10 de
febrero 2019. María Santísima custodiaba todas estas cosas, meditándolas en su
Corazón. (Lucas 2,19).
Aprovechando
el criterio pastoral señalado por Monseñor, Flavio Calle Zapata, Arzobispo en
Ibagué. Al proponer el Año Mariano 2019. He querido organizar unos apuntes que
nos sirvan para meditar sobre la importancia de la Santísima Virgen María, como
modelo perfecto de vida cristiana. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
MARIA ES
LA VIRGEN OYENTE
La que
escucha y acoge la Palabra de Dios. También la Iglesia escucha con fe, acoge y
distribuye la Palabra a los fieles como pan de vida. (Marialis Cultus. 17)
MARIA ES
LA VIRGEN ORANTE
La
oración por excelencia de María es el Magnificat, y en Caná en favor de los
necesitados. Y luego con la primera comunidad de Jerusalén. Virgen Orante es
también la Iglesia que cada día presenta al Padre las necesidades de sus hijos
(Marialis Cultus.18)
MARIA ES
LA VIRGEN MADRE
Es una
prodigiosa maternidad por obra del Espíritu, constituida por Dios como “tipo” y
“ejemplar” de la fecundidad de la Virgen Iglesia, - Iglesia Madre e Iglesia
hija. (Marialis Cultus 19)
Bienaventurados
los que escuchan la Palabra y la cumplen. Lucas 11,27.
Año
Mariano en Ibagué.
Orientador:
Padre, Jairo Yate Ramírez. Año 2019
MARÍA ES DISCÍPULA POR EXCELENCIA
Quizás,
todo empezó cuando “envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen prometida con un hombre llamado José, de la
familia de David; la virgen se llamaba María”. Y a su anuncia Ella, libre y
voluntariamente, respondió “aquí tienes a la esclava del Señor, que se
cumpla en mí tu palabra”.
María es
madre y es discípula; y este “catecumenado” de María empieza bien temprano,
prácticamente desde el nacimiento del Hijo, María va creciendo en su condición
de Primera Cristiana, mientras medita en su corazón todo aquello que le va
pasando. (cf. Lucas 1,29).
El Adviento de la Virgen María está marcado por las
tres grandes virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad
La Virgen Santísima, tuvo una fe
ejemplar. No ha existido criatura alguna que se pueda comparar a la fe de
Nuestra Madre, ya que su vida requirió de su corazón una fe heroica capaz de
poder responder en plenitud al misterio al cual se le llamó y en el cual
siempre viviría.
Según el
Evangelista San Lucas, la Virgen María se mueve exclusivamente en el ámbito de
la fe.
Fe para
creer que su Hijo, sería llamado hijo del Altísimo. El Dios hecho hombre, la
Palabra encarnada
La fe se
convierte para María en la única medida para abrazar no solo su propio
misterio, sino el de su mismo hijo: un puro don que Dios le ha dado no para su
gozo o su exaltación, sino para el bien de todo.
DOGMAS MARIANOS
La
Iglesia afirma que existen Dogmas Marianos. Es decir verdades de la fe que son
irrefutables y que forman parte de lo que
creemos y de cómo debemos vivir y celebrar nuestra fe, en particular, lo
relacionado a la veneración Mariana. Durante la historia de la Iglesia se
han discernido y decretado cuatro Dogmas Marianos.
LA
INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA
"La
bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha del pecado
original en el primer instante de su concepción por singular gracia y
privilegio de Dios omnipotente a los méritos de Jesucristo Salvador del género
humano" (Papa Pío IX).
Jesucristo,
el Salvador prometido (Gen 2,15; Isaías 11,2), por necesidad tendría que venir
a nosotros mediante un acto purísimo, libre de todo defecto o pecado
(Filipenses 2,6-7)
VIRGINIDAD
PERPETUA DE MARÍA
Es el
dogma mariano más antiguo de la Iglesia, según el cual María fue virgen antes,
durante y después del parto y no tuvo otros hijos. Afirma la "real y
perpetua virginidad incluso en el acto de dar a luz el Hijo de Dios hecho
hombre".
El en
concilio de Constantinopla (año 553) le otorgó a María el título de
"virgen perpetua"
ASUNCIÓN
DE LA VIRGEN MARÍA
La
Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original,
terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la
gloria del cielo y enaltecida por Dios como Reina del Universo, para ser
confirmada más plenamente a su Hijo" (Catecismo de la Iglesia Católica
966).
Este
dogma fue proclamado por el Papa Pío XII el 01 de noviembre de 1950 por medio
de la Constitución Munificentissimus Deus.
MATERNIDAD DIVINA DE MARÍA
“La
Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”. El Papa
Clementino, en el concilio de Éfeso lo expresó así: "Si alguno no
confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la
Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios
hecho carne, sea anatema".
LA
VIRGEN MARÍA SEGÚN LA SAGRADA ESCRITURA Lucas 2, 26-34
Ø Llamada
por Dios para cumplir la misión de ser Madre y esposa.
Ø María es
Agradable a los ojos de Dios: “Cómo es posible eso si yo no conozco varón. (cf.
Lucas 1,34)
Ø María
es modelo que quien hace la voluntad de Dios: “Hágase en mí según tu Palabra”
(Lucas 1,38)
Ø María
confía en su Hijo y se preocupa por los demás. (cf. Juan 2,1-5).
Ø María
Asume el dolor de su Hijo, gana el título de Corredentora “Ahí tienes a tu
adre”cf.Juan19, 27)
Ø María
responde a la misión encomendada. Acompañó siempre a los apóstoles. (cf. Hechos 1,14)
Ø María
Santísima se conserva como una mujer virtuosa:
1) Es una persona de fe y acepta la palabra de Dios.
2) Se destaca por ser obediente y muy generosa.
3) La caridad es la bandera de la Virgen (cf. Lucas
1,39-45).
4) María goza de ser sabia, se deja guiar por el
Espíritu de Dios.
5) María es una mujer de oración.
6) María enseña la paciencia y la fortaleza ante el
dolor. (cf. Juan 19,25).
7) María
disfruta de su pobreza y confianza en el Señor. (cf. Lucas 2,7).
8)
Siempre una mujer de la Esperanza (cf. Eclesiástico 24,24).
9) María
es humilde frente a la misión que le encomendó Dios. (cf. Lucas 1,38). 9) María
vive en castidad y pureza (cf. Lucas 1,27-34). María es prudente, sabe
agradarle a Dios (cf. Lucas 2, 46-51).
MARÍA
MODELO DE SANTIDAD
El Papa
Francisco, propone seguir las enseñanzas de María Santísima, quien fue la fiel
cumplidora de las bienaventuranzas: “Quiero que María corone estas reflexiones,
porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. Ella es la
que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su
corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos,
la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña.
Ella no
acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos.
Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no
necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para
explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: «Dios te salve,
María…». (Gaudete et exsultate, 176)
El Papa
Francisco nos dice: “Lejos de querer entender o adueñarse de la situación,
María es la mujer que sabe conservar, es decir proteger, custodiar en su
corazón el paso de Dios en la vida de su Pueblo. Desde sus entrañas
aprendió a escuchar el latir del corazón de su Hijo y eso le enseñó, a lo largo
de toda su vida, a descubrir el palpitar de Dios en la historia... (Vaticano 1
de enero 2017).
“María
es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos
pobres pañales y una montaña de ternura. Ella es la esclavita del Padre que
se estremece en la alabanza. Ella es la amiga siempre atenta para que no falte
el vino en nuestras vidas... (Papa Francisco. Evangelii Gaudium 286).
“Porque
cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la
ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son
virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a
otros para sentirse importantes. (Papa
Francisco. Evangelii Gaudium 288).
Para crecer en la ternura, en la caridad
respetuosa y delicada, nosotros tenemos un modelo cristiano a quien
dirigir con seguridad nuestra mirada. Es la Madre de Jesús y Madre nuestra,
atenta a la voz de Dios y a las necesidades y dificultades de sus hijos.
María,
animada por la divina misericordia, que en ella se hace carne, se olvida de
sí misma, y con ternura va al encuentro de los necesitados. Por eso es la
Madre de todos los enfermos y de todos los que sufren (…) El que está bajo la
cruz con María, aprende a amar como Jesús”. (Papa Francisco. Mensaje para la
Jornada Mundial del Enfermo 2014).
UNA ACTITUD FUNDAMENTAL DE MARÍA SANTÍSIMA, ES QUE:
ESCUCHA, DECIDE Y ACTÚA.
María Escucha: María escucha
también los hechos, es decir, lee los acontecimientos de su vida, está atenta a
la realidad concreta y no se detiene en la superficie, sino que va a lo
profundo, para captar el significado. Su pariente Isabel, que ya es anciana,
espera un hijo (cfr, 136): éste es el hecho. Pero María está atenta al significado,
lo sabe captar: «Para Dios nada hay imposible» (Lucas 1, 37).
De
acuerdo a las bodas de Caná (cf. Juan 2, 1-11).
María
Decide: ve y comprende la dificultad de los dos jóvenes esposos a
quienes falta el vino en la fiesta, reflexiona y sabe que Jesús puede hacer
algo, y decide dirigirse al Hijo para que intervenga: «No tienen vino» (cf. v.
3).
María
Actúa: María no tiene prisa, no se deja atrapar por el momento, no se
deja arrastrar por los acontecimientos. Pero cuando tiene claro lo que Dios le
pide, lo que debe hacer, no se detiene, no se demora, sino que va
«deprisa». (Papa Francisco, Vaticano 31
de mayo 2013).
MARÍA SANTÍSIMA
NOS ACOMPAÑA EN LOS MOMENTOS CRÍTICOS DE NUESTRA VIDA.
Ella
misma los vivió, acompañando y colaborando en la vida de su Hijo Jesús: Primero: el nacimiento de Jesús. «No
había un lugar para ellos» (Lucas 2,7). No tenían una casa, una habitación para
recibir a su hijo. No había espacio para que pudiera dar a luz. Tampoco
familia cercana: estaban solos. El único lugar disponible era una cueva de
animales.
Segundo
momento: la huida a Egipto. Tuvieron que irse, exiliarse. Ahí no solo no tenían
un espacio, ni familia, sino que incluso sus vidas corrían peligro. Tuvieron
que marcharse a tierra extranjera. Fueron migrantes perseguidos por la
codicia y la avaricia del emperador. (cf. Mateo 2, 13-15).
Tercer
momento: la muerte en la cruz. No debe existir una situación más difícil para
una madre que acompañar la muerte de su hijo. Son momentos desgarradores. Ahí
vemos a María, al pie de la cruz, como toda madre, firme, sin abandonar,
acompañando a su Hijo hasta el extremo de la muerte y muerte de cruz. (cf. Juan
19, 25-27). (Papa Francisco, Paraguay,
Junio del 2015).
EL
SECRETO A VOCES DE LOS SANTOS. ES LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA.
Ha sido
la que mejor supo asimilar la vida y doctrina de Jesucristo. Jesús mismo en su
agonía en la cruz, no se reservó nada para Él y nos dio a su buena Madre.
Para
imitar las enseñanzas de Jesús debemos primero conocerlo, y quién mejor que
María, nadie conoce tanto a un hijo que su misma Madre. Es ella la que hace que
nuestra relación con Dios sea más cercana.
¨ La
humildad no es sinónimo de debilidad, aunque una espada atravesó su corazón. La firmeza de
María a los pies de la cruz nos enseña que la fe nos fortalece en los momentos
de angustia. (San Pablo VI).
¨ María es el
camino más seguro, el más corto y el más perfecto para ir a Jesús.” (Marcelino Champagnat).
¨ María es dichosa
también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el
cuerpo de Cristo, pero más aún
guardó en su mente la verdad de Cristo” ( san
Agustín de Hipona)
¨ En María está la
plenitud de la Gracia y de todo bien. (san Francisco de Asís)
¨ Nunca tengas
miedo de amar demasiado a la Virgen (san Maximiliano Kolbe).
¨ La grandeza de
María reside en su humildad. Tenemos muchos que aprender de ella. (Santa Teresa
de Calcuta)
¨ Con la práctica
fiel de las virtudes más humildes y sencillas, has hecho Madre mía, visible a
todos el camino recto del Cielo” (santa
Teresa de Lisieux).
¨ La devoción y el
amor a María Santísima es una gran protección y un arma poderosa contra las
asechanzas del demonio” (san Juan Bosco).
¨ No temen tanto
los soldados un copioso ejército de enemigos como teme el poder del infierno al
oír el nombre de María”.
“Entre todos los homenajes que se deben a la Madre
de Dios no conozco ninguno más agradable que el Santo Rosario”
– San Alfonso María Ligorio.