17 de diciembre 2018.
El Papa Francisco reiteró “el compromiso de la Iglesia con la causa de
la abolición” de la pena de muerte pues es “contraria al Evangelio”, y rechazó
también la cadena perpetua que impide “la posibilidad de una redención moral y
existencial”. En una audiencia concedida a los miembros de una Delegación de la
Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, a los que recibió en el
Vaticano este lunes 17 de diciembre, el Santo Padre recordó que sus palabras
contra la pena de muerte que pronunció en su discurso ante el Congreso de los
Estados Unidos el 24 de septiembre de 2015 siguen plenamente vigentes.
Señaló que la pena de
muerte es contraria al Evangelio “porque implica suprimir una vida que es
siempre sagrada a los ojos del Creador y de la cual solo Dios es verdadero juez
y garante”. Francisco señaló que el compromiso de la Iglesia contra la pena de
muerte se sustenta en “la certeza de que cada
vida es sagrada y que la dignidad humana debe ser custodiada sin excepciones”.
Asimismo, el Pontífice no dudó en hacer autocrítica y lamentó que en el pasado
“incluso en el Estado Pontificio se ha recurrido a esta forma inhumana de
castigo, ignorando la primacía de la misericordia sobre la justicia”.
En este sentido, subrayó que la nueva redacción del n. 2267
del Catecismo de la Iglesia Católica, en la que se declara “inadmisible” la
pena de muerte, en cualquier caso, “implica asumir también nuestra
responsabilidad sobre el pasado y reconocer que la aceptación de esa forma de
castigo fue consecuencia de una mentalidad de la época, más legalista que
cristiana, que sacralizó el valor de leyes carentes de humanidad y
misericordia”. “La reforma del texto del Catecismo en el punto dedicado a la
pena de muerte no implica contradicción alguna con la enseñanza del pasado,
pues la Iglesia siempre ha defendido la dignidad de la vida humana”,
puntualizó. Sin embargo, “el desarrollo armónico de la doctrina impone la
necesidad de reflejar en el Catecismo que, sin perjuicio de la gravedad del
delito cometido, la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de
muerte es siempre inadmisible porque atenta
contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona”. Consultar: HAZ CLICK AQUÍ
Por otra parte, el Papa en su discurso no sólo se mostró
contrario a la pena de muerte, sino que también
rechazó las penas perpetuas “que quitan la posibilidad de una redención moral y
existencial, a favor del condenado y en el de la comunidad”. Según señaló,
“son una forma de pena de muerte encubierta”. “Dios es un Padre que siempre
espera el regreso del hijo que, sabiendo que se ha equivocado, pide perdón e
inicia una nueva vida. A nadie,
entonces, puede quitársele la vida ni la esperanza de su redención y
reconciliación con la comunidad”. Al igual que la Iglesia expresa así su
compromiso para acabar con la pena de muerte, el Papa aseguró que “es necesario
que en el concierto de las naciones se asuma un compromiso semejante”. Fuente:
Aciprensa. Miguel Pérez Pichel.