Evangelio para el viernes 22 de octubre 2021. ¿Cómo discernir los signos de los tiempos? °°° «Decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?” °°° Lucas 12, 54-59). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
Existe un
excelente programa pastoral planteado por Jesús de Nazareth, para educar, para
formar, para precisar, para plantearle a sus seguidores que el camino correcto
para ser un verdadero apóstol y misionero de Dios en el mundo es la conversión
personal. Ese es el secreto fundamental.
Mientras no exista conversión en cada persona, se disminuyen las posibilidades
de tener carismáticos talentosos misioneros de Dios. El primer llamado del
Nazareno para la misión es: “Convertíos porque está cerca el Reino de Dios”
(Mateo 3, 2). Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en
práctica” (Lucas 11, 28).
Conversión es una condición obligatoria para
poder matricularse en la escuela del Maestro. Jesucristo pregunta a la
humanidad: ¿Cómo es posible, que una persona, no juzgue lo que es correcto, lo
que es justo? (Lucas 12,57.) La respuesta hay que buscarla en la pedagogía del
Maestro. Parte de un método para enseñar, es provocar que las personas vuelvan
sobre su propio pensamiento y lleguen a la conclusión, de poder saber por qué
no encuentran el camino correcto que lleva hacia Dios. Por ejemplo: Existe algo
que detiene a una persona en su proceso de conversión personal, eso se denomina
la “Hipocresía”. Es el calificativo que el salvador del mundo da a los fariseos
y escribas, quienes se niegan a aceptar su equivocación y su propio error. (cfr.
Lucas 11, 39- 54). Quien logra sanar su vida y su corazón aprende a juzgar lo
que es justo y lo que es correcto. Aprende a corregir a tiempo y a buscar la
paz y plena convivencia con los demás.
El Papa
Francisco se pregunta: Si la ley no lleva a Jesucristo, si no nos acerca a
Jesucristo, está muerta. Jesús nos reprende por estar cerrados, por no ser
capaces de reconocer los signos de los tiempos, por no estar abiertos al Dios
de las sorpresas. Tiene toda la razón el santo Padre. (Homilía de S.S.
Francisco, 13 de octubre de 2014,).
Existen dos posiciones frente a la a Dios, frente a la fe, frente a la
Palabra revelada: Las personas abiertas a descubrir a Dios en los
acontecimientos, ante el tiempo que cambia, ante los nuevos vientos y las
personas cerradas, quienes no logran contemplar a Dios y su obra en los
acontecimientos. Dios quiere hombres y mujeres creyentes que pongan a navegar
su inteligencia y se dejen guiar por el Espíritu de Dios y sean para el mundo
ese modelo de personas carismáticas, talentosas, personas que tocan fácilmente
el corazón de las generaciones.
Un hombre
talentoso, carismático, inteligente, sabio, magno, lleno del Espíritu de Dios
fue san Juan Pablo II. Nacido el 18 de
mayo 1920, elegido Papa el 16 de octubre de 1978. Se distinguió desde un primer
momento, como el Papa Magno, el hombre de la sonrisa, el hombre de los
talentos, el hombre mariano por excelencia, aquel que supo discernir el momento
de la Iglesia Católica. El Papa del Tercer Milenio. El Papa de la familia. Alguien
decía, “es un hombre con un alma esculpida por una historia y una cultura.”
Entre sus
principales documentos se encuentran 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones
apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas. Al Papa
Juan Pablo II se deben también 5 libros: Cruzando el umbral de la esperanza
(octubre de 1994); Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi
sacerdocio (noviembre de 1996); Tríptico romano, meditaciones en forma de
poesía (marzo de 2003); ¡Levantaos! ¡Vamos! (mayo de 2004) y Memoria e
identidad (febrero de 2005).
Su
solicitud de pastor encontró, además, expresión en la erección de numerosas
diócesis y circunscripciones eclesiásticas, en la promulgación de los Códigos
de Derecho Canónico —el latino y el de las Iglesias Orientales—, del Catecismo
de la Iglesia Católica. Proponiendo al Pueblo de Dios momentos de particular
intensidad espiritual, convoco el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año
de la Eucaristía, además del Gran Jubileo del año 2000. Se acercó a las nuevas
generaciones instituyendo la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud.
Murió en Roma, en el Palacio Apostólico Vaticano, el sábado 2 de abril del 2005.
Beatificado por el Papa emérito, Benedicto XVI el 1 de mayo del 2011 y
canonizado por el Papa Francisco, el 27
de abril del 2014.
El Papa Francisco en la homilía de la canonización afirmaba:
“Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y
actualizar la Iglesia según su fisionomía originaria, la fisionomía que le
dieron los santos a lo largo de los siglos. No olvidemos que son precisamente
los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia. °°° san Juan
Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría
gustado ser recordado, como el Papa de la familia.”. Cuida
tu salud: Quien se convierte, descubre a Dios en los signos de los
tiempos.