3 de febrero 2019. El Papa Francisco hizo un llamado a los
cristianos, durante el rezo del Ángelus este domingo en la Plaza de San Pedro
del Vaticano, a vivir su fe en Dios y no en los milagros. El Santo Padre
recordó que “hoy el mundo necesita ver en los discípulos del Señor a profetas,
es decir, a personas valientes y perseverantes a la hora de responder a la
vocación cristiana”. “Personas que siguen el impulso del Espíritu Santo que los
empuja a anunciar esperanza y salvación a los pobres y a los excluidos; personas que siguen la lógica de la fe y no
de los milagros; personas dedicadas al servicio de todos, sin privilegios
no exclusiones. En pocas palabras: personas que se abren a acoger en sí mismas
la voluntad del Padre y se esfuerzan en testimoniarla fielmente a los demás”.
“Y para explicar la lógica de Dios, Jesús pone de ejemplo a
los dos grandes profetas antiguos: Elías y Eliseo, que Dios había mandado a
curar y a salvar a personas no hebreas, de otros pueblos, pero que eran fieles
a su palabra”. Francisco narró cómo “ante esta invitación a abrir los corazones
a la gratuidad y a la universalidad de la salvación, los ciudadanos de Nazaret
se rebelan, y además adquieren una actitud agresiva que degenera hasta el punto
de que se alzaron, y expulsándolo de la ciudad y subiéndolo a lo alto de un
monte, trataron de lanzarlo al vacío”.
“Este Evangelio”, señaló el Papa, “nos muestra que el
ministerio público de Jesús, comienza con un rechazo y con una amenaza de
muerte, paradójicamente, por parte de sus propios conciudadanos”. “Jesús, al
vivir la misión que le fue confiada por el Padre, sabe bien que debe afrontar
la fatiga, el rechazo, la persecución y la desconfianza”. Se trata de “un
precio que, ayer como hoy, la profecía auténtica está llamada a pagar”. Sin
embargo, “este duro rechazo no desanima a Jesús, sino que le impulsa al camino
y a la fecundidad de su acción profética. Él va adelante por su camino, confiando
en el amor del Padre”. El Papa finalizó su enseñanza previa al rezo del Ángelus
pidiendo a la Virgen “que podamos crecer y caminar con el mismo ardor
apostólico por el Reino de Dios que animó la misión de Jesús”. Fuente: Aciprensa. Redaccion.