14 de mayo 2020. Como cada mañana, el Santo Padre ha
celebrado la Eucaristía a las 7 horas en la capilla de su residencia, la Casa
de Santa Marta este jueves de la sexta semana de pascua. En la homilía, Francisco ha recordado que “todos somos hermanos”, como dijo san
Francisco de Asís. “Y para esto, hombres y mujeres de todas las denominaciones
religiosas, hoy, nos unimos en oración y penitencia, para pedir la Gracia de la
curación de esta pandemia”.
Otras pandemias
En la primera lectura, tomada del Libro de Jonás, el profeta
invita al pueblo de Nínive a convertirse para no sufrir la destrucción de la
ciudad. Nínive se convirtió y la ciudad se salvó de una pandemia, tal vez “una
pandemia moral”, ha observado el Papa.
En esta línea, el Papa recordó que hay
otras pandemias que causan millones de muertes, como la pandemia del hambre y
la guerra, e invitó a pedirle a Dios que nos bendiga y tenga misericordia de
nosotros.
El Papa cita una estadística oficial, que no habla de la
pandemia de coronavirus, sino de otra: “En los primeros cuatro meses de este
año, 3 millones 700 mil personas murieron de hambre. Existe la pandemia del
hambre. En cuatro meses, casi 4 millones de personas”.
“Y hoy todos nosotros, hermanos y hermanas de todas las
tradiciones religiosas, rezamos: jornada de oración y ayuno, de penitencia,
convocada por el Alto Comité para la Hermandad Humana. Cada uno de nosotros
reza, las comunidades rezan, las confesiones religiosas rezan: rezan a Dios,
todos los hermanos, unidos en la hermandad que nos une en este momento de dolor
y tragedia”, ha indicado.
Rezar al Padre de
todos
En este contexto, ha advertido que quizás habrá alguien que
dirá: “Pero esto es relativismo religioso y no se puede hacer”, a lo que ha respondido:
“Pero cómo que no se puede hacer, ¿no podemos rezar al Padre de todos? Cada uno reza como sabe, cómo puede,
según su propia cultura”.
Francisco ha subrayado que “No estamos rezando unos contra
otros, esta tradición religiosa contra esta, ¡no! Todos estamos unidos como
seres humanos, como hermanos, rezando a Dios, de acuerdo con la propia cultura,
de acuerdo con la propia tradición, de acuerdo con las propias creencias, pero
hermanos y rezando a Dios, esto es lo
importante”.
De este modo, el Papa ha indicado la mejor manera para
hacerlo: “Hermanos, ayunando, pidiendo perdón a Dios por nuestros pecados, para
que el Señor tenga misericordia de nosotros, para que el Señor nos perdone,
para que el Señor detenga esta pandemia. Hoy es un día de hermandad, mirando al
único Padre, hermanos y paternidad. Día de oración”.
Comunión espiritual
El Papa invitó a hacer la comunión espiritual con esta
oración:
“Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el
Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte
en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven al menos
espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me
uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén”.
El Pontífice terminó la celebración con la adoración y
bendición eucarística y antes de abandonar la capilla dedicada al Espíritu
Santo, se cantó la antífona mariana Regina caeli, cantada durante el tiempo de
Pascua: “Regína caeli laetáre, allelúia. Quia quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit, allelúia. Ora pro nobis Deum, allelúia”. Fuente:
Aciprensa.