7 de febrero 2019. Durante la Misa celebrada este jueves 7
de febrero en Casa Santa Marta, el Papa explicó que para ser verdaderos
apóstoles de Cristo con autoridad, es
necesaria la humildad, porque “ante la humildad, ante el poder del nombre
de Cristo con el cual el apóstol hace su trabajo si es humilde, los demonios
escapan”. El Papa hizo notar que Jesús envió a sus discípulos a curar, del
mismo modo que Él vino al mundo “a curar la raíz del pecado en nosotros”, es
decir, “el pecado original”. Explicó que “curar es un poco ‘volver a crear’”.
“Jesús nos volvió a crear desde la raíz, y luego nos hizo avanzar con su
enseñanza, con su doctrina, que es una doctrina que cura”, subrayó.
El Papa también invitó a una vida caracterizada por la
“pobreza, la humildad, la mansedumbre”. “Si un apóstol, un enviado, cualquiera
de nosotros, va por la vida con la nariz hacia arriba, creyéndose superior a
los demás, o buscando un interés humano…, tal vez buscando puestos en la
Iglesia, no curará nunca a nadie. No conseguirá abrir el corazón de nadie,
porque su palabra no tendrá autoridad”. “La autoridad del discípulo la tendrá
si sigue los pasos de Cristo. ¿Y cuáles son los pasos de Cristo? La pobreza.
¡Dios se hizo hombre! ¡Se abajado! ¡Se ha despojado! La pobreza que lleva a la mansedumbre, a la humildad. Jesús humilde
que va por el camino para curar. Y así un apóstol con esta actitud de pobreza,
de humildad de mansedumbre, es capaz de tener autoridad para decir:
‘¡Conviértete, abre el corazón!’”, concluyó el Papa Francisco. Lectura
comentada por el Papa Francisco: Marcos 6: 7-13 Fuente: Aciprensa
Redacción.