7 de mayo 2020 “El cristianismo no es solo una ética.” “Ayer
recibí una carta de un grupo de artistas: agradecían la oración que hicimos por
ellos. Me gustaría pedirle al Señor que los bendiga porque los artistas nos
hacen entender qué es la belleza y que sin la belleza no se puede entender el
Evangelio. Oremos nuevamente por los artistas”.
Estas son las palabras de introducción del Papa Francisco en
la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, jueves de la cuarta semana de Pascua,
informa Vatican News. La Eucaristía fue transmitida por el medio vaticano y la
página de Facebook de zenit, debido a la crisis del coronavirus.
En la homilía, el Santo Padre meditó sobre el pasaje de los
Hechos de los Apóstoles (Hechos 13, 13-25) en el que Pablo llega a Antioquía de
Pisidia y explica la historia del pueblo de Israel en la sinagoga, anunciando
que Jesús es el Salvador esperado.
Así, Francisco relató que cuando Pablo explica la nueva
doctrina, habla de la historia de la salvación, detrás de Jesús hay una historia: “Una historia de gracia, de
elección, de promesa”.
La razón de la fe
El Señor eligió a Abraham y caminó con su pueblo, por ello,
“cuando se le pide a Pablo que explique la razón de la fe en Jesucristo, no
comienza con Jesucristo: comienza con la historia. El cristianismo es una
doctrina, sí, pero no solo. No solo son las cosas en las que creemos”,
puntualizó.
El Papa describió que se trata de una historia que trae
“esta doctrina que es la promesa de Dios, el pacto de Dios, de ser elegida por
Dios. El cristianismo no es solo una
ética”, recalcó, “tiene principios morales, pero no somos cristianos solo
con una visión ética”, es mucho más.
El cristianismo, pertenencia a un pueblo
En esta línea, señaló que el cristianismo no es una élite de
personas elegidas por la verdad, la Iglesia no tiene un sentido elitista que
permanece en la concepción que algunos defienden: “Yo soy esa institución,
pertenezco a este movimiento que es mejor que el tuyo”.
“No, el cristianismo no es esto: el cristianismo pertenece a un pueblo, a un pueblo elegido por Dios
gratuitamente. Si no tenemos esta conciencia de pertenecer a un pueblo,
seríamos cristianos ideológicos, con una pequeña doctrina de afirmación de la
verdad, con una ética, con una moral” o considerándonos “una élite, nos
sentimos parte de un grupo elegido por Dios – los cristianos – otros irán al
infierno o si se salvan es por la misericordia de Dios, pero ellos son los
descartados”, aclaró el Pontífice.
Y agregó que “si no
tenemos conciencia de pertenecer a un pueblo, no somos verdaderos cristianos”.
Es por ello que Pablo, reiteró el Obispo de Roma, revela a Jesús a partir de la
pertenencia a un pueblo.
“Muchas veces caemos en estas parcialidades, ya sean
dogmáticas, morales o elitistas. El
sentido de la élite es lo que nos hace tanto mal y perdemos ese sentido de
pertenencia al santo pueblo fiel de Dios, a quien Dios eligió en Abraham” y le
hizo la gran promesa que es Jesús, lo hizo caminar con esperanza.
“Conciencia de pueblo”
Esto, prosiguió el Obispo de Roma, significa tener
“conciencia del pueblo”. Debemos “transmitir la historia de nuestra salvación”,
la memoria de un pueblo, de ser un pueblo.
“En esta historia del pueblo de Dios, hasta llegar a
Jesucristo, hubo santos, pecadores y mucha gente común, buena, con virtudes y
pecados, pero todos. La famosa ‘multitud’ que siguió a Jesús, que tenía un
sentido de pertenencia a un pueblo”, desveló.
Pueblo santo y fiel
Para el Papa Francisco, la desviación “más peligrosa” de los
cristianos de todos los tiempos, es sin duda “la falta de memoria de pertenecer
a un pueblo”.
Cuando esto falta, surgen “dogmatismos, moralismos, éticas,
movimientos elitistas. Falta el pueblo. Un pueblo pecaminoso siempre, todos lo
somos, pero que no cometen errores en general, que tiene la sensación de ser un
pueblo electo, que camina detrás de una promesa y que hicieron una alianza que
quizás no cumple, pero conoce”.
Por último, de acuerdo a la citada fuente, el Santo Padre
exhortó a pedir al Señor esta conciencia de pueblo, que Nuestra Señora cantó en
el Magníficat y Zacarías en el Benedictus: “conciencia del pueblo: somos el pueblo santo y fiel de Dios”
que “en su totalidad tiene el instinto de fe y es infalible en esta forma de
creer”.
Comunión espiritual,
adoración y bendición eucarística
Como ya es habitual, después de estas palabras, el Papa ha
invitado a hacer la Comunión espiritual con esta oración: “A tus pies, oh Jesús
mío, me inclino y te ofrezco el arrepentimiento de mi contrito corazón que se
aviva en su nada y en tu santa presencia. Te adoro en el sacramento de tu amor,
la inefable Eucaristía. Deseo recibirte en la pobre morada que mi corazón te
ofrece; esperando la felicidad de la comunión sacramental, quiero poseerte en
espíritu. Ven a mí, oh Jesús mío, que vengo a Ti. Que tu amor inflame todo mi
ser por la vida y la muerte. Creo en Ti, espero en Ti, te amo.”
Francisco finalizó la celebración con la adoración y
bendición eucarística y antes de abandonar la capilla, dedicada al Espíritu
Santo, se entonó el Regina Caeli, antífona mariana cantada durante el tiempo de
Pascua: Regína caeli laetáre, allelúia. Quia quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit, allelúia. Ora pro nobis Deum,
allelúia. Fuente. Zenit. Org.