22 de abril 2018. El Papa Francisco explicó, antes de la
oración del Ángelus Regina Coeli, que el cuarto Domingo de Pascua “continúa en
el intento de ayudarnos a redescubrir nuestra identidad de discípulos del Señor
Resucitado” y aseguró que Dios puede sanar todas las enfermedades espirituales.
“Cada uno de nosotros puede sanar de muchas formas de enfermedad espiritual
–ambición, pereza, orgullo– si acepta poner con confianza la propia existencia
en las manos del Señor Resucitado”. Francisco afirmó que Jesús es el “Buen
Pastor” pero ésta “autopresentación no puede ser reducida a una sugestión
emotiva, sin tener efectos concretos”.
Al mismo tiempo, “nosotros estamos llamados a conocer a
Jesús” y eso “implica un encuentro con Él, que suscite el deseo de seguirlo
abandonando los comportamientos autoreferenciales para encaminarse a caminos
nuevos, incluso accidentados, indicados por Cristo mismo y abiertos a grandes
horizontes”. A este respecto, advirtió de que “cuando en nuestras comunidades
se enfría el deseo de vivir la relación con Jesús, de escuchar su voz y
seguirlo fielmente, es inevitablemente que prevalezcan otros modos de pensar y
de vivir no coherentes con el Evangelio”. El Papa también pidió dar gracias a
Dios por los nuevos sacerdotes que ordenó antes en la Basílica de San Pedro e
invitó a rezar para que “el Señor multiplique las vocaciones a la vida
consagrada y al matrimonio cristiano”.
Fuente: Aciprensa.