16 de febrero de 2020

¡ESTAMOS CONVOCADOS!


16 de febrero 2020. ¡ESTAMOS CONVOCADOS!- Autor: Padre, Mario García Isaza. cm. Formador, Seminario Mayor, Arquidiócesis de Ibagué. Numerosos movimientos que defienden el derecho fundamental a la vida de todo ser humano, y en consecuencia luchan contra el execrable crimen del aborto, están convocando, a través de los medios electrónicos, a un “plantón” y a una marcha : el primero, frente a las instalaciones de esa agencia de muerte que llaman Profamilia, - ¡qué inicua paradoja se camufla en ese nombre! – el miércoles 19 de febrero, en cada ciudad de Colombia, a las 11 de la mañana; ; y la marcha, en el caso de Ibagué, desde las antiguas piscinas olímpicas  hasta la Catedral Metropolitana, el sábado 22, a las 10 a.m. Esta convocatoria, ha sido respaldada firmemente y sin ambages por la Conferencia Episcopal de Colombia.  Y nuestro Pastor arquidiocesano, Monseñor Miguel Fernando González, ha impartido instrucciones para que todas las parroquias convoquen y alienten la participación, ojalá multitudinaria, en ambos actos.   

Es clamorosa la repulsa que el abominable asesinato del niño Juan Sebastián, y la pretensión de que la abusadora Corte Constitucional otorgue patente de corso a los abortistas con el proyecto del magistrado Linares, han provocado en la sociedad colombiana. 

Consuela el hecho de encontrar, frente a la truculenta campaña infanticida de El Espectador, El Tiempo  y  otros medios, las paladinas y diáfanas posiciones de intelectuales, de personas del común, de dirigentes, en defensa del derecho a la vida de todo ser humano, desde el principio hasta el fin de su existencia. Un extracto del discurso con que Santa Teresa de Calcuta recibió el premio Nobel de la paz, y que está circulando a través de las redes, nos recuerda un hecho que es ignominioso : las naciones que han legalizado el aborto, lo han hecho porque le tienen miedo al niño no nacido; le tienen miedo, sencillamente porque no quieren alimentar a un niño más, porque no quieren amar y educar a un niño más. Los eufemismos arteros con que se denomina el aborto, para no llamarlo infanticidio, -que eso es, en realidad – no pueden entrar en nuestro ideario.  Unamos nuestra voz, sin reticencias, a la campaña que nos están proponiendo; apuntémonos a estas manifestaciones. Dios, recordémoslo una vez más, es el único dueño de la vida.  Correo del autor: magarisaz@hotmail.com