15 de diciembre 2018. El Papa Francisco explicó brevemente
cuál es el primer paso para crecer en el camino de la fe. “Este es el primer
paso para crecer en el camino de la fe: escuchar.
Antes de hablar, escuchar”, escribió el 13 de diciembre en su cuenta de
Twitter. No es la primera vez que el Santo Padre resalta la importancia de la
escucha en la vida de fe de las personas. "Hacé la prueba, quedate
tranquilo, abrí, leé (la Biblia) y escuchá y te vas a llevar una sorpresa: la
Palabra llegó", dijo a los jóvenes de la diócesis francesa de Viviers el
pasado 29 de octubre.
Ese día, el Papa explicó que “la Palabra de Dios no solo se
escucha por el oído, entra por el oído, o si la lees entra por los ojos;
sino
que se escucha con el corazón" y exhortó a "escuchar la Palabra de
Dios con el corazón abierto". El Santo Padre se refirió también al pasaje
evangélico del joven rico, que siendo bueno y cumpliendo los mandamientos, no
fue capaz de dejarlo todo como le pidió el Señor. El muchacho no pudo
desprenderse de las cosas “porque tenía el corazón lleno de riquezas". Por
eso, el Pontífice invitó a cada uno a preguntarse: "¿por qué no me llega
la Palabra de Dios? ¿Cuándo no llega? Porque tengo el corazón lleno de otra
cosa. Un corazón que no escucha. ¿Está claro? Solamente podemos escuchar la
Palabra de Dios con el corazón abierto".
En un encuentro con los
jóvenes de la diócesis francesa de Viviers, en la Sala Clementina del Vaticano,
el Papa Francisco les invitó a escuchar la Palabra de Dios, no solo con el
oído, sino también con el corazón.
"Hacé la prueba, quedate tranquilo, abrí, leé (la
Biblia) y escuchá y te vas a llevar una sorpresa: la Palabra llegó", les
aseguró a los jóvenes el 29 de octubre, un día después de concluido el Sínodo
de los Obispos. El Papa reiteró la importancia de que "la Palabra de Dios
no solo se escucha por el oído, entra por el oído, o si la lees entra por los
ojos; sino que se escucha con el corazón" y exhortó a "escuchar la
Palabra de Dios con el corazón abierto".
Explicando el pasaje evangélico del joven rico, el Papa
recordó a aquel muchacho bueno que le fue a preguntar a Jesús qué tenía que
hacer para alcanzar la vida eterna y a quien Jesús le respondió cumplir los
mandamientos y, después, vender lo que poseía para darlo a los pobres. El Santo
Padre añadió que este joven no fue capaz de escucharlo, "porque tenía el
corazón lleno de riquezas". En esta línea, el Santo Padre invitó a cada
uno a preguntarse: "¿por qué no me llega la Palabra de Dios? ¿Cuándo no
llega? Porque tengo el corazón lleno de otra cosa. Un corazón que no escucha.
¿Está claro? Solamente podemos escuchar
la Palabra de Dios con el corazón abierto". En esta línea, el Papa
exhortó a ser pobres de espíritu, pues "los que mejor entienden la Palabra
de Dios son los pobres porque no ponen ninguna barrera a esa palabra que es
como una espada de dos filos y te llega al corazón. Y cuanto más pobres de
espíritu nos hacemos, mejor la entendemos".
Por otro lado, Francisco recordó a los jóvenes la importancia
de la oración personal sin olvidar que "no se puede rezar solo".
Citando al padre Carlos de Foucauld, dijo que mientras que uno está solo
delante de Dios para encontrarse con Él en la oración, es importante tener
"consciencia que conmigo está toda la Iglesia, está toda la comunidad, esa
es la manera de rezar de un cristiano". Por eso, explicó el Papa, "cuando ustedes rezan solos sepan que está
con ustedes todo el pueblo de Dios rezando, y eso los ayudará a encontrar
mejor a Jesús".
Además, el Santo Padre subrayó la relevancia de la
evangelización al recordar la exhortación apostólica Evangelli nuntiandi, texto
que calificó como el "documento pastoral más importante y que todavía
tiene vigencia del post concilio", en el cual san Pablo VI definió a
"los malos evangelizadores" como personas "tristes, desanimados,
sin ilusión". Y agregó: "yo diría con cara de vinagre". Fuente:
Aciprensa. Mercedes de la Torre.
El Papa Francisco presidió
este viernes el rezo multitudinario del Santo Rosario ante una Plaza de San
Pedro llena de fieles, y donde afirmó que María
es ejemplo de escucha, decisión y acción, palabras que sintetizan la
actitud que deben tener los cristianos “frente a lo que nos pide el Señor en la
vida”.
“Esta tarde hemos rezado juntos el Santo Rosario; hemos
recorrido algunos acontecimientos del camino de Jesús, de nuestra salvación y
lo hemos hecho con aquella que es nuestra Madre, María. Aquella que con mano
segura nos conduce a su Hijo Jesús”, expresó el Papa al culminar la oración
mariana.
Francisco, que recordó que hoy viernes la Iglesia celebra la
fiesta de la Visitación de la Virgen a su prima Isabel, destacó la actitud de
María que escucha atentamente lo que Dios le pide. “No es el modo distraído con
el cual nosotros nos ponemos delante del Señor o ante los otros: oímos las
palabras, pero no escuchamos realmente. María
está atenta a Dios, escucha a Dios”.
Esta actitud, dijo, la traslada a los hechos de la vida
cotidiana. “Está atenta a la realidad concreta y no se para en la superficie,
sino que va a lo profundo, para captar el significado. La pariente Isabel, que
es ya anciana, espera un hijo: éste es el hecho. Pero María está atenta al
significado, lo sabe comprender: ‘porque no hay nada imposible para Dios”. Francisco
dijo que los hombres también deben estar
atentos a la realidad concreta y aprender a escuchar lo que Dios les dice,
“porque el Señor está en la puerta de nuestra vida y golpea en muchos modos,
pone señales en nuestro camino; está en nosotros la capacidad de verlos”. En su
meditación, el Santo Padre señaló que María también afronta los hechos de la
vida con “decisión”. “María no vive ‘de prisa’, con preocupación, sino, como
subraya san Lucas, ‘María conservaba
estas cosas y las meditaba en su corazón’”.
“En el momento decisivo de la anunciación del ángel, Ella
pregunta: ‘¿Cómo sucederá esto?’. Pero no se detiene ni siquiera en el momento
de la reflexión; da un paso adelante: decide. No vive de prisa, sino sólo
cuando es necesario ‘va sin demora’. María
no se deja llevar por los acontecimientos, no evita la fatiga de la decisión (...)
María dijo entonces: ‘Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que
has dicho’”, señaló. “En la vida es difícil tomar decisiones, a menudo tendemos
a posponerlas, a dejar que otros decidan en nuestro lugar (...), pero no
tenemos el coraje o nos parece demasiado difícil porque quiere decir ir
contracorriente. María en la anunciación, en la Visitación, en las bodas de
Caná va contracorriente”, afirmó.
Francisco también dijo que María es ejemplo de acción. “En
la oración, delante de Dios que habla, en reflexionar y meditar sobre los
hechos de su vida, María no tiene prisa, no se deja tomar por el momento, no se
deja arrastrar por los acontecimientos. Pero cuando tiene claro qué cosa Dios
le pide, lo que tiene que hacer, no tarda, no retarda, sino que va ‘sin
demora’”.
Finalmente, antes de culminar, el Santo Padre elevó una
plegaria para pedir a María que abra “nuestros oídos; haz que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las mil
palabras de este mundo”; para que ilumine “nuestra mente y nuestro corazón” y
“sepamos obedecer (...) sin titubeos”. “María, mujer de la acción, haz que
nuestras manos y nuestros pies se muevan ‘sin demora’ hacia los otros, para
llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, en el mundo
la luz del Evangelio. Amén”, culminó. Fuente: Aciprensa.