29 de agosto 2018. En la Audiencia General del miércoles, el
Papa Francisco repasó su reciente viaje a Irlanda con motivo del Encuentro
Mundial de las Familias de la semana pasada y recordó el dolor por los casos de
abusos sexuales. “Mi visita a Irlanda, además de la gran alegría, tenía que
hacerse cargo del dolor y de la amargura por los sufrimientos causados en el
país por los varios tipos de abuso, también por parte de miembros de la
Iglesia, y por el hecho de que las autoridades eclesiásticas en el pasado no
hayan sabido afrontar de manera adecuada estos crímenes”.
“El encuentro con los sobrevivientes –continuó– ha dejado un signo profundo y en varias ocasiones he pedido perdón al Señor por estos pecados, por el escándalo y el sentido de traición causados”.
“El encuentro con los sobrevivientes –continuó– ha dejado un signo profundo y en varias ocasiones he pedido perdón al Señor por estos pecados, por el escándalo y el sentido de traición causados”.
Francisco recordó que “he implorado a la Virgen para que
interceda por la curación de las víctimas y nos de la fuerza de perseguir con
firmeza la verdad y la justicia”. “Los obispos irlandeses han emprendido un
serio camino de purificación y reconciliación con aquellos que han sufrido
abusos, y con la ayuda de las autoridades nacionales han establecido una serie
de normas severas para garantizar la seguridad de los jóvenes”, explicó.
Sobre el mismo tema, argumentó que en el encuentro con los
obispos “los animé en el esfuerzo para remediar los fracasos del pasado con
honestidad y coraje, confiando en las promesas del Señor y teniendo en cuenta
la profunda fe del pueblo irlandés para inaugurar un tiempo de renovación de la
Iglesia en Irlanda”. Por otro lado, afirmó que su presencia en Irlanda tenía
como objetivo “confirmar a las familias cristianas en su vocación y en la
misión”. “Las miles de familias –esposos, abuelos, hijos– llegados a Dublín,
con toda la variedad de sus lenguas, culturas y experiencias, han sido un signo
elocuente de la belleza del sueño de Dios por toda la familia humana”. “El
sueño de Dios es la unidad, la armonía y la paz, fruto de la fidelidad, del
perdón y de la reconciliación que Él nos ha donado en Cristo”. “Las familias
están llamadas a hacer resplandecer la alegría evangélica, irradiando el amor
de Cristo”, remarcó.
Francisco agradeció la acogida a las autoridades del país y
dijo que “los testimonios de amor conyugal dados por los matrimonios de cada
edad” han “recordado que el amor del matrimonio es un especial don de Dios, que
hay que cultivar cada día en la ‘iglesia doméstica’ que es la familia”. “Nos
han mostrado también como la fe se pone en práctica en la vida cotidiana, ‘en
torno a la mesa de casa’ y difunda su belleza en la gran comunidad de la
Iglesia y de la sociedad”. “¡Cuánto necesita el mundo de una revolución de
amor, de ternura!”, exclamó en la catequesis en la Plaza de San Pedro.
Sobre el encuentro en la Pro-Catedral de Dublín, rememoró
que allí “recordé que el matrimonio cristiano, pacto sacramental fundado en el
amor de Cristo, es fuente de continua gracia para caminar juntos y superar la
cultura de lo provisional”.
En la Fiesta de las Familias el sábado por la noche, “hemos
escuchado testimonios que nos han tocado mucho, de familias que han sufrido por
las guerras, familias renovadas por el perdón, familias que el amor ha salvado
de la espiral de las dependencias, familias que han aprendido a usar bien los
smartphones y las tablets y a dar prioridad al pasar tiempo juntos”. Tras
recordar brevemente su visita al santuario de Knock, subrayó que el Encuentro
Mundial de las Familias “ha sido una experiencia profética, reconfortante, de
muchas familias comprometidas en el camino evangélico del matrimonio y de la
vida familias; familias discípulas y misioneras, fermento de bondad, santidad,
justicia y paz”. “En camino hacia el próximo Encuentro Mundial, que se
celebrará en Roma en 2021, confiémosle la protección de la Santa Familia de
Jesús, María y José, para que en sus casas, parroquias y comunidades puedan ser
verdaderamente ‘alegría para el mundo’”, concluyó. Fuente: Aciprensa.