18 de febrero 2020. En su homilía de la Misa celebrada en la
Casa Santa Marta en este martes, el Papa Francisco explicó que “la medicina
contra la dureza del corazón es la memoria” por lo que invitó a no olvidar la
gracia de la salvación gratuita.
“Cuando el corazón se vuelve endurecido, cuando el corazón se endurece, se olvida...
Se olvida la gracia de la salvación, se olvida la gratuidad. El corazón duro
lleva a disputas, lleva a guerras, lleva al egoísmo, lleva a la destrucción del
hermano, porque no hay compasión. Y el mensaje de salvación más grande es que
Dios ha tenido compasión de nosotros. Ese estribillo del Evangelio, cuando
Jesús ve a una persona, una situación dolorosa: ‘tuvo compasión’. Jesús es la
compasión del Padre; Jesús es la bofetada
a cada dureza de corazón”, afirmó el Papa.
Comentando el pasaje del Evangelio de San Marcos que
describe la enseñanza de Jesús cuando los discípulos se preocupan por no tener
pan, el Santo Padre señaló la diferencia entre un “corazón endurecido” como el
de los discípulos y un “corazón compasivo” como el del Señor, que muestra su
voluntad.
“La voluntad del
Señor es la compasión: ‘Misericordia quiero, no sacrificios’. Y un corazón
sin compasión es un corazón idólatra, es un corazón autosuficiente, que va
hacia adelante sostenido por el propio egoísmo, que se vuelve fuerte solamente
con las ideologías”, dijo.
En esta línea, Francisco animó a pensar “en los cuatro
grupos ideológicos del tiempo de Jesús: los fariseos, los saduceos, los
esenios, los zelotes. Cuatro grupos que habían endurecido el corazón para
llevar adelante un proyecto que no era el de Dios; no había lugar para el
proyecto de Dios, no había lugar para la compasión”.
Por ello, el Papa Francisco exhortó en su homilía a pedir al
Señor la gracia de tener un corazón “no ideologizado”, es decir endurecido,
sino más bien “abierto y compasivo” ante lo que sucede en el mundo porque en el juicio final seremos juzgados por las
obras de misericordia.
“Cada uno de nosotros tiene algo endurecido en el corazón.
Hagamos memoria y que sea el Señor quien nos dé un corazón recto y sincero,
como hemos pedido en la oración colecta, donde vive el Señor”, invitó el Papa
quien añadió que “en los corazones duros
no puede entrar el Señor; en los corazones ideológicos no puede entrar el Señor.
El Señor solo entra en los corazones que son como su corazón: los corazones
compasivos, los corazones que tienen compasión, los corazones abiertos. Que el
Señor nos conceda esta gracia”, concluyó. Fuente: Aciprensa. Mercedes de la
Torre.