Evangelio para el domingo 26 de
agosto 2018. °°° « El espíritu es quien da vida; la sola carne no sirve para
nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de
vosotros no creen.» °°° Juan 6, 60-69. Centramos nuestra atención en la
Eucaristía, como celebración de la pascua del Señor, como el sacramento que
provoca la unidad de la comunidad universal, el sacramento del amor, del perdón
y del servicio, el sacramento que merece el asombro y la contemplación del
mundo cristiano.
Del misterio pascual nace la Iglesia. Precisamente por eso la
Eucaristía, que es el sacramento por excelencia del misterio pascual, está en
el centro de la vida de la Iglesia. El libro de los hechos de los apóstoles nos
dice: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la
fracción del pan y a las oraciones.” (Hechos 2,42). Así pues, la fracción del pan evoca la
Eucaristía.
El
salvador del mundo insiste en que él es el pan de vida. Este tipo de verdades
solo se entienden desde la fe. Muchos judíos no lograron captar el misterio. Se
hace necesaria una madurez espiritual, para comprender las implicaciones del
pensamiento de Jesús: “El espíritu es el que da vida; la sola carne no sirve
para nada” (Juan 6, 63). En la medida en que Dios pretende revelar al hombre su
ser, en esa misma proporción, la respuesta de muchos es contraria a su
voluntad. Necedad humana. Si Él es el alimento que sacia el hambre y la sed de
todos aquellos que buscan a Dios, ¿Por qué muchos dudaron que Dios estuviera
con ellos? (cf. Éxodo 17,7). ¿Por qué muchos discípulos lo abandonaron y no
siguieron con él? (cf. Juan 6, 66). En el círculo más íntimo de aquellos que
seguían a Jesucristo, existía un adversario, un diablo, (cf. Juan 6, 70). Es
más, Jesús sabía que aquel que compartía el pan con él, lo trata con desprecio.
(cf. Juan 13, 18-19). La fe es la única que define el misterio.
Cada persona debe hacer su opción
de fe. Los apóstoles tomaron su decisión de fe: “A quién vamos a ir, tú tienes
palabras de vida eterna” (Juan 6, 68). Nosotros debemos tomar nuestra opción de
fe. Jesucristo es el único quien puede ofrecer vida eterna. Es el único que
ofrece su cuerpo y su sangre. El asunto es lograr aceptar la persona de Jesús,
en su humanidad y divinidad. Cristo es Eucaristía. El Papa san Juan Pablo II
definía el valor de la Eucaristía: “Es una, es católica, es santa; aún más, es
el Santísimo Sacramento” (Carta encíclica. Ecclesia de eucharistia). Cuida tu salud: Deja que Jesús forme parte de
tu vida. Él es el pan de vida. Padre, Jairo
Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.