Evangelio
para el domingo 17 de febrero 2019. °°° « Dichosos los pobres, porque el Reino
de Dios es para ustedes. Dichosos los que ahora pasan hambre, porque tendrán
alimento en abundancia. Dichosos los que ahora lloran, porque reirán. Dichosos
cuando los hombres los odien, los excluyan de su compañía y los insulten, y aun
rechacen su nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese
día y salten de júbilo.” °°° Lucas 6, 17. 20-26. Jesús nos presenta un nuevo
estilo de vida, inspirado en el amor, la paz, la justicia, el servicio, el
perdón.
Es lo que llamamos el Reinado de
Dios, expresado por Jesucristo en las BIENAVENTURANZAS. Consiste en establecer un “mundo nuevo, un
nuevo estado de cosas, una nueva manera de ser, de vivir juntos, que inaugura
el Evangelio”. (San Pablo VI, anuncio del Evangelio 23) Ese reinado de Dios es
el proyecto de vida para un cristiano.
Jesús nos propone un sistema de
pensamiento con base en premisas, las cuales no dan lugar a la equivocación. Es
aprender a convivir con los demás y lograr hacer lo que tanto nos cuesta: la
voluntad de Dios. Nadie puede negar que
sus mayores deseos sean la felicidad, la paz, la tranquilidad, el bienestar
social. Me pregunto, por qué habrá tanta dificultad para alcanzar esa dichosa
felicidad; por qué muchas personas dicen no hay nada perfecto en este mundo; no
hay felicidad plena, siempre aparece algo que aniquila el proyecto de vida. El
punto está en convencer a una persona en hacer lo que debe hacer: (Age quod
Agis), “su voluntad”. El mundo necesita personas: serenas, tranquilas,
respetuosas del pensamiento de los demás. Personas que deseen una sociedad
justa, igualitaria, fraterna. Personas transparentes, sinceras, que no obren
con segunda intención, ni acepten el soborno, el chantaje o la corrupción.
El Santo Padre Francisco en su
homilía del 21 de enero 2019, recomendaba las bienaventuranzas como un estilo
de vida muy propio del creyente, de aquella persona que verdaderamente cree y
ama a Jesucristo: “Si quieres saber cómo es el estilo cristiano, para no caer
en ese estilo acusatorio, en el estilo mundano y en el estilo egoísta, lee las
Bienaventuranzas”. “No es bienaventurado, quien agrede o somete a otra persona.
Cuida tu salud: Quien vive como un bienaventurado, purifica el mundo. Padre,
Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.