20 de abril de 2018

EL BUEN PASTOR VIVE SU FE, A TODA PRUEBA.


Evangelio para el domingo 22 de abril 2018. -«°°° Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa” °°° Juan 10, 11-18.
Nadie puede negar que Jesús es la vida, la fuente de la vida, el principio de vida. Él mismo la tiene (cf. Juan 1,4) Él mismo se propone como modelo de vida (cf. Juan 14,6) Él tiene mucha vida para darla en abundancia (cf. Juan 10,10). Jesús es el buen pastor, porque Él conoce las ovejas y las ovejas lo conocen a Él. Jesús nos conoce porque Él nos ama, sin amor no hay conocimiento, sin amor nunca las ovejas conocerán el verdadero camino, no entenderán la verdad, desperdiciarán sus vidas sometiéndola al pecado y a la esclavitud. 

El auténtico pastor es una persona que vive su fe a toda prueba. Una fe auténtica que le viene de la gracia de su bautismo y más cercana aún a la gracia de su propia ordenación presbiteral. Razón suficiente para decir que un pastor debe tener una energía y entrega sin límites; ha de ser valiente, sin avergonzarse de las humillaciones a causa del Evangelio. Un hombre firme y plenamente confiado en la Gracia de su Señor: Esa es la recomendación que san Pablo le da a Timoteo, su fiel amigo y servidor, a quien había conocido en Listra: “No tengas miedo de dar la cara por nuestro Señor y por mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según las fuerzas que Dios te dé”. (II Timoteo. 1, 6-8). El sacerdote es un hombre de fe, un hombre de lo sagrado, un testigo de Dios, un hombre que comparte el dolor y el sufrimiento de su gente.  

El Papa Francisco recomienda a los pastores que sean muy cercanos a la gente, e irradien su vida con la ternura: “Un pastor al que le falta la ternura es un pastor rígido que bastonea a sus ovejas. Cercanía y ternura: Así era Jesús”. El Pastor que sigue a Jesús “termina su día agotado de hacer el bien”.  De esa manera, el pueblo sentirá la presencia de Dios vivo”.  °°° Un pastor con olor a oveja y con sonrisa de papá que contempla a sus hijos:  “Es el cansancio del sacerdote con olor a oveja..., pero con sonrisa de papá que contempla a sus hijos o a sus nietos pequeños. Nada que ver con esos que huelen a perfume caro y te miran de lejos y desde arriba. Somos los amigos del Novio, esa es nuestra alegría. Si Jesús está pastoreando en medio de nosotros, no podemos ser pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor, pastores aburridos. Olor a oveja y sonrisa de padres... Sí, bien cansados, pero con la alegría de los que escuchan a su Señor decir: «Venid a mí, benditos de mi Padre» (Mateo 25,34). Cuida tu salud: Hay que aprender a ser un buen sacerdote a toda prueba.  Padre, Jairo Yate Ramírez.  Arquidiócesis de Ibagué.