2 de abril 2018. Hoy, lunes de Pascua, la Iglesia celebra el
llamado “Lunes del Ángel”, que recibe ese nombre porque fue precisamente un
ángel que, en el sepulcro, anunció a las mujeres que el Señor Jesús había
resucitado. Radio Vaticano recuerda la explicación que dio San Juan Pablo II en
1994. “¿Por qué se le llama así?”, se preguntaba el Pontífice, poniendo en
evidencia la necesidad de destacar la figura de aquel ángel, que dijo desde lo
más profundo del sepulcro: “Ha resucitado”.
Así lo narra el Evangelio según San Mateo: "El ángel
tomó la palabra y les dijo a las mujeres: 'Vosotras no tengáis miedo; ya sé que
buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como había
dicho. Venid a ver el sitio donde estaba puesto. Marchad enseguida y decid a
sus discípulos que ha resucitado de entre los muertos; irá delante de vosotros
a Galilea: allí le veréis. Mirad que os lo he dicho'". (Mt 28, 5-7)
Los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Como
criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas
personales e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El
resplandor de su gloria da testimonio de ello: Cristo es el centro del mundo de
los ángeles y estos le pertenecen, más aún, porque los hizo mensajeros de su
designio de salvación. Desde hoy, hasta el final de la Pascua en Pentecostés,
se recita la oración del Regina Coeli en vez del Ángelus. El Sumo Pontífice
Emérito Benedicto XVI en 2009 señaló que el
“alégrate” María pronunciado por el ángel resuena en una invitación a la
alegría: “Gaude et laetare, Virgo Maria, alleluia, quia surrexit Dominus vere,
alleluia”, “Alégrate y regocíjate, Virgen María, aleluya, porque verdaderamente
el Señor ha resucitado, aleluya”. Fuente:
Aciprensa.