28 de julio 2020. ¡QUÉ OSO!... Autor: Padre, Mario García
Isaza, c.m. Formador, Seminario Mayor,
Arquidiócesis de Ibagué. La sala laboral del Tribunal Superior de Cali acaba de
sentenciar, aceptando la acción de tutela interpuesta por el abogado Víctor
Aucenón Liberato, que el señor presidente de la república, Iván Duque, tiene
que retirar un trino suyo del pasado nueve de julio, y que reza así: “Respetando
las libertades religiosas de nuestro país, y en clara expresión de mi fe, hoy
celebramos los 101 años del reconocimiento a la Virgen de Chiquinquirá como
patrona de Colombia. Todos los días, en profunda oración le doy gracias y le
pido por nuestro país”.
Suena a comedia. Es tan descabellada la decisión del tal
tribunal, que en un primer momento, después de leerla, uno se siente movido a
la risa. Y a decirse: ¡es el colmo de la memez! ; No se sabe cuál ha ido más
lejos por el camino del ridículo, y ha hecho el oso más grande: si el
tutelante, señor Aucenón, o el desalumbrado tribunal caleño.
Pero detrás de la acción hay una postura tan
estúpidamente visceral contra toda manifestación religiosa, y un enfoque
tan sesgado de la laicidad del estado,
que el asunto bien merece un comentario.
“El respeto a la dignidad personal que comporta la defensa y
la promoción de los derechos humanos, exige
el reconocimiento de la dimensión religiosa del hombre”, recuerda San Juan
Pablo II en el luminoso documento “Christifideles laici”, N° 39. No pierde esa
dimensión, ni está obligado a paliarla, quien ha sido investido de autoridad en
la sociedad. ¿O sí?...
“Toda persona tiene
derecho a profesar libremente su religión, y a difundirla en forma
individual o colectiva”, establece el artículo 19 de la Constitución que nos
rige. ¿Será que Iván Duque, por el hecho de haber sido ungido como presidente
de la nación, ha dejado de ser persona…o ha
perdido ese derecho?...
“No se le puede impedir
(al hombre) que obre según su conciencia, principalmente en materia religiosa”,
nos enseña el Concilio Vaticano II. Y también:
“Se injuria a la persona humana…si se le niega el libre ejercicio de la
religión, siempre que se respete el
justo orden público” (Dignitatis humanae, 3) ¿A él, Iván Duque, por ser presidente, sí se le puede impedir
obrar en conciencia y manifestar sus convicciones? ¿O será que el señor Aucenón
y el inefable tribunal consideran que el trino personal del presidente ha turbado el debido orden público? Por Dios,
¡no seamos tan mentecatos!!
La santísima Virgen del Rosario de Chiquinquirá nos siga
protegiendo, y nos ayude a conservar y a defender nuestra fe, a despecho de la insensata campaña antirreligiosa que
pretenda arrasar con nuestras tradiciones; y que Ella acompañe y asista a
nuestras autoridades. Correo del autor: magarisaz@hotmail.com