12 de julio 2020. Para superar todas las pandemias:
esperanza, compromiso y unidad. Mensaje de los obispos católicos al pueblo
colombiano: Todos conservamos en nuestra memoria las palabras del Papa
Francisco cuando, dirigiéndose a la humanidad entera, nos invitaba a tomar
conciencia de que la pandemia del coronavirus desenmascara nuestra
vulnerabilidad y descubre las falsas seguridades sobre las que hemos construido
nuestra vida personal y social. Nos
decía el Santo Padre que la pandemia nos lleva a darnos cuenta de que no hemos
despertado ante las guerras e injusticias, que no hemos escuchado el grito de
los pobres y de nuestro planeta, que queremos mantenernos sanos en un mundo
que está enfermo.
En nuestro país, el coronavirus nos tiene que llevar a
ponernos de frente a las “pandemias” que nos están destruyendo desde hace mucho
tiempo, a las problemáticas que no hemos podido resolver y a los grandes y
graves males que no nos permiten avanzar como nación y construir el bien para
todos.
Algunas de estas
“pandemias históricas” se han acentuado duramente en este tiempo: la ya
profunda brecha social, la pobreza, el desempleo, la marginación y la falta
de oportunidades para las comunidades más vulnerables, las deficiencias
estructurales de los servicios de salud y de educación, la corrupción tanto
pública como privada, el narcotráfico y el microtráfico, el asesinato de
líderes sociales y todos los atentados contra la vida y la dignidad humanas,
los actos contra la naturaleza y la infraestructura y, sobre todo, la guerra,
la violencia y la muerte en sus diversas formas y expresiones.
Sabemos que el mundo
no va a ser el mismo después de esta pandemia del coronavirus. Puede ser
peor o mejor. Y está en manos de todos abrir paso a los cambios que necesitamos
para que sea mejor, para preparar hoy el mañana, lo cual nos exige asumir
-individual y comunitariamente- el compromiso que nos corresponde en esta hora
de la historia.
Los obispos católicos de Colombia, animados por la Palabra
de Dios que nos pide dar razón de nuestra esperanza (1 Pedro 3,15), nos hemos
reunido virtualmente para N° 50 Página 2 de 3 reflexionar sobre este panorama
del país en medio de la crisis de la pandemia y sobre los desafíos que debemos
asumir para superar ésta y las demás pandemias que nos afectan. Creemos en la
posibilidad de transformar este momento difícil y complejo en la oportunidad de
construir algo nuevo y mejor para todos. Para ello, es necesario que:
1. Demos el paso hacia la fe en Dios:
su amor compasivo y misericordioso ilumina nuestras
oscuridades presentes y nos da la fortaleza espiritual para avanzar en medio de
las dificultades. Él trae serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la
vida nunca muere.
2. Demos el paso hacia la esperanza:
En efecto, lo que estamos viviendo no es una fatalidad
irreversible, sino la posibilidad de forjar transformaciones para un mejor
futuro.
3. Demos el paso hacia la unidad:
La gravedad del momento no tolera egoísmos y polarizaciones,
ni búsquedas mezquinas e intereses individuales. Valoremos los esfuerzos del
Presidente de la República, de los gobernantes regionales y locales, de los
militares y policías, y de los demás servidores públicos para conducir el país
en este momento, y comprometámonos seriamente todos en un proyecto común de
nación.
4. Demos el paso hacia la solidaridad
Éste es uno de los mayores desafíos de esta hora. Si la
pandemia nos pide un distanciamiento físico, al mismo tiempo nos reclama la
mayor cercanía de interés y de ayuda efectiva ante las necesidades que viven
los demás.
5. Demos el paso hacia la equidad:
Es tiempo de revisar y transformar las profundas brechas en
la sociedad colombiana, de eliminar las desigualdades, de reparar las
injusticias y de poner en marcha iniciativas para que todos puedan acceder a
los bienes básicos para una vida digna.
6. Demos el paso hacia la reconciliación y la paz:
Tenemos que avanzar en el arduo pero gratificante camino del
diálogo para lograr que cese la violencia irracional que se ha ensañado contra
el país, conscientes de que no podemos tener un bienestar integral si no
tenemos paz. Sigamos clamando por una salida pacífica del conflicto armado.
7. Demos el paso hacia la ética y el bien común:
Es necesario dejar atrás esa que hemos llamado “la cultura
de la ilegalidad”, la mentira y el engaño, las prácticas tramposas y
delictivas, y particularmente la corrupción que es un escándalo en este tiempo
porque desvía los recursos destinados a los más vulnerables a causas
particulares. Abramos paso a la verdad y a la honestidad
8. Demos el paso hacia la familia:
es hora de fortalecer y acompañar a las familias con
valores, criterios, itinerarios de formación y una espiritualidad que les
permitan crecer en el respeto y amor mutuos, en la capacidad de resolver sus
conflictos y de permanecer unidos en el esfuerzo de construir una vida digna.
9. Demos el paso hacia el cuidado de la casa común:
Es necesario reconocer que existe un vínculo profundo entre
la crisis que vivimos y el abuso irresponsable de los bienes de la creación,
como está sucediendo con la deforestación de grandes extensiones de tierra en
nuestras selvas o con las actividades extractivistas sin ninguna consideración
con el medio ambiente. Nos hemos de reencontrar con nuestras responsabilidades
para ser custodios y administradores de los bienes de la creación, por el bien
de todos, y para lograr un desarrollo sostenible e integral.
Los obispos de la
Iglesia católica queremos poner este mensaje de esperanza en el corazón de cada
colombiano. Confiados en el Señor que, como buen Pastor, aunque caminemos por
sendas oscuras, va con nosotros, nos conduce hacia fuentes tranquilas y repara
nuestras fuerzas (cfr. Sal 22), le damos gracias por quienes, de tantas
formas, están donando ejemplarmente su propia vida para ayudar a los demás en
las familias, en los centros hospitalarios, en las instituciones educativas, en
el sector agropecuario y en tantos otros ámbitos de la vida económica y social.
También le damos gracias por los sacerdotes, religiosos y fieles laicos que
siguen dando testimonio de su fe y continúan sirviendo generosamente en la
tarea pastoral. Le pedimos por los enfermos, por quienes han fallecido y por
sus seres queridos.
Especialmente hoy cuando celebramos la fiesta de Nuestra
Señora del Rosario de Chiquinquirá, Reina y Patrona de Colombia, invocamos su
protección sobre todos los colombianos. Óscar Urbina Ortega Arzobispo de
Villavicencio. Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. Fuente: Conferencia Episcopal.