21 de mayo 2021 Claves para el diálogo, en el pensamiento del Papa Francisco. Autor: Monseñor. Juan Carlos Cárdenas Toro - Después de varias semanas de crisis nacional, tímidamente y no sin dificultades empiezan a instalarse algunas mesas de negociación y diálogo, de manera sectorial, territorial e incluso nacional.
Sin más pretensión que ofrecer algunas ideas desde la
enseñanza de la Iglesia, acudo a la Encíclica Fratelli tutti (hermanos todos),
del Papa Francisco.
1. El diálogo no es
un monólogo. Hay que estar muy atentos a estos. El Papa sostiene que se el
diálogo no es «un febril intercambio de opiniones en las redes sociales, muchas
veces orientado por información mediática no siempre confiable». Y advierte que
«los monólogos no comprometen a nadie, hasta el punto de que sus contenidos
frecuentemente son oportunistas y contradictorios». (FT, 200).
2. Cuidado con el
egoísmo. Sobre este punto el Santo Padre advierte que «la falta de diálogo
implica que ninguno, en los distintos sectores, está preocupado por el bien
común, sino por la adquisición de los beneficios que otorga el poder, o en el
mejor de los casos, por imponer su forma de pensar». Por el contrario, «los
héroes del futuro serán los que sepan romper esa lógica enfermiza y decidan
sostener con respeto una palabra cargada de verdad, más allá de las
conveniencias personales» (FT, 201).
3. En sí mismo, el
diálogo presupone disposición a «acercarse, expresarse, escucharse, mirarse,
conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto» (FT, 198). Esto
implica llegar a los escenarios de diálogo con la disposición para que estos
presupuestos puedan verificarse. En este sentido se necesita grandeza,
franqueza y humildad. Qué importante es darse y dar a los demás la oportunidad
de un espacio con estas características. En un contexto así se pueden romper
paradigmas y tender puentes.
4. El respeto por el otro
es definitivo. Sobre esto, el Papa Francisco asegura que «el auténtico diálogo
social supone la capacidad de respetar el punto de vista del otro aceptando la
posibilidad de que encierre algunas convicciones o intereses legítimos. Desde
su identidad, el otro tiene algo para aportar, y es deseable que profundice y
exponga su propia posición para que el debate público sea más completo todavía»
(FT, 203).
5. La aspiración al
“poliedro”. El Papa plantea que en una sociedad plural, el diálogo debe llevar
a la convivencia armoniosa en medio de la diversidad. En este sentido, vale la
pena plantearlo como una meta. Y el Santo Padre explica que «el poliedro
representa una sociedad donde las diferencias conviven complementándose,
enriqueciéndose e iluminándose recíprocamente, aunque esto implique discusiones
y prevenciones. Porque de todos se puede aprender algo, nadie es inservible,
nadie es prescindible» (FT, 215).
Ojalá autoridades y sectores populares vayan en la dirección
del bien común. + Juan Carlos Cárdenas Toro. Obispo Diócesis de Pasto
(Conferencia Episcopal de Colombia)