30 de mayo 2019. Desde hace algún tiempo los exorcistas de
la Iglesia Católica vienen reportando el incremento de la actividad demoníaca
y, por ello, piden constantemente a los fieles alejarse del mal y del pecado
con las herramientas que Dios ofrece. El National Catholic Register reunió
varios consejos sobre cómo prevenir el mal, en base dos entrevistas con Monseñor.
John Esseff, sacerdote de la diócesis de Scranton (Pensilvania), exorcista por
más de 40 años; y el Obispo de Springfield, Monseñor. Thomas Paprocki.
Aquí los 10 consejos prácticos que ambos compartieron con
los fieles:
1. Odiar el pecado y
mantenerse alejado del mal
Monseñor. Eseff indicó que “el trabajo habitual del diablo
es el pecado” y este último “conduce a la muerte de las almas”, por lo tanto,
se le debe rechazar siempre.
“Es mejor protegerse del mal que tratar de librarse de él.
Una vez que se le abre una puerta, no siempre puede cerrarse por nuestra propia
cuenta”, agregó.
2. Nunca hablar
directamente con el diablo
Se debe entender que la batalla espiritual no es una lucha
entre iguales. Solamente en un exorcismo, el sacerdote le habla al diablo, pero
requiere un permiso del obispo local para tener toda la autoridad de la
Iglesia.
“Un laico debe dirigirse solamente a Dios, ya que pueden
meterse en problemas hablando con el diablo”, explicó Mons. Paprocki.
3. Reconocer cómo
trabaja el diablo
“La posesión es el trabajo extraordinario del diablo y es muy
raro (aunque la obsesión, la opresión, la infestación son más frecuentes). Su
trabajo ordinario es la tentación y nos enfrentamos a la tentación todos los
días”, afirma Mons. Paprocki.
Por su parte, Mons. Esseff explica que “el poder de Satanás
aumenta cuando la gente no cree que es real. Dios es ‘Yo soy el que soy’, pero
el diablo quiere ser: ‘Yo soy el que no es’”.
4. Tener vida
sacramental
Mons. Esseff destacó que una vez que la confesión deja de
ser frecuente, “la actividad de Satanás aumenta. Para disminuir la obra de
Satanás, se debe acudir con más frecuencia a la confesión. La confesión es más
poderosa que un exorcismo. Uno es un sacramento y el otro es una bendición”.
“La mejor manera de protegernos del mal es a través de los
sacramentos porque fueron instituidos por Jesucristo y nos llenan con la gracia
para protegernos y acercarnos a Dios”, añadió Monseñor. Paprocki.
5. Utilizar
sacramentales
Se puede utilizar sacramentales como agua bendita, rosarios,
escapularios y otros artículos religiosos porque “fueron dados a la Iglesia por
la inspiración del Espíritu Santo”.
Son maneras de ayudarnos a ser santos”, indicó Monseñor.
Paprocki.
6. Pedir ayuda a Dios
en la oración
“Ustedes tienen que decir y hacer las cosas de manera
diferente a como les indica su naturaleza. Es la naturaleza humana que cae de
nuevo en los viejos hábitos. La gente necesita recurrir a Dios y orar por la
gracia. Entonces tienen que estar listos para aceptar esas gracias y esforzarse
por tomar buenas decisiones”, explicó Monseñor. Esseff.
Ambos exorcistas recomendaron oraciones de protección como
el “Padre Nuestro”, “Credo de los apóstoles”, “Credo
Niceno-Constantinopolitano”, “´La coraza de San Patricio” o a San Miguel Arcángel.
También recordaron pedir la intercesión de María Santísima y
los santos.
7. Bendecir el hogar
“Podemos hacer que un sacerdote bendiga nuestra casa y use
oraciones de exorcismos menores. Un exorcismo menor no necesita permiso del
obispo para actuar”, Monseñor. Paprocki.
8. Consultar a un
sacerdote si se necesita ayuda
Monseñor. Esseff afirmó que “cuando un sacerdote ora y da su
bendición, está actuando en la persona de Jesucristo, que es poderoso. Cuando
entro en una habitación, el diablo ve a Jesucristo”.
9. Perseverar en la
lectura espiritual
Leer la Biblia todos los días. Además, los exorcistas
recomendaron algunos libros católicos como el “Manual para la Guerra
Espiritual” de Paul Thigpen y “Oraciones de Liberación” del Padre. Chad
Ripperger.
10. Visitar a Dios en
el Santísimo Sacramento
En importante dedicar un tiempo para enfocarse solamente en
adorar a Dios, darle gracias y pedirle su ayuda para crecer en gracia. Se
recomienda participar de la Hora Santa al menos una vez a la semana. Fuente:
Aciprensa. Redacción.