6 de febrero 2019. Durante su homilía al abrir la CVII
Asamblea del Episcopado Colombiano, el Arzobispo de Bogotá Cardenal Rubén
Salazar llamó la atención sobre demonios como el pelagianismo, el gnosticismo y
el clericalismo y brindó reflexiones sobre la dimensión social de la
evangelización.
Al tiempo, también advierte de otro demonio, el gnosticismo,
”es decir pensar que todo puede ser doctrina y doctrina y solo doctrina, y
pensar que solo los catecismos y muchos catecismos e insistir en la doctrina,
que por ahí vamos a poder ser salvados.” Por otro lado, hizo énfasis en un
tercer demonio que es “muy peligroso, muy sutil: el demonio del clericalismo;
el creernos nosotros los dueños de la Iglesia, creer que somos nosotros los
únicos depositarios de la salvación y por lo tanto no servir al pueblo de Dios,
sino pretender ser servidos.”
Para librarse de estos demonios, el cardenal propone acudir
“al Señor Jesucristo para suplicarle que nos cubra, que nos sane, que nos
libere, que nos haga auténticos instrumentos de su amor y de su misericordia”.
Liberados de esta manera, se abre el camino para anunciar las grandezas y la
misericordia del Señor.
En torno a la dimensión social de la evangelización, Rubén
Salazar dijo que es precisamente “un hacer posible que la salvación se concrete
de una manera muy definida, muy clara en todas las situaciones del ser humano,
el que va a ser salvado, aquel que es liberado de todos los demonios y del
pecado (…). Allí es en donde el anuncio del evangelio tiene que iluminar,
fortalecer, tiene que sanar, liberar y dar por lo tanto toda la fuerza y la luz
que se necesita para seguir adelante en esa tarea.” Fuente: Conferencia
Episcopal de Colombia.