13 de febrero de 2020

EL BUEN EJERCICIO DE LA LIBERTAD. NOS LLEVA A LA VERDAD.


Evangelio para el domingo 16 de febrero 2020. «Porque les  digo que, si no cumplen la voluntad de Dios mejor que la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. «Han oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo les digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín.” °°° Mateo 5, 20-37.
Cómo logramos entender el valor perenne de la ley, la importancia de la ley; el espíritu que guarda la ley en su contenido. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
El Hijo de Dios ve la necesidad de cumplir hasta el último mandamiento de la ley. (cf. Juan 14,15). La ley es soporte de la vida en comunidad, un valor determinante de la acción social, una pieza clave en el desarrollo; cuando nos ponemos de acuerdo en respetar la ley, de ver en ella un manual de comportamiento individual, que en la medida en que yo acepte esos presupuestos me convenzo  que es necesario que existan unas reglas que nos permitan vivir en comunidad. La ley me permite reconocer los derechos de los demás, me abre espacios para entrar en el ambiente social, me limita los caprichos y desórdenes en mi personalidad, me permite no abusar de la nobleza, la humildad y la sencillez de los demás.

Enseña la Sagrada Escritura: “La Ley del Señor es perfecta; reconforta el alma. El mandato del Señor es firme, instruye al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón. Los mandamientos del Señor son puros, dan luz a los ojos. (Salmo 19, 8-11). El problema nace cuando las personas violan la ley; manejan caprichosamente la ley; abusan de la ley; se fundamentan en la ley para perjudicar a los demás; se valen de la ley, para la corrupción. El reto es que cada persona, pueda cumplir y ser fiel haciendo lo que Dios le agrada. Precisamente la voluntad de Dios es: “Lo bueno, lo agradable, lo perfecto” (Romanos 12, 2).

Se pone en juego la libertad de cada hombre y mujer: esa es la máxima que propone la sabiduría que viene de Dios: “Si quieres puedes cumplir los mandamientos y ser fiel haciendo lo que a Dios agrada. Tienes delante fuego y agua; extiende tu mano a lo que quieras.” (Eclesiástico 15,15). Jesucristo nos pide actuar de acuerdo a las máximas de la sabiduría divina: La solidaridad, la justicia y el respeto por los demás. Si somos coherentes con la ley y la razón de ser de la ley, llegaremos a ser una sociedad muy diferente. El Papa Francisco enseña en su Ángelus Regina Coeli: “Jesucristo va a la raíz de la Ley, apuntando sobre todo a la intención y, por lo tanto, al corazón del hombre, donde tienen origen nuestras acciones buenas y malas.”   Cuida tu salud: El buen uso de la libertad, nos permite elegir el camino correcto.