos a su voz. La esperanza del pobre desafía las diversas situaciones de muerte, porque él se sabe amado particularmente por Dios, y así logra vencer el sufrimiento y la exclusión. Su condición de pobreza no le quita  la  dignidad  que  ha  recibido  del  Creador;  vive  con  la  certeza  de  que  Dios  mismo se la restituirá plenamente, pues él no es indiferente a la suerte de sus hijos más débiles, al contrario, se da cuenta de sus afanes y dolores y los toma en sus manos,  y  a  ellos  les  concede  fuerza  y  valor  (Sal  10,14). 

La  esperanza  del  pobre  se  consolida  con  la  certeza  de  ser  acogido  por  el  Señor,  de  encontrar  en  él  la  verdadera justicia, de ser fortalecido en su corazón para seguir amando (Sal 10,17).La condición que se pone a los discípulos del Señor Jesús, para ser evangelizadores coherentes,  es  sembrar  signos  tangibles  de  esperanza.  A  todas  las  comunidades  cristianas  y  a  cuantos  sienten  la  necesidad  de  llevar  esperanza  y  consuelo  a  los  pobres, pido que se comprometan para que esta Jornada Mundial pueda reforzar en muchos la voluntad de colaborar activamente para que nadie se sienta privado de  cercanía  y  solidaridad.  Que  nos  acompañen  las  palabras  del  profeta  que  anuncia un futuro distinto: «A vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra» (Mal 3,20).  (Vaticano, 2019)  Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia.